Por Andrea Fernández Castro - Estudiante de la carrera de la carrera de Ingeniería en Seguridad Laboral y Ambiental

De acuerdo con el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) (2005), los principales riesgos por intoxicación, alergias o irritaciones en el hogar se dan principalmente por productos de limpieza, insecticidas, pinturas y disolventes, medicamentos y combustibles, entre otros productos disponibles en el hogar. Cuando hablamos de combustibles en casa, podemos encontrarlos en cualquiera de los tres estados de la materia, ya sean líquidos, sólidos o gaseosos. Por ejemplo, podemos encontrar combustibles en productos como carbón, alcohol, aerosoles, lacas, aceites, gasolina, maderas, entre otros. Y aunque son productos que se utilizan regularmente en un hogar, normalmente no se conoce su nivel de riesgo, por lo cual no se le da la importancia necesaria y no se manejan de la manera más adecuada. De acuerdo con un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (2007), la contaminación por el uso de combustibles sólidos espacios cerrados provoca un 5% de la mortalidad en 21 países. El estudio menciona que se utiliza, por ejemplo, la madera o el carbón para cocinar y, al respirar los gases que estos combustibles emanan, se pueden provocar enfermedades como neumonía, más que todo en niños, o problemas respiratorios crónicos en adultos.

Los combustibles son sustancias que contienen componentes con una propiedad en común: la inflamabilidad (Universidad Politécnica de Valencia, 2012), lo cual significa que son sustancias que pueden provocar o activar un incendio o una explosión con facilidad, con solo un breve contacto con una fuente de ignición (Organización Mundial de las Naciones Unidas, 2015). No importa la cantidad de combustible que se tenga almacenada o disponible, cualquier cantidad será suficiente para iniciar un incendio o una explosión. Para que ocurra un incendio, se necesitan 3 elementos: aire, combustible y un foco de calor; sin embargo, si el combustible es un gas, puede generarse una explosión. Es importante mencionar que el foco de calor puede ser desde una lámpara encendida hasta una llama (INSHT, 2005).

Los principales efectos a la salud de los combustibles se dan al inhalarlos, ingerirlos o por contacto dermal, y pueden provocar mareos, dolor de cabeza o incluso incapacidad para respirar y hasta la muerte. Uno de los combustibles más peligrosos es la gasolina, el cual contiene vapores que se acumulan a ras del suelo por lo que en cualquier momento podrían provocar un incendio o una explosión. Inhalar continuamente el vapor de un combustible como la gasolina puede provocar irritación en la nariz, garganta, bronquios y pulmones. Los vapores que estos emanan también pueden causar irritación, lagrimeo, asfixia, arritmias y afectaciones al sistema nervioso. Además, si se tiene contacto con la misma puede causar irritación en la piel, resequedad o grietas en la piel que eventualmente podrían infectarse. Por todo esto, se debe tener cuidado con la manera en que se almacena y manipula este tipo de combustible en el hogar, ya que muchas veces la gasolina, por ejemplo, se almacena en envases sin ningún tipo de etiqueta. Cuando la ropa, calzado o cualquier trapo es contaminado con gasolina y se guarda en un espacio cerrado, podría eventualmente incendiarse de la nada (Gobierno de México, 2019).

De acuerdo con lo anterior, es de suma importancia que se eduque a la población con respecto a los tipos de combustibles más comunes que existen en los hogares, dar a conocer prácticas seguras sobre su transporte, almacenamiento y manejo. Se debe concientizar sobre cuáles son los principales efectos y riesgos de estas sustancias; y también que la población sepa qué hacer en caso de emergencia. Esto es parte de la inversión en prevención que deben desarrollar los gobiernos con el fin de tener hogares seguros, y familias con el más alto grado de bienestar.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Gobierno de México. (2019, 07 de febrero). Comunicación de riesgos ante la exposición a gasolina. https://www.gob.mx/cofepris/acciones-y-programas/comunicacion-de-riesgos-ante-la-exposicion-a-gasolina
• Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT). (2005). Accidentes en el hogar. https://www.caib.es/sites/materialdidactic/ca/accidents_a_la_llar_per_que_ocorren_com_evitar-los-50613/archivopub.do?ctrl=MCRST4245ZI132707&id=132707
• Organización Mundial de las Naciones Unidas. (2015). Sistema Globalmente Armonizado de clasificación y etiquetado de productos químicos (SGA). https://unece.org/fileadmin/DAM/trans/danger/publi/ghs/ghs_rev06/Spanish/ST-SG-AC10-30-Rev6sp.pdf
• Organización Mundial de la Salud. (2007). Nuevos datos de los países muestran la pesada carga de la contaminación del aire en espacios cerrados. https://www.who.int/mediacentre/news/notes/2007/np20/es/
• Universitat politécnica de Valencia. (2012). Manejo de combustibles líquidos inflamables y sus residuos. https://www.sprl.upv.es/iop_sq_30.htm