Por Allan Rodríguez Coto - Estudiante de Ingeniería en Circuitos y Sistemas Electrónicos
"Quienes sean capaces de renunciar a la libertad esencial por obtener una pequeña seguridad transitoria no merecen libertad ni seguridad." - Benjamin Franklin
El año 2020 será recordado en la historia como una época de dificultades debido a la pandemia global del COVID-19. Desde inicios del año pasado, múltiples países han optado por limitar la libertad de tránsito de las poblaciones en busca de prevenir que el virus cause daños en las comunidades. Y es precisamente en estos periodos donde se hace la pregunta de qué tan benéficos son estas limitantes impuestas y si llegarán a afectar la calidad de vida de las personas. Para evidenciar que estas restricciones representan un mal mayor al que el mundo se enfrenta actualmente, se deben analizar las consecuencias de la implementación de estos métodos de control poblacional.
Para prevenir y llegar idealmente a detener la propagación del virus causante de COVID-19, gran variedad de países como Alemania, Sri Lanka, China, Estados Unidos y Canadá han implementado una serie de medidas gubernamentales, entre las que destacan el cierre de aeropuertos, aislamientos sociales y sobre todo cuarentenas obligatorias. Estos protocolos conllevan un alto costo económico, mental y social para las personas cuya libertad se ve restringida. Las repercusiones económicas negativas de las restricciones en movilidad se pueden evidenciar en Sri Lanka, donde Robinson y Kengatharan (2020) observan que uno de los resultados de la cuarentena total de la isla es que las pequeñas y medianas empresas se encuentran financieramente frágiles, debido a que tienen limitaciones para llamar a sus empleados de vuelta al trabajo, hay escasez de materiales, y hay declive en la demanda de productos y servicios que causa problemas con los pagos de préstamos, intereses, servicios básicos y los salarios de sus empleados. En el ámbito de la salud mental de las personas, esta se ve severamente perjudicada independiente de si las personas se encuentran contagiados por el virus o no; como lo demuestra García-Álvarez et ál. (2020) al encontrar respuestas de depresión, ansiedad y estrés en altos porcentajes de la población de España que se encuentra en confinamiento a raíz de la pandemia. Finalmente, para el caso social, la mayoría de las personas encerradas en sus hogares no están acostumbradas a pasar excesiva cantidad de tiempo en confinamiento, por lo que Zhang y Wang (2020) recomiendan que las personas adopten estilos de vida y dietas saludables, y que adicionalmente aquellos que deban salir eviten comportamientos que causen riesgos en espacios públicos.
Un punto crucial por tomar en cuenta es la efectividad de las medidas gubernamentales que restringen la libre movilidad de las personas, con respecto a la disminución del contagio del virus responsable de COVID-19, ya que las estrategias de cuarentena, cierre de aeropuertos, distanciamiento social, aislamiento social y contacto físico mínimo son aseguradas como las mejores técnicas exitosas que reducen la propagación de la pandemia del COVID-19 (Tabari et ál., 2020). Inclusive, para detener por completo la propagación de la pandemia se llega a recomendar que los gobiernos implementen leyes y medidas de una manera estricta y rigurosa (Tabari et ál., 2020), tal y como sucede en China, donde las cuarentenas masivas y prolongadas dan resultados favorables con grandes disminuciones en la tasa de crecimiento de casos confirmados de COVID-19 (Taghrir et ál., 2020). Sin embargo, Taghrir et ál. (2020) presentan dos ejemplos de que estas medidas estrictas son ineficientes: la primera es que la restricción de movilidad en China generó solamente un retraso en la expansión de la pandemia, sin disminuir el impacto y magnitud del virus; y el segundo ejemplo data del año 2003, cuando se dio el brote del virus SARS en Canada, Taiwan y China, en donde las cuarentenas masivas en estos países fueron inefectivas en controlar la expansión del SARS, y terminaron causando pánico el las poblaciones. Como ejemplo adicional de lo contraproducente de los controles de movilidad, durante el brote de MERS-CoV del 2015 se puso en aislamiento a 17000 personas, las cuales padecieron de problemas en manejo de ira, ansiedad, depresión y estrés postraumático (Sharma et ál., 2020).
La no implementación de las medidas de restricción de tránsito y movilidad junto con las cuarentenas forzadas por los gobiernos llevarían a un incremento en el contagio del virus causante de COVID-19. Y aunque la salud de la población es importante y se debe resguardar, también se deben tomar en cuenta los males del deterioro severo de la economía de las personas en conjunto con la alta probabilidad de que la población sufra problemas mentales o emocionales. Por ello, en conclusión, las restricciones a la libertad de movimiento aplicadas durante largos periodos de tiempo conllevan un mayor número de problemas y desventajas en contraste con los beneficios que generan; y, por consiguiente, se deben buscar mejores mecanismos que resguarden la salud de la población sin causar severos detrimentos psicológicos ni económicos en la sociedad.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
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García-Álvarez, L., Fuente-Tomás, L., Sáiz, P., García-Portilla, M. y Bobes, J. (2020). ¿Se observarán cambios en el consumo de alcohol y tabaco durante el confinamiento por COVID-19? Adicciones, 32(2), 85-89.
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Robinson, J. y Kengatharan, N. (2020). Exploring the effect of COVID-19 on Small and Medium Enterprises: Early Evidence from Sri Lanka. Journal of Applied Economics & Business Research, 10(2), 115–125.
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Sharma, M., Batra, K. y Nahar, V. K. (2020). Alcohol Consumption in COVID-19 Pandemic: Implications for Alcohol Education. Journal of Alcohol & Drug Education, 64(2), 8–19.
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Tabari, P., Amini, M., Moghadami, M. y Moosavi, M. (2020). International Public Health Responses to COVID-19 Outbreak: A Rapid Review. Iranian Journal of Medical Sciences, 45(3), 157–169. https://doi.org/10.30476/ijms.2020.85810.1537
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Taghrir, M. H., Akbarialiabad, H. y Marzaleh, M. A. (2020). Efficacy of Mass Quarantine as Leverage of Health System Governance During COVID-19 Outbreak: A Mini Policy Review. Archives of Iranian Medicine (AIM), 23(4), 265–267. https://doi.org/10.34172/aim.2020.08
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Zhang, X. y Wang, Y. (2020). Comparison between two types of control strategies for the coronavirus disease 2019 pandemic. Journal of Infection in Developing Countries, 14(7), 696–698. https://doi.org/10.3855/jidc.12899