Por Noelia Rojas Cubero – Estudiante de la carrera de Derecho
La globalización en el siglo XXI ha tenido un gran impacto sobre la economía entre los diversos países del mundo. Sin embargo, el progreso de la globalización ha desencadenado la contaminación a nivel mundial, a través del incremento de uso de automóviles, formación de nueva infraestructura, desarrollo de industrias, aumento desmesurado de la población, entre otros factores. Es necesario recordar que, a partir del 2020, los seres humanos solo tienen 10 años para detener el cambio climático, por lo que el medio ambiente es un tema que debe ser tratado con urgencia por todos los países del mundo.
Ahora bien, la urgencia de ocuparse por el medio ambiente se justifica principalmente en el derecho fundamental que poseen todos los seres humanos a tener un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Debido a lo anterior, es trascendental que los países comiencen a tomar acciones respecto al mismo. En primer lugar, los países deben cumplir lo ratificado en los Tratados y Convenciones, tales como la Carta Mundial de la Naturaleza, Cumbre del Milenio, Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), Convenio de Viena y Convenio Marco de la Diversidad Biológica.
En segundo lugar, deben cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible establecidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU), específicamente los siguientes: 6. Agua limpia y saneamiento, 7. Energía asequible y no contaminante, 13. Acción por el clima, 14. Vida submarina y 15. Vida de ecosistemas terrestres.
En tercer lugar, tienen que evitar que los países, de manera individual, realicen prácticas que deterioren el mismo; lo anterior puede verse reflejado con el siguiente ejemplo: si un país latinoamericano tira desechos químicos al Océano Pacífico afectaría no solamente al país como tal, sino que, además, perturbaría a los demás países y traería consecuencias negativas, como el deterioro del ecosistema marino, contaminación, entre otros.
En cuarto lugar, los países deben realizar acciones que promuevan el cuidado del medio ambiente; esto se puede exteriorizar con el siguiente ejemplo: si un país latinoamericano efectúa pequeños cambios, tales como reciclar, limpiar las playas, no contaminar los ríos, reducir el uso de plásticos o de automóviles, conservar áreas silvestres, entre otros; esto traería como consecuencias positivas no solo beneficios ambientales para el país, sino que involucraría a todos los países, puesto que el ambiente estaría ecológicamente equilibrado.
En quinto lugar, es necesario procurar que cada país, de manera particular y como parte del derecho interno, elabore normas que protejan el medio ambiente; verbigracia, Costa Rica, que tiene diversa normativa que vela por el cuidado del medioambiente, por ejemplo, Ley para combatir la contaminación por plástico y proteger el ambiente, Ley Orgánica del Ambiente, Ley de Biodiversidad, Reglamento Orgánico del Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, entre otros. Así es dable llegar a la conclusión de que es necesario velar por la protección internacional del medio ambiente, puesto que la mejora o deterioro del este provoca efectos a nivel mundial.
