El Fiscal General de Estados Unidos, Merrick Garland, afirmó este jueves que el exmandatario de Honduras, Juan Orlando Hernández, “abusó de su posición como presidente desde 2014 a 2022 para operar el país como un narco Estado”, y que recibió millones de dólares de los “narcotraficantes más notorios del mundo para enriquecerse (como por ejemplo el exlíder del cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán) para su campaña política y cometer fraude electoral”.

“El Departamento de Justicia está adoptando un enfoque integral para proteger a nuestras comunidades y nuestro país de los delitos violentos. El Departamento está comprometido a interrumpir todo el ecosistema de las redes de narcotráfico que dañan al pueblo estadounidense, sin importar cuán lejos o cuán alto debamos llegar”, detalló Garland en conferencia de prensa. Asimismo, añadió que Hernández “corrompió instituciones legítimas del país” en las que se incluyen la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el Congreso Nacional para poder así proteger los cargamentos de drogas.

Por otro lado, el fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, indicó que el exmandatario introdujo a Estados Unidos, en conjunto con sus conspiradores, alrededor de 500 toneladas de cocaína.

La administradora de la Administración de Control de Drogas (por sus siglas en inglés DEA), Anne Milgram, sentenció que la extradición “muestra claramente que la DEA no se detendrá ante nada para perseguir a los actores políticos más poderosos que participan en el tráfico de drogas, la violencia y la corrupción”, y agregó: “la investigación de varios años de la DEA reveló que Juan Orlando Hernández, fue una figura central en una de las conspiraciones de tráfico de cocaína más grandes y violentas del mundo”.

Además, indicó que el exmandatario utilizó las ganancias del tráfico de drogas para garantizar su ascenso político y, una vez elegido presidente, utilizó recursos policiales, militares y financieros para “promover su plan de tráfico de drogas”.

Extradición

Hernández, de 53 años, fue extraditado este jueves a Estados Unidos en un avión de la DEA, donde será juzgado por cargos asociados al narcotráfico y uso de armas.

Estuvo desde el 15 de febrero en una celda de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales de la Policía Nacional en Tegucigalpa y, finalmente, este jueves salió para subir al helicóptero Sikorsky UH-60 Black Haw del Comando Sur, rumbo a la base militar Base Aérea Hernán Acosta Mejía en donde lo esperaba un grupo de la DEA para llevarlo a Nueva York. El operativo de la extradición estuvo conformado por 1.000 efectivos policiales y de las Fuerzas Armadas.

Proceso "injusto"

El expresidente envió un mensaje previo a que comenzara el operativo para su extradición hacia Estados Unidos, en el que se declaró inocente de los cargos asociados al narcotráfico y uso de armas por los que es acusado.

"Soy inocente, he sido y estoy siendo sometido a un proceso de manera injusta", aseguró el exmandatario en un video difundido en Twitter por su esposa, Ana García, minutos antes de iniciarse el operativo de extradición. "La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en cualquier parte", continuó.

"Es lamentable que aquellos que convirtieron a Honduras en uno de los países más violentos en la faz de la tierra, esos villanos, ahora quieran ser héroes", añadió Hernández, en referencia a que las acusaciones en su contra tuvieron como punto de partida los testimonios brindados ante la justicia estadounidense por personas vinculadas al narcotráfico. "En mi oración, la de mi familia y la de miles de familias hondureñas: que la verdad se revele y prevalezca en mi caso", finalizó.

El proceso contra Hernández

El 17 de marzo el juez hondureño Edwin Ortez aprobó la extradición del exmandatario, una decisión que fue recurrida por la defensa de Hernández y que días después fue ratificada por la Corte Suprema de Justicia de Honduras.

Entre los cargos que se le imputan, están "conspiración para importar una sustancia controlada a los Estados Unidos", con el "conocimiento de que dicha sustancia sería importada ilegalmente a los Estados Unidos" a aguas "a una distancia de 12 millas de la costa", de acuerdo a un comunicado del Departamento de Estado.

También está acusado por "usar o portar armas de fuego, o ayudar e instigar al uso, el poder y la posesión" de "ametralladoras y dispositivos destructivos"; así como de "conspiración" para usar, portar o poseer armas de fuego, "incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos, en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos".

Con estos argumentos, Estados Unidos pidió a la cancillería hondureña la captura de Hernández el 14 de febrero, días después de que dejara la Presidencia en manos de Xiomara Castro. El expresidente siempre negó esos cargos.