Por Stacy Peña Bonilla - Estudiante de la carrera de Publicidad

“El voluntariado es una vía poderosa para que cada vez más gente se una a la causa” (ONU-Voluntarios, 2019). Históricamente, ha sido un fenómeno capaz de movilizar masas en busca de una transformación social, ya que, sin duda, el mundo necesita de personas capaces de ver, juzgar y actuar para transformar el día a día y dejarse transformar. Ahora bien, independientemente del tipo de voluntariado que se lleve a cabo, este consta de tres etapas sumamente importantes: la planificación, la ejecución y la evaluación.

En una primera etapa, la planificación engloba todos aquellos aspectos que responden al qué, cómo, cuándo, dónde, para quién, para qué, por qué estamos o no desarrollando e ideando una determinada actividad de voluntariado. Esta etapa es sumamente importante para trazar la ruta que llevará a un determinado objetivo o meta, y merece la misma atención que su implementación o desarrollo, ya que es aquí donde está la clave del éxito.

Seguidamente, está la ejecución. Es aquí donde la mayoría de las personas se integran o involucran, ya que las organizaciones o entidades a cargo suelen buscar “mano de obra” que tenga afinidad e interés a los proyectos en cuestión. A su vez, es una de las etapas más retadoras a la hora de realizar voluntariado, ya que es estar frente a frente llevando a cabo una actividad completamente fuera de nuestra zona de confort. Sin duda, es acá cuando lo intangible se vuelve tangible y deja de ser una idea para convertirse en una acción concreta que necesita de un involucramiento continuo de las distintas partes.

En un tercer plano está la evaluación. Pero ¿por qué es tan importante para las actividades de voluntariado? Como dice el matemático y físico William Thomson Kelvin: “lo que no se mide, no se puede mejorar”. Y no solo se trata de hacer acciones por hacerlas, estas deben ser específicas, relevantes, alcanzables, pero sobre todo medibles para posteriormente poder analizar su impacto e identificar posibles puntos de mejora (Knöbl, 2018). Nunca nada sale del todo mal, pero tampoco sale del todo bien, encontrar aspectos que se pueden o deben reforzar es parte del compromiso a la hora de llevar a cabo este tipo de acciones, pero siempre hay que enfocarse en la obtención de mejores resultados.

Dicho lo anterior, el voluntariado debe entenderse desde diferentes etapas que buscan construir a un mismo objetivo. Esta, sin duda, es una actividad sumamente enriquecedora para todas las partes involucradas, ya que es bidireccional: es un ganar - ganar. No morir en el intento, es entenderla como un proceso continuo y en constante mejora, que necesita de mucho compromiso, dedicación y tiempo. Un cambio de estructura necesita de acciones que perduren y se enfoquen en un determinado fin. Por eso, la verdadera transformación social viene de aquellos que de manera progresiva buscan brindar su aporte sin esperar nada a cambio.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencia bibliográfica:
  • Knöbl, E. (2018). Objetivos SMART: qué son y cómo utilizarlos. https://www.titular.com/blog/objetivos-smart-que-son-y-como-utilizarlos
  • ONU–Voluntarios. (2019). El voluntariado y los Objetivos Mundiales. https://www.unv.org/node/7582