Por Vinicio Arias Chacón – Estudiante de la carrera de Derecho
La pandemia producida por el virus covid-19 ha transformado el panorama laboral en todo el mundo; especialmente en América Latina y el Caribe, donde se ha visto un gran impacto sobre los sectores de empleos en general, lo que se ve reflejado en un desempleo importante con cantidades de hasta treinta y cuatro millones de empleos perdidos por esta misma crisis, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (2020). Esta organización ha comunicado a los países pertenecientes a esta zona sobre la insuficiencia de tácticas para poder combatir la crisis laboral. Se comunicó que esta problemática va en aumento y, de esta manera, va generando una mayor brecha sobre la desigualdad laboral y económica.
De acuerdo con los datos de la OIT, se ha registrado un valor mínimo histórico en la reducción de los niveles de trabajadores que se encuentran activos, lo cual es preocupante para los gobiernos diversos en la zona. La desocupación de los puestos de trabajo significa grandes costos para las empresas, e igualmente una difícil situación para los que se ven en la penosa realidad del desempleo. Por otra parte, los ingresos de los que siguen laborando se ha contraído en un 19.3%, lo cual es una gran disminución para la zona, ya que los niveles mundiales de ingresos contraídos se encuentran en un 10,7% (Organización Internacional del Trabajo, 2020). Los ingresos laborales representan un alto promedio de las entradas económicas familiares. Este tipo de reducciones empeoran la situación económica de las familias afectadas, y resultan en importantes pérdidas de recursos pecuniarios que tienen los hogares de menor ingreso económico.
Los impactos en el mercado laboral y los ingresos económicos en América Latina y en el Caribe debido a la pandemia derivan en una crisis en el mercado laboral en general, en reducciones en las horas trabajadas y de los ingresos que se perciben entre los trabajadores. Esto afecta a sectores agrícolas, del turismo, pesca, transportes, y demás que se distinguen como minorías laborales. El momento histórico que se está presentando dentro de las sociedades en el mundo es todo un desafío, ya que la incertidumbre, sobre todo en la reconstrucción de los mercados laborales es una turbación latente. Esta situación implica emprender sobre las fisuras organizacionales que han empeorado durante la pandemia, e involucra que dentro de estos fallos haya una baja productividad, alta informalidad y desigualdad de los ingresos (Organización Internacional del Trabajo, 2020).
En Costa Rica, los impactos en el ámbito laboral han revolucionado la forma del trabajo diario. Desde el inicios de la pandemia se ha hablado sobre los focos de contagio que pueden ayudar a la propagación del virus en el país, por lo que empresas, instituciones y demás lugares de trabajo han optado por el teletrabajo. Los lineamientos de la modalidad, que están regulados en la Ley Nº 9738 del 18 de septiembre del 2019, comprenden los temas sobre la persona funcionaria teletrabajadora, el contrato de teletrabajo y los puestos teletrabajadores. Esta opción lo que pretende es proteger la integridad de los trabajadores ante el virus covid-19, ya que, como es bien sabido, dentro de los espacios de trabajo cerrados es más riesgoso el contagio.
Igualmente, por la misma emergencia en el país, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (2020) ha implementado sistemas de reducciones en la jornada laboral y suspensiones temporales del contrato de trabajo, regulados por la Ley Nº 9832, llamada Ley de autorización de reducciones en jornadas de trabajo ante la declaratoria de emergencia nacional. En su artículo primero explica el objeto de la ley propuesta: “para la autorización de la reducción temporal de las jornadas de trabajo, y la protección de las personas trabajadoras, cuando los ingresos brutos de las empresas se vean afectados debido a la emergencia nacional”.
Otra iniciativa del gobierno de la República es el Plan Proteger, un sistema de ayudas económicas —mejor conocido como “Bono Proteger”— para la protección de las personas trabajadoras y las empresas en contra de las consecuencias contraproducentes evolutivas del virus en el país. Este bono se concede dependiendo de la situación de fragilidad laboral en la que se encuentren los trabajadores, a raíz de la pandemia. Para la solicitud de este bono, los trabajadores deben estar en situaciones de despido, suspensión temporal del contrato de trabajo o reducción de la jornada debido a la pandemia, trabajadores independientes con afectación, o trabajadores temporales o informales con afectación directa.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
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Organización Internacional del Trabajo (2020). Impactos en el mercado de trabajo y los ingresos en América Latina y el Caribe. https://fundacionelectra.org.uy/2020/10/21/panorama-laboral-en-tiempos-de-la-covid-19-impactos-en-el-mercado-de-trabajo-y-los-ingresos-en-america-latina-y-el-caribe-segunda-edicion/
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Organización Internacional del Trabajo (2020). OIT: 34 millones de empleos se perdieron en América Latina y el Caribe. https://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_756717/lang--es/index.htm
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Ministerio de Trabajo y de Seguridad Social (2020). Documentos de interés en material laboral en las circunstancias especiales por el nuevo coronavirus COVID-19. http://www.mtss.go.cr/elministerio/despacho/covid-19-mtss/COVID19-MTSS.html