Por Fiorella Vado - Estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales
“La ignorancia mata a los pueblos, por eso es preciso atar a la ignorancia”. José Martí
A pesar de los esfuerzos continuos de las entidades salubres y gubernamentales por estandarizar la información respecto al COVID-19, se ha denotado el incremento en las noticias falsas que secunden el pánico y desconfianza en la población. Con la llegada de las vacunas al país la oportunidad para volver a la “normalidad” es cada vez más cercana; sin embargo, el movimiento antivacunas toma cada vez más fuerza y obstaculiza el proceso. En tiempos de crisis la accesibilidad de la información verídica es esencial para disminuir la propagación e incluso las muertes. Por ende, ¿cómo pueden las entidades contraatacar este fenómeno desinformativo?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), la aplicación de vacunas salva alrededor de tres millones de vidas cada año. A pesar de la extensa evidencia científica e histórica de las vacunas, como componentes claves para mitigar enfermedades altamente virales como el COVID-19, el problemático movimiento antivacunas prevalece y puede atribuirse al flujo de información de manera desregulada e inexacta en las redes sociales. En estas se crean “pozos de información” donde el escepticismo ha popularizado teorías conspirativas como la alteración del ADN, la metalización del cuerpo o la inserción de chips, e incluso la recomendación de productos que contienen clorito de sodio o dióxido de cloruro. A pesar de que estos mitos pueden ser fácilmente desmentidos, su peligro es inminente, ya que, como estiman las recientes investigaciones de la OMS (2021), cerca de 6000 personas en todo el mundo fueron hospitalizadas debido a la desinformación del coronavirus y al menos 800 personas murieron debido a ella.
Podemos atribuir estas brechas de información a factores como la desconfianza en los gobiernos, la desigualdad de condiciones tanto económicas como educacional, e incluso a la imparcialidad entre sentimientos y datos. Respecto al impacto nacional, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS, 2021) reporta que en ciudades como La Fortuna, en San Carlos, “el nivel de rechazo alcanza el 31,2 %, en Santa Rosa informó 25 % y en Florencia 21 %, mientras que, en Pital, Guatuso, y Los Chiles el rechazo es superior al 10 %”. Con esto, se puede evidenciar como muchos costarricenses sufren de una vulnerabilidad analítica, esta puede ser abordada por medio de estudios cuantitativos patrocinados por los gobiernos locales y el Ministerio de Salud, ya que brinda un enfoque más allá de los datos binarios y busca el entendimiento intrínseco de las problemáticas.
Según Sampieri et al. (2014), el método cualitativo prioriza la recolección de datos no estandarizados ni predeterminados completamente. Tal recolección consiste en obtener las perspectivas y puntos de vista de los participantes (sus emociones, prioridades, experiencias, significados y otros aspectos más bien subjetivos). Teniendo en consideraciones estos aspectos, las instituciones serán capaces de brindar un acompañamiento multidimensional, el cual ataque directamente sus necesidades y cree una cercanía que ayude a cerrar las brechas causadas por la desigualdad. También se debe recalcar que gran parte de la población cuenta con gran entusiasmo ya que, según la CCSS (2021), se han brindado 2 150 520 dosis.
En conclusión, la pandemia ha recalcado las brechas sociales y como muchas veces los datos científicos y objetivos fallan en ser impactantes. Por ende, se debe procurar la integración de herramientas investigativas cualitativas en estos estudios, ya que ayudan a contextualizar los datos en perspectivas más humanas que facilitan entendimiento de esta emergencia. Al mismo tiempo las plataformas sociales deben implementar marcos robustos para la verificación de datos y así convertirse en medios seguro. También se debe reforzar la responsabilidad individual al buscar y compartir información, así como el desarrollo de habilidades de análisis crítico y comunicación efectiva para contar con una población preparada para buscar la verdad en tiempos de ambigüedad.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
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Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). (2021, 14 junio). Vacunación COVID-19. https://www.ccss.sa.cr/web/coronavirus/vacunacion
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Organización Mundial de la Salud. (2021, 27 abril). Fighting misinformation in the time of COVID-19, one click at a time. https://www.who.int/news-room/feature-stories/detail/fighting-misinformation-in-the-time-of-covid-19-one-click-at-a-time
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Organización Mundial de la Salud (OMS). (2020, 30 diciembre). Vacunas e inmunización: ¿Qué es la vacunación? https://www.who.int/es/news-room/q-a-detail/vaccines-and-immunization-what-is-vaccination
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Sampieri, R. H., Collado, C. F., Lucio, P. B., Valencia, S. M. y Torres, C. P. (2014). Metodología de la investigación (6th ed.). Mcgraw-Hill.