Pobreza de los Aprendizajes es un termino que adoptó el Banco Mundial para referirse a la cantidad de estudiantes de 10 años que no tienen las capacidades necesarias para leer y comprender un texto escrito.

El octavo Informe del Estado de la Educación volvió a recordar la importancia de la necesidad de mejorar los aprendizajes de la lengua, especialmente de la competencia lectora en los estudiantes durante la educación temprana en Costa Rica.

Como antecedentes se puntualizó en varios aspectos alarmantes:

Tales datos, el Estado de la Educación los traduce en que aún falta mucho por hacer para que todos los estudiantes cuenten con las oportunidades mínimas de alcanzar niveles aceptables de comprensión lectora, así como las competencias de escritura necesarias. 

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Momentos clave

En este aspecto se señalan dos momentos claves para el desarrollo de la competencia lectora:

  1. “Aprender a leer” (incluye codificación, fluidez y comprensión) y se enseña durante el primer y segundo año escolar.
  2. “Leer para aprender” que ocurre en el tercer y cuarto año escolar.

El informe indica que, en el momento 1 los escolares del primer ciclo de la primaria que no recibieron aprendizajes claves en la educación a distancia, enfrentarán dificultades para la transición hacia el segundo ciclo si no se implementan estrategias de nivelación prontas y oportunas.

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La Coordinadora de Investigación del proyecto, Isabel Román Vega, conversó con Delfino.cr y argumentó que ve necesario trabajar son las decisiones sobre planes de nivelación de los estudiantes más afectados por el apagón educativo (interrupciones de los ciclos lectivos encadenadas durante los últimos cuatro años y que provoca un recorte significativos en los aprendizajes estudiantiles).

Muchos países están haciendo cosas en esta línea como clubes de verano, extendiendo la jornada escolar, poner a lo mejores docentes a atender a los estudiantes más desconectados, haciendo estrategias específicas para los estudiantes más golpeados".

En el momento 2, el estudiantado ya adquirió la competencia lectora básica y comienza el prolongado camino de usarla como instrumento para obtener nueva información y conocimientos.

Es decir, los estudiantes pasan a leer libros de texto de distintas disciplinas, obras de referencia, periódicos y revistas que contienen ideas más abstractas, vocabulario complejo y sintaxis poco familiar.

Los resultados del último informe indicaron que el año anterior en esta materia solo se completó en un 58 % los planes de estudio. El Estado de la Educación detalló:

El concepto actual de la lectura está intrínsecamente relacionado con la competencia digital de los estudiantes, estos deben contar con habilidades superiores para manejar amplios volúmenes de información, textos en diferentes formatos, construir sus propias líneas argumentales, ser reflexivos, evaluar la veracidad de los textos y ser selectivos".

La investigadora explica que no se trata de nuevas reformas curriculares, si no de adaptar los enfoques novedosos de enseñanza hacia las formas de lectura diversas a raíz de tales modificaciones y las habilidades demandas por los ciudadanos competentes en la actualidad.

Relacionado a esto y al pensar en la educación futura, Román Vega explicó que primero se debe salir el apagón educativo para posteriormente encaminarse a una enseñanza de mejor calidad.

Pensemos en la escuela del siglo XXI. Esta es una escuela que tiene ambientes conectados, donde el tema del uso de las tecnologías es un uso activo. Necesitamos docentes con competencias digitales".

En esta enseñanza, dice que las aulas se deben convierten en laboratorios de innovación; donde el docente está apoyando a los estudiantes para que puedan utilizar las tecnologías para generar conocimiento.

Si nosotros tenemos estudiantes que hoy, de 4to grado y no saben leer, en los próximos años lo que vamos a tener es lo que el banco mundial llama el incremento de la pobreza de los aprendizajes. Es decir, niños de 10 años que no saben comprender un texto".

Un análisis preliminar del Banco Mundial enfatizó en que la pandemia de COVID-19 podría hacer que la pobreza de aprendizajes, el porcentaje de niños de 10 años que no pueden leer un texto básico, aumente a cerca del 70 % en los países de ingreso bajo y mediano. El presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, comentó: 

Cientos de millones de niños han perdido, como mínimo, un año completo de escolaridad debido a la COVID-19. Esta pandemia ha causado la mayor pérdida de capital humano que se recuerde y la peor crisis de educación en el último siglo”. 

A lo que secundó la vicepresidenta de Desarrollo Humano del Banco Mundial, Mamta Murthi, y añadió que "las pérdidas en la educación son una parte del dramático revés que sufre el capital humano y que pone en peligro a esta generación". 

Los países deben implementar planes ambiciosos y enérgicos en gran escala para recuperar esas pérdidas, haciendo hincapié en las poblaciones más desfavorecidas, en particular las niñas y las jóvenes, los niños con discapacidad y los miembros de familias pobres”.