Por Luijhoana Acuña Hernández y Nickole Saborío Mejía - Estudiantes de Enseñanza y traducción del inglés
La verdad es que existen diversas opiniones con respecto al origen verídico de este movimiento. Algunas autoras atribuyen el origen del feminismo a Guillermine de Bohemia por haber planteado la creación de una iglesia de mujeres, mientras que otras consideran a las mismísimas “brujas” como parte de la lucha feminista. González (2019) expresa que, aunque existieron mujeres con principios feministas mucho antes en la historia (como con la filosofía de la ilustración en el siglo XVIII, en donde se plantea una polémica alrededor de la igualdad de derechos entre ambos sexos), no es hasta el siglo XIX con la obtención del derecho al sufragio que el feminismo como corriente social organizada y colectiva tiene su comienzo. “Las mujeres participaron en los grandes acontecimientos históricos de los últimos siglos como el Renacimiento, la Revolución Francesa y las revoluciones socialistas, pero en forma subordinada. Es a partir del sufragismo cuando reivindican su autonomía” (Gamba, 2008, párr. 4).
Por su parte, el feminismo en Costa Rica inicia con la lucha de Ángela Brown, quien fue una de las fundadoras de la Liga Feminista Costarricense en 1923. Navas (2020) reflexiona sobre cómo a los 97 años de haber sido fundada, su impacto en la búsqueda de una sociedad más justa e igualitaria se mantiene. Asimismo, permitió el derecho al voto femenino cuando un grupo de mujeres sufragistas creó una estrategia para hacerlo posible. “Tras casi 27 años de lucha orquestada desde el Colegio Superior de Señoritas —cuna del feminismo costarricense— las mujeres pudieron ejercer su derecho al sufragio” (Navas, 2020, párr. 11). Bernarda Vásquez Méndez se convirtió en la primera mujer tica en emitir un voto el 30 de julio de 1950.
A pesar de que han transcurrido más de 70 años desde que se consolidó el voto femenino en Costa Rica, la institucionalidad patriarcal ha hecho un esfuerzo por desvalorizar las luchas feministas que ocurrieron en el pasado. Por consiguiente, aún existe un enorme desconocimiento de las figuras femeninas que componen la historia de Costa Rica y del longevo proceso que estas tuvieron que afrontar para reivindicar derechos tales como el sufragio. (Solano, 2014, p. 359). De acuerdo con Solano (2014), el patriarcado se sigue sosteniendo debido a que tanto hombres como mujeres se niegan a visibilizar la historia feminista que aconteció y sigue aconteciendo en el país. Las mujeres han participado durante milenios en el proceso de su propia subordinación porque se las ha moldeado psicológicamente para que interioricen la idea de su propia inferioridad. La ignorancia de su misma historia de luchas y logros ha sido una de las principales formas de mantenerlas subordinadas (Lerner, 1986).
Aún en la actualidad la sociedad sigue renuente a validar las luchas feministas del siglo XXI y continúa propagando el estigma negativo hacia ellas, no obstante, el feminismo se encuentra en su auge más fuerte. Aun cuando los derechos por reivindicar son diferentes, el objetivo sigue siendo el mismo: alcanzar la igualdad de género absoluta. Por lo tanto, es preciso garantizar que la historia de la lucha por los derechos de las mujeres sea incluida en las instituciones educativas con el fin de darle una voz a todas las mujeres que han ayudado a construir una sociedad más justa. “Lo que no se nombra no existe y lo que se nombra construye realidades” (Alameda, 2019).
