Tras la primera jornada de ataques militares rusos contra Ucrania, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países como Japón y Australia anunciaron más sanciones económicas contra Rusia, pero ninguna de ellas es la desconexión de Moscú del sistema financiero SWIFT, una medida que se especulaba estaría entre las represalias anunciadas contra el Kremlin tras una invasión a gran escala.

En sencillo, la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales  (SWIFT, por las siglas en inglés) se fundó en 1973 para enviar mensajes y transacciones de dinero seguras a nivel mundial. Actualmente, unas 11.000 instituciones financieras utilizan el SWIFT y no existe alguna alternativa que se use de manera general, por lo que sacar a Rusia del SWIFT le haría casi imposible mover dinero. 

Aunque algunos políticos y analistas ya han propuesto esa consecuencia contra los actos del presidente ruso, Vladimir Putin, una disrupción de este tipo también supondría que los clientes extranjeros de las empresas rusas, particularmente importantes los compradores de petróleo y gas que comercializan en dólares estadounidenses, también se verían afectados.

Bloquear a Rusia del SWIFT es una posibilidad que ya se ha barajado anteriormente. En 2014 Gran Bretaña propuso esta medida como consecuencia por la anexión de Crimea. Por entonces, la agencia de comunicación estatal rusa TASS, había dicho que una medida como esta le costaría a Moscú el 5% del PIB, o lo que es decir $103 billones de dólares. 

Desde entonces, el Kremlin ha trabajado por brindar una alternativa a las entidades financieras que operan en Rusia para seguir moviendo dinero alrededor del mundo. Ante la posibilidad reciente de que esta sanción se materialice, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, aseguró que si bien un eventual bloqueo del SWIFT representa una dificultad para transferir el dinero, ello “no será una catástrofe”, según publicó TASS en enero de este año.

Además, Medvédev manifestó estar convencido de que las potencias de Occidente no desconectarán a Rusia del SWIFT “sobre todo porque tenemos un gran número de transacciones en marcha".

Un análisis publicado por The Economist sostiene que esta eventual sanción “no valdría la pena”, primero porque Rusia ya tiene su propio sistema de transferencias seguras y segundo porque Rusia posee una economía que duplica a cualquiera que Estados Unidos haya sancionado antes, lo anterior deriva en daños colaterales a economías más pequeñas y a sectores productivos estadounidenses y europeos que mantienen negocios con Rusia.