Por Juan Carlos Ugalde Barquero - Estudiante del Gobierno Estudiantil de ULACIT
Nuestra generación tiene varias deudas pendientes en relación con respeto, igualdad, empatía y armonía con la población privada de libertad. La SARS-CoV-2 muestra sectores de la población que se han ignorado de forma simbólica, de forma sociopolítica e integral, como la población privada de libertad, que asciende a más de 15 mil personas. En Costa Rica, existen brechas que la COVID solo ha evidenciado como una crisis global sanitaria. Solo hay discursos políticos partidarios que vienen y van, pero mencionan a la población de forma escurridiza y hasta en vano; y populismo punitivo que aflora cada cierto tiempo y parece que la lucha no involucra a toda la población, ya que como etiqueta social se ignora mucho de lo que ocurre entre cuatro paredes aisladas. Hay quienes perciben eso como una ventaja, pero se trata de tener empatía para lograr un verdadero cambio en esos contextos y realidades que parecen ajenas para algunos sectores de la población.
Para Philipp Meissner (2021), experto en reforma penitenciaria de Naciones Unidas,los sistemas penitenciarios y los más de once millones de presos que hay en el mundo se han visto golpeados de manera desproporcionada por la pandemia. Se estima que hay más de 527,000 prisioneros que se han infectado en 122 países y que más de 3,800 han muerto en 47 de esas naciones (párr. 1).
En nuestro país, la situación dentro de los diversos centros de atención institucional —ya sea CAI o UAI— no se puede juzgar o tratar de solucionar sin antes adentrarse en estos; exponerse a las condiciones lacerantes que se viven ahí; preguntar a la población mediante procesos socioparticipativos y socioconsultivos, cuál es la mayor problemática que se vive dentro; y usar a la academia como un aliado y no como el único recurso para atender a la población. Antes de la crisis global sanitaria, las instalaciones penitenciarias no eran aptas, el hacinamiento se antepone a cualquier idea, y el espacio para ventilación y para la higiene óptima no ha sido una prioridad estatal, lo cual solo propicia que la expansión del virus no pueda controlarse desde los mecanismos preventivos, de los cuales sí ha gozado gran parte de la población, al poder contar con aislamiento o con medidas alternas al trabajo o al quehacer diario. Otro punto que adquiere relevancia en la coyuntura actual es que nuestro país no tiene una unidad de atención institucional o integral que haya sido construida con perspectiva de género, es decir, que las instalaciones cumplan requerimientos básicos para albergar población como mujeres, el aislamiento no se puede atender con la construcción de espacios iguales que no propician las adecuaciones para las poblaciones en cuestión.
En este momento, debe existir una aclaración que nace desde los diversos centros de atención institucional de nuestro país; las personas privadas de libertad solo están privadas de su libertad, pero los derechos a superación, a la academia y a la salud —por citar algunos— siguen en vigencia, lo cual se debe tener claro, ante los comentarios de un diputado de la Republica en alusión a la vacunación en las cárceles. En este momento, una de las soluciones preventivas, al menos en términos de salud, no de infraestructura, es la vacunación dentro de estos espacios, ejerciendo así el derecho que les asiste de la salud, al igual que cualquier otro ciudadano del país. En momentos de crisis sanitaria, física y mental, es cuando más se necesita trabajar en contar con relaciones sanas, empáticas y cordiales, que no busquen mayores etiquetas ni división social sobre poblaciones vulnerabilizadas históricamente.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencia:
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Meissner, P, (2021). El COVID-19 afecta de forma desproporcional a la población privada de libertad. Recuperado de https://news.un.org/es/story/2021/03/1489432