Por Dariela Sanabria Dugarte – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales

¿El COVID-19 ha disminuido o aumentado la desigualdad en el acceso a la educación pública costarricense? La pandemia generada por el virus ha obligado a las sociedades a reinventarse día a día debido a la crisis económica y sanitaria que generó a nivel mundial. Actualmente, la cuarentena propuesta por los epidemiólogos es una de las herramientas más efectivas para prevenir el virus. Países como Costa Rica han optado por esta medida, por lo que el Gobierno ha fomentado nuevas modalidades en el ámbito laboral y estudiantil como el teletrabajo y las clases virtuales. Sin embargo, este cambio de dinámica tan repentino puede afectar significativamente a los grupos sociales más vulnerables. La desigualdad no solo se mide en las riquezas que una persona tenga, sino en la posibilidad de acceso a servicios públicos de calidad como la educación (ONU, 2019). Por lo tanto, al cambiar la modalidad presencial a principalmente virtual se puede ampliar la brecha social entre los estudiantes que tienen acceso al internet y a la tecnología con los que no, incrementando la desigualdad educativa en el país.

Los esfuerzos del Gobierno en conjunto con el Ministerio de Educación Pública se han enfocado en desarrollar un programa para que, sin importar las condiciones de los estudiantes, estos puedan continuar sus estudios. No obstante, el objetivo principal de la estrategia “Aprendo en Casa”, consiste en dar "relevancia y pertinencia al uso de recursos tecnológicos…" (MEP, 2020, p. 4). Por otra parte, el programa brinda algunas ideas de apoyo educativo para estudiantes sin tecnología e internet tales como materiales impresos, lecturas, infográficos, entre otros. Esto puede significar que, aunque dichas instituciones públicas estén tratando de incluir a las personas sin acceso al servicio educativo, no se cumple con el objetivo, ya que el motivo del programa está dirigido a fomentar el uso de las tecnologías. Además, los alumnos que tienen la posibilidad de ver clases virtuales tienen más oportunidades de interactuar con los profesores y, a su vez, aprender de una manera más efectiva en comparación con los que solo tienen los materiales físicos en la casa. De acuerdo con Fernández (2020), sin los esfuerzos del MEP, la pérdida de aprendizaje abarcaría hasta un 87%. A pesar de ello, los estudiantes de más escasos recursos dejarán de aprender un 82% este año, mientras que los estudiantes con mayor nivel socioeconómico perderán un 25% de aprendizaje. Por ende, la desigualdad en el acceso a la educación entre los distintos grupos sociales en el país aumentó considerablemente por la pandemia, disminuyendo las oportunidades laborales y económicas, en un futuro, de los estudiantes que no pudieron continuar con sus estudios de forma virtual.

Por otro lado, es importante analizar cómo era el progreso y acceso a la educación para la población costarricense antes de la pandemia generada por el COVID-19. Según Wallace (2020), Costa Rica tiene una de las tasas de escolaridad primaria más alta de Latinoamérica con un 97 %; sin embargo, se demuestra que el problema está relacionado con la calidad del sistema y la eficiencia de la metodología más que con el acceso a la educación. Mientras que la inversión que hace el Estado representa un 7,4 % del PIB con el fin de que los costarricenses tengan acceso a una buena educación y se pueda construir una economía inclusiva y productiva, los resultados de aprendizaje son bajos. Esto puede significar que la razón de la desigualdad educativa antes de la pandemia no se basaba tanto en el acceso, sino en la calidad de la educación que recibían los estudiantes.

El coronavirus trajo grandes retos para las diferentes naciones, así como cambios drásticos que contribuyeron a la creación de estrategias para prevenir la pérdida de control en los diversos sectores que conforman a las sociedades. El programa diseñado por el MEP logró que el aprendizaje de los alumnos no se viera completamente afectado. No obstante, el diseño está enfocado en el uso de tecnologías, por lo que deja de lado a la población de escasos recursos. También es importante tomar en cuenta que la desigualdad educativa existía en el país antes de que sucediera la pandemia y que la problemática consistía en la calidad y efectividad del sistema educativo. Sin embargo, la situación actual dificultó el acceso a la educación de los grupos sociales más vulnerables. Por lo tanto, se puede decir que la desigualdad educativa ya existía, pero ciertamente esta aumentó debido al acceso limitado a la educación virtual para algunos estudiantes, ampliando de esta manera la brecha social en Costa Rica.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Fernández, A. (2020). Efectos de la COVID-19 sobre el sistema educativo costarricense (I Parte). Delfino.cr. https://delfino.cr/2020/08/efectos-de-la-covid-19-sobre-el-sistema-educativo-costarricense-i-parte
• ONU. (2020). ¿Qué es la desigualdad? Noticias ONU. https://news.un.org/es/story/2019/07/1459341
• Wallace, A. (2020). Por qué están cerrando escuelas en Costa Rica (y qué dice eso del mejor Sistema educativo de Centroamérica). BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53976051