Por A. Daniela Calvo Barrantes – Estudiante de la carrera de Ingeniería Química

El agua es uno de los elementos más importantes para los seres vivos no solo porque permite la subsistencia y el desarrollo de muchas especies a lo largo y ancho del territorio, sino que a nivel ambiental participa en el equilibrio ecológico. Para el cuidado y un mejor aprovechamiento de este recurso, a nivel país se han creado una serie de legislaciones entorno a esta temática, que cubren tanto las aguas de superficie, por ejemplo, ríos y lagos como las subterráneas. Estas son de gran importancia y de uso a nivel nacional, ya que, según Madrigal, Fonseca, Núñez y Gómez (2014), más del 70% de la población se abastece con agua de acuíferos. Los mantos acuíferos se originan por medio de la infiltración del agua por las capas subterráneas de la tierra que se acumulan formando manantiales, nacientes y pozos.

Además de ser utilizados para consumo humano, la presencia de mantos es esencial para la vida de los diversos ecosistemas, debido a que funcionan como vivienda, fuente de alimento, resguardo y abastecimiento para varias especies (Barranco, 2018). Debido a su importancia para el medio y los seres vivos, es necesario proteger estos cuerpos de agua contra la infiltración de sustancias contaminantes. La infiltración es un proceso donde el líquido es absorbido por una superficie y es almacenado. El problema con los mantos acuíferos es que los fluidos que absorbe la tierra no sólo contienen agua pluvial, sino una serie de partículas nocivas. No obstante, a pesar de reconocer el valor del cuido y mantenimiento de las aguas, a nivel nacional está sucediendo todo lo contrario.

Por ejemplo, la agricultura utiliza una gran cantidad de agroquímicos para cumplir con la cosecha y estándares de producción, lo cual deja los suelos totalmente destruidos debido al impacto de estas sustancias, que con el tiempo son absorbidas y llegan a las fuentes de agua subterráneas. Sin embargo, el campo agrícola es sólo una pequeña parte del problema: las descargas residuales, tanques sépticos con fugas, el inadecuado tratamiento de aguas residuales, los vertederos provocan que estas sustancias se infiltren en la tierra y contaminen el agua subterránea. No es necesario ser un experto en la materia para observar que gran parte de la contaminación de estos mantos se debe, como de costumbre, por la mano humana.

¿A qué punto tendremos que llegar para tomar consciencia de que nuestros actos con fines lucrativos, egoístas y negligentes están acabando con el ambiente, ahora no solo de forma superficial, sino también desde el interior?
Es cierto que Costa Rica cuentan con leyes que protegen el medio ambiente, por ejemplo, la Ley Orgánica del Ambiente N° 7554, el Reglamento de Perforación del Subsuelo para la Exploración, Aprovechamiento de Aguas Subterráneas DE- 35884- MINAET, Ley de Aguas N° 276, la Ley General de Agua Potable N° 1634, entre otras (Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, 2016); sin embargo, la legislación sin cumplimiento es nada y eso es lo que sucede a nivel país. Las entidades gubernamentales tienen el deber de velar por el cumplimiento de los marcos legales, pero no han cumplido en totalidad con sus deberes.

En muchas ocasiones productores o empresarios han tenido la libertad de crear plantaciones o industrias en zonas vulnerables donde no se regula el manejo de los desechos y como resultado pueden afectar distintas áreas, como los mantos acuíferos. Es importante destacar que un porcentaje de la responsabilidad por cuidar estas fuentes de agua es del gobierno, pero la ciudadanía también tiene el deber de informarse, actuar y cuidar las fuentes de aguas subterráneas con acciones tan simples como la reducción de productos químicos altamente contaminantes y el correcto manejo de residuos. Cuidar nuestros mantos es un compromiso de todos.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Barranco, A. (2018). El agua subterránea y su importancia socioambiental. Agua: Tesoro Subterráneo, 1(1), 6-21. http://www.uaslp.mx/Comunicacion-Social/Documents/Divulgacion/Revista/Quince/227/227-04.pdf
• Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados. (2016). Política Nacional de Agua Potable de Costa Rica 2017 – 2030. San José, Costa Rica: Comisión Interinstitucional del A y A. https://www.aya.go.cr/Noticias/Documents/AyA%20Pol%C3%ADtica%20Nacional%20de%20Agua%20Potable%20de%20Costa%20Rica%202017- 2030.pdf
• Madrigal, H., Fonseca, A., Núñez, C. y Gómez, A. (2014). Amenaza de contaminación del agua subterránea en el sector norte del acuífero Barva, Heredia, Costa Rica. Tecnología y ciencias del agua, 5(6), 103-118. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-24222014000600007&lng=es&tlng=es