Por Ángel Espinoza Mora - Estudiante de la carrera de Derecho

Durante el confinamiento por COVID-19 en Costa Rica, muchas personas se cuestionaron: ¿respeto el confinamiento y dejo de percibir ingresos, o me arriesgo a seguir saliendo a trabajar para garantizar el ingreso económico de la familia? Y así empezaron los primeros dilemas ante la toma de decisiones en esta nueva cotidianidad. Y así empezaron muchas personas trabajadoras a exponerse ante el virus, esto al no tener otra alternativa.

Se debe entonces tener claro que el éxito en la toma difícil de decisiones, bien lo señala Riera (2020), se debe “en primera instancia, de la capacidad de identificar aquellas alternativas 'posibles' pero, a veces, también de la capacidad de hacer posible aquellas alternativas más inverosímiles”(p.18). Se puede indicar, entonces, que se debe analizar todas las posibilidades, por ejemplo, ayudas socioeconómicas, programas de asistencia privados y públicos, diversificar los oficios (adaptándolos ante las nuevas exigencias de salubridad y autocuidado).

Sin embargo, entra en juego en este proceso el análisis de la motivación personal que tenga cada individuo: ¿cuál es la escala de prioridades que se tiene?, ¿a qué se le presta importancia? Bien indica Maslow (1991) en su teoría que el comportamiento humano está influenciado por el grado de motivación que se manifiesta. Además, Maslow estableció que el ser humano no puede orientarse a objetivos colectivos cuando sus necesidades básicas (alimentación, por ejemplo) no están cubiertas. De esta manera, si como seres humanos se debe elegir entre cubrir la alimentación y estudiar, por ejemplo, la prioridad por impulso general será la alimentación. Así las cosas, cuando se trata de tomar decisiones, generalmente se termina perdiendo algo o bien aplazando otro aspecto; de acá se origina un sentimiento de inconformidad, angustia o frustración.

Unido a lo anterior entra en juego el impacto que la decisión ha de tener no solo a nivel personal, sino el alcance que tendrá la decisión tomada con quienes se convive. Retomando el ejemplo inicial, si se decide salir a trabajar, podría verse expuesto el sistema familiar. Un factor importante será el de lograr que las decisiones tomadas tengan el menor impacto posible; además, es importante que la decisión tomada se dirija a fortalecer el desarrollo del individuo o bien se visualice como un eslabón en la construcción de dicho desarrollo. De esta manera, si nos encontramos ante dilemas complejos, ante los cuales se debe tomar una decisión, es recomendable plantear algunas interrogantes que permitan aclarar el panorama: ¿impactará o afectará positiva o negativamente a las personas cercanas? ¿Se cuenta con los recursos para llevar a término esta decisión? ¿Se tiene alguna alternativa en caso de que la decisión tomada no resulte? ¿Cómo, cuándo y dónde se llevará a cabo la decisión?

Por último, se debe considerar que factores como el COVID y la nueva cotidianidad suman aspectos complejos de vulnerabilidad al tomar algunas decisiones. No obstante, se podría gestionar siguiendo los lineamientos sanitarios, sin dejar de lado los procesos de socialización, trabajo y producción, que puedan garantizar en la medida de lo posible cierto nivel de estabilidad en cada persona ante la nueva cotidianidad.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

 

Referencias bibliográficas:
  • Maslow, A. H. (1991). Motivación y personalidad. Madrid: Ediciones Díaz de Santos.
  • Riera, A. (2020, 21 de abril). Toma de decisiones en tiempos de la COVID-19. ELMUNDO. https://www.elmundo.es/baleares/2020/04/21/5e9e21acfc6c8302028b45b9.html