Por Andrés Varela Armijo - Estudiante de la carrera de Derecho
¿Es realmente importante asegurar la presencia de la mujer en el mercado laboral? La respuesta es contundente y no deja lugar a dudas. Según datos del Fondo Monetario Internacional (2013), hay amplias evidencias de los beneficios macroeconómicos generados por el trabajo de la mujer cuando esta logra desarrollar a cabalidad su potencial. Si se lograra, por ejemplo, aumentar la tasa de participación femenina en la fuerza laboral a los niveles de participación masculina, el producto interno bruto se elevaría entre un 5 % hasta un 34 %, dependiendo del país y de sus condiciones específicas. En la misma línea, se calcula que en algunas regiones las pérdidas en el producto interno bruto a causa de las disparidades de género en el mercado laboral pueden llegar hasta el 27 %.
Por otra parte, se ha argumentado que el trabajo de la mujer, sea este remunerado o no, puede ser el factor más importante para reducir la pobreza en las economías en desarrollo, ya que un mayor nivel de ingresos de las mujeres podría dar paso a un aumento en escolarización de los niños y las niñas. Además, otros estudios han demostrado que la presencia de mujeres en las juntas directivas y en los altos cargos de gestión lleva a mejores resultados en las empresas (FMI, 2013). Pero entonces, ¿por qué sigue siendo tan bajo el porcentaje de participación femenina en la fuerza laboral mundial? (solo alrededor del 50 % del total de la población femenina forma parte de ella). Existen factores biológicos, culturales y sociológicos que condicionan el ingreso o la permanencia de las mujeres al mercado laboral, pero entre los más determinantes está el embarazo y la posterior responsabilidad de cuidar a los hijos, la cual recae —en la mayoría de las ocasiones— sobre las mujeres, producto de los roles de género tan desiguales que aún se mantienen en nuestra sociedad (INAMU, 2019).
Es por esta razón, que se vuelve imperativo que en los ambientes de trabajo se faciliten las condiciones, tanto para que las mujeres se vean atraídas a participar en el mercado, como para que, si deciden ser madres, se mantengan en los trabajos tanto durante el embarazo como en su periodo de lactancia. Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de España (INSHT, s. f.), en el caso de los embarazos, lo primordial es tener identificados los posibles riesgos para la salud, tanto de la madre como del feto, ya que ambos se vuelven especialmente sensibles a determinadas condiciones laborales que pueden ir desde los ruidos, posturas de trabajo y esfuerzo físico, hasta estrés, agentes biológicos o químicos, etc. Ahora bien, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2018), en el caso de las madres en periodo de lactancia, es determinante la creación de entornos que permitan combinar la lactancia y el trabajo de una forma práctica y satisfactoria, lo cual tiene relacionado consigo una serie de beneficios como retención de talento, incremento en la productividad por la disminución en la tasa de ausencias, amento en la tasa de retorno al trabajo después del parto, mayor compromiso de las colaboradoras y satisfacción laboral.
Finalmente, se debe acotar que una legislación robusta que proteja los derechos de las mujeres en estado de embarazo o en lactancia, así como los mecanismos para lograr su adecuada implementación, es de máxima relevancia, pero no suficiente para aumentar la participación de la mujer en el mercado laboral. La generación de políticas, tanto púbicas como privadas, que vengan a mejorar las condiciones de trabajo para estas mujeres, aumentando la seguridad y comodidad de sus espacios, es un paso que nos encamina a la autonomía económica de ellas, en busca de una sociedad más equitativa y libre de discriminación.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
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Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. (2018). Fomento de una cultura de lactancia materna en los centros de trabajo. https://www.unicef.org/mexico/media/1911/file/Guia%20de%20Lactancia%202018.pdf
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Fondo Monetario Internacional, (2013). Las mujeres, el trabajo y la economía: Beneficios macroeconómicos de la equidad de género. https://www.igualdadenlaempresa.es/recursos/webgrafia/docs/Las_mujeres_el_trabajo_y-FMI.pdf
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Instituto Nacional de la Mujer, INAMU. (2019). Tercer Estado de los Derechos Humanos de las Mujeres en Costa Rica. https://www.inamu.go.cr/documents/10179/275546/Tercer+Estado+de+los+Derechos+Humanos+de+las+Mujeres+en+Costa+Rica+%282019%29.pdf/f1affa72-985f-4489-bcf6-28206a661e4d
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Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de España, INSHT. (s. f.). Directrices para la evaluación de riesgos y protección de la maternidad en el trabajo. https://www.insst.es/documents/94886/96076/Directrices+para+la+evaluaci%C3%B3n+de+riesgos+y+protecci%C3%B3n+de+la+maternidad+en+el+trabajo/7caad3b7-f51a-423f-a723-fee50c8e16c7