Raíces es una familia formada por personas que creen en la democracia y en el buen corazón de las personas. En democracia precisamente, la mayoría se construye desde un horizonte compartido en lo diverso, lo plural y lo particular. Estamos seguros de que llegó el momento de un nuevo ciclo para replantear toda la vida en sociedad, avanzar hacia un pacto social en respeto y armonía con la naturaleza, por el planeta y su delicada situación actual; así como, por el bien de la humanidad en su conjunto. Esto implica un salto de conciencia que en primera instancia nos toca a todas las personas, pero en especial a la gente joven. Hemos pensado este espacio para crear y construir, somos energía en movimiento, fuerza creadora y poder de acción. Siempre desde el humanismo, con pensamiento crítico y profunda conciencia ambiental.
Los problemas que atraviesa el planeta y nuestro país son muchos, muy bien conocidos, la pandemia los ha evidenciado como pocas veces en la historia actual. Por ello, consideramos más importante visualizar las cosas desde otras ópticas que transmitan fuerza creadora e ideas generadoras, no adaptativas; creemos por ejemplo, que la gestión pública no tiene que ser solamente “andar detrás de los problemas”, por el contrario, adelantarse a estos para crear escenarios de acción concretos, disruptivos y proponer con ideas innovadoras, poniendo el bien común por delante, soluciones para combatir los retos de una era digital que apenas inicia, misma a la que debemos sacar el mejor provecho posible para el bienestar de todas las personas.
Nos preocupa sobremanera el colapso de los sistemas naturales que sostienen la vida, producto de ideas tergiversadas sobre el progreso y el desarrollo. El crecimiento de las desigualdades en el mundo ha demostrado el fracaso de todas las ideologías clásicas que la modernidad produjo en su momento y que hoy todavía limitan nuestra visión del presente y futuro. Hoy tenemos la responsabilidad histórica de replantearnos nuestro modo de vida en lo absoluto; no solamente con pasar a usar vehículos eléctricos vamos a salir del colapso ambiental, puesto que, de igual manera, necesitaremos las enormes cantidades de recursos naturales y materias primas para su producción, lo que agrega más presión al planeta y sus recursos menguantes.
Somos una voz, que en el fondo a la mayoría nos dice que se siguen haciendo cambios para que nada cambie, somos quienes no nos dejamos convencer ni derrotar moralmente ante el famoso “no se puede hacer nada”, mientras haya vida, hay perseverancia y poder de acción. El tema del desarrollo lo vemos más allá de lo tradicionalmente conocido como “sostenible”, que hoy se nos queda corto también, frente a esto, nos basamos en la filosofía del desarrollo regenerativo, corriente insumisa y crítica que se refiere al diseño de sistemas integrados para la vida, esta visión es profunda y conlleva una integración espiritual, de conciencia, social y económica para la transformación sociopolítica. Es pensar el espacio, lo público y la naturaleza desde una visión que rompa con el clásico orden industrial y dicotómico de campo-ciudad, la era digital nos permite replantear las mismas nociones de espacio más allá de la misma geo-logía.
Nuevas formas cooperativas y armoniosas de pensar un espacio para compartir y hacer comunidad debe ser el objetivo fundamental de una transformación radical, en el buen sentido de la palabra, los tiempos lo ameritan. Nuestro egoísmo ha evolucionado a tal nivel que nos enfocamos más en defender a muerte la privatización de la tierra que su propio cuido, se nos olvidó su cuido y la tomamos de forma violenta como una fuente inagotable de recursos naturales para producir mercancías y generar grandes ganancias para unos cuantos.
Pero la realidad del mundo actual y la naturaleza misma han hablado; la destrucción ambiental que nos tiene en la sexta extinción masiva nos va a privar de tierra a todos, de nada servirá ser dueño de un continente entero si éste no cuenta con lo básico para sobrevivir: agua, alimento, condiciones ambientales mínimas. Veamos nada más la magnitud de las migraciones climáticas que hay en el mundo actualmente, ¿qué nos garantiza que no nos toque a nosotros en algún momento? Podríamos convertirnos en migrantes a lo interno de nuestro propio país a causa de estos temas.
Pero tenemos claro que se debe iniciar por algo, todas estas ideas pueden sonar muy bonitas o inconcebibles para algunas personas, para nosotros es el futuro, no hay plan B. La máxima de hoy es: cambiar o extinguirnos, no es un tema ideológico, la misma ciencia así lo demuestra. Por ello es que nos encontramos activamente estudiando, investigando y mirando las opciones, propuestas y demás que giran a nuestro alrededor para buscar apoyar aquellas que vayan en la dirección de empezar, aunque sea, un pequeño cambio en esta dirección, ahí cualquier movimiento social o agrupación política encontrará en Raíces un aliado y compañero de batallas, tenemos nuestra postura política y demás, pero ello no es un tema para aliarnos con quienes estén trabajando y avanzando en una agenda realmente consciente, aquí la lógica izquierda-derecha clásica no es suficiente ni está a la altura de los tiempos que vivimos.
Debido a estas razones, valoramos obsoletas aquellas doctrinas que buscan posicionar al Estado como único planificador y organizador de la vida política, cultural y económica del país, en la misma medida que estimamos como anacrónicos aquellos dogmas ideológico-económicos que buscan poner por encima de las personas y el ambiente, el interés individual. Esto solo lo hacían los piratas que robaban tesoros y asaltaban navíos en aquellos tiempos en medio del mar. Creemos contundentemente, que la economía nunca puede estar sobre la vida, y, frente a los retos planetarios de hoy, es ésta por la que debemos luchar, sin dejar de lado la importancia de un nuevo modelo de desarrollo, que cuide el planeta, genere riqueza y la sepa distribuir, fórmula necesaria para disminuir las vergonzosas desigualdades presentes en nuestras sociedades.
Por eso debemos ser radicales en el buen sentido de la palabra, no se debe confundir con ser extremista, que es otra cosa. Radical viene de la palabra raíz, o sea, el que tiene y busca bases sólidas para construir algo nuevo, diferente y duradero. El extremista es quien, sin mayor pensamiento ni profundidad, toma decisiones que distan de la solución a los problemas, es dogmático, no le gusta reflexionar, su postura no se basa en la razón ni el pensamiento, sino en el fanatismo ciego. El radical entiende a profundidad la realidad, con sus raíces sólidas busca transformarla y da la lucha. Esa es la esencia de cualquier espíritu que desee hacer cosas y cambiarlas en un mundo cada vez mas inestable, lleno de retos e interdependiente.
Es ley de la vida el tener raíces, bases sólidas. De la nada, nada sale ni existe, y lo que pueda salir es efímero, volátil, no se sostiene en el tiempo, es destructivo. Hay que hacer la diferencia entre bases y dogma, ya que también es ley de la vida que todo cambia y está en constante movimiento, nada es estático, todo evoluciona siempre, desde el conocimiento hasta nuestras vidas, a pesar de tener raíces sólidas y estables, éstas se deben adecuar a los tiempos, a la realidad concreta y sus necesidades, sin dejar o perder por ello noción del suelo donde estamos. Se piensa, construye y propone desde donde somos.
De aquí se desprende la necesidad de incorporar los conocimientos nuevos en todos los planos del saber posibles, para contar con mejores herramientas de comprensión de las nuevas desigualdades, para hacernos tomar las posturas que consideremos correctas políticamente hablando y con el mayor equilibrio posible, dentro de lo que las condiciones objetivas lo permitan, siempre bajo principios de flexibilidad y continuidad. El dogma por su parte, se rehúsa a cambiar, utiliza erróneamente sus raíces, sigue leyendo el mundo de la misma manera, es inflexible y cree en verdades absolutas, por más que la ciencia y la evolución del conocimiento le demuestre lo contrario.
Esto es lo que somos y pensamos, creemos fielmente en el pensamiento, la voluntad y la acción para crear nuevas realidades. Este trabajo apenas inicia, no está escrito en piedra y se encuentra en movimiento, las puertas están abiertas a todas aquellas personas que tengan estas inquietudes existenciales y les mueva el querer hacer patria desde ideas generadoras e insumisas. En Raíces vemos este año electoral como uno muy enriquecedor para estudiar, cuestionar y ver las propuestas que los partidos políticos harán a la ciudadanía, ahí tenemos una oportunidad de poner en práctica lo que pensamos, creemos y ejercer nuestro poder de acción. Les invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales para que conozcan más sobre nuestra hermosa familia y nuestras ideas, será un honor y gusto compartir con ustedes.
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