Por Adriana Cordero - Estudiante de la carrera de Química Industrial
¿Son los biocombustibles verdaderamente amigables con el medio ambiente? En primera instancia, se debe conocer que el biodiésel, según Encinar et al. (2011), “es un metil éster obtenido a partir de aceites vegetales o grasas animales, de características similares al diésel, que lo pueden sustituir total o parcialmente como combustible de motores de combustión interna” (Tejeda, Tejeda y Villabona, 2013). Su uso es una excelente opción ecológica al disminuir las emisiones de CO2 y reducir la dependencia de fuentes de energía no renovables. Según Micu (2020) “el diésel es una mezcla de hidrocarburos líquidos y gaseosos, elementos químicos inorgánicos e impurezas físicas, acompañado de bacterias”. Además, la actividad petrolera es una de las industrias que más contamina el medio ambiente, y la quema de combustibles fósiles ha sido la principal causa del calentamiento global.
Se ha comprobado que la contaminación generada por el diésel es mucho mayor en comparación con el biodiésel, pues, según US Department of Agriculture, un galón de diésel petrolero produce 12.7 kg de emisiones de CO2, mientras que un galón de biodiesel produce
2.7 Kg de estas emisiones” (Universidad de los Andes, 2014). Analizando estas cantidades es posible demostrar que la generación de emisiones es significativa, sin embargo, en muchas ocasiones son erróneas, pues dependen exclusivamente del adecuado uso de la tierra, porque es posible contaminar más deforestando todo un terreno que utilizar diésel (Aguilar, 2011). Según Llanes et al. (2017) se ha comprobado que el biodiésel disminuye las emisiones de partículas sólidas menores a 10 micrones (PM10), monóxido de carbono (CO) y óxidos de azufre (SOx), peligrosos agentes contaminantes. Además, de acuerdo con la Environmental Protection Agency (EPA) las emisiones de material particulado disminuirían en un 47 % utilizando biodiésel, y las de monóxido de carbono en un 48%.
A partir de datos científicos se analiza que las emisiones de biodiésel proveniente de distintas biomasas son mucho menores a las del diésel, incluso utilizando distintas biomasas y métodos, que son pirólisis, micro-emulsificación y transesterificació (Tejeda, 2017). Por esta razón, se motiva a la población a consumir biodiésel en sus vehículos; por lo general son mezclas de diésel (20%) con biodiésel (50%), o bien biodiesel en su estado puro. Su uso depende del modelo del vehículo y si su mecánica lo acepta. Esto es aplicable a otros países distintos a Costa Rica que cuentan con los recursos económicos para generar el proyecto para la producción del biodiesel.
Costa Rica ha fomentado la implementación de energías limpias, pero el país consume energía proveniente de combustibles fósiles de un 80%, lo cual genera una alta contaminación y vuelve a la población vulnerable tras el aumento de los precios en estos. Se tiene la problemática de que Costa Rica es un país dependiente del recurso fósil, pues RECOPE compra el combustible a otros países (Bermúdez, 2014).
Finalmente, se afirma que la contaminación que generen los biocombustibles va a depender de un mal uso de la tierra, por lo que no siempre van a generar altas emisiones de CO2. Lo óptimo sería generar biodiesel, con un buen manejo del suelo, en donde verdaderamente se reduzcan esas emisiones. A pesar de que Costa Rica actualmente no cuente con el dinero, es bueno que tenga planificado a futuro este proyecto, y es recomendable que inicie por lo más básico, es decir, la generación de biocombustibles de primera generación, a partir de biomasas comestibles como el maíz, pues tienen un método simple y, según Tejeda et al. (2013), “se recomienda emplear la reacción de transesterificación para la obtención de biodiesel, debido a que tiene un 98% de conversión, mediante pocas reacciones secundarias y reduce el tiempo de reacción”.
