Por Andrey Mora – Estudiante de la carrera de Ingeniería en Seguridad Laboral y Ambiental

Como humanidad estamos atravesando una de las situaciones más difíciles de los últimos días, ya que ninguna persona nacida varias décadas atrás, como algunos de nuestros abuelos o padres, han experimentado una crisis mundial como esta. Mucho menos nosotros, una generación que se hace llamar millennials acostumbrada a tener todas las comodidades necesarias, una vida social muy activa y con un consumismo cada vez más en crecimiento. Así que no tenemos ninguna referencia reciente de lo que es vivir de esta forma, cómo es vivir en cuarentena, encerrados en nuestras casas con el miedo a un contagio eminente. Meditando en esto, y ya que no tenemos experiencias previas en este tema en específico, lo que nos toca hacer como seres humanos es estar lo mejor informados posibles. Por esta razón, vamos a analizar algunas diferencias y semejanzas entre la gripe estacionaria mayor mente, conocida como H1N1, y la COVID-19.

A medida que esta pandemia crece las personas han comparado estas dos enfermedades, ya que las dos tienen cierta similitud en algunos síntomas, como por ejemplo que ambas causas enfermedades respiratorias. Sin embargo, existen diferencias entre estos dos virus y cómo se propagan, lo cual puede complicar mucho el trabajo de los diferentes ministerios de salud, ya que tienen el importante reto de responder adecuadamente a cada uno de estos virus.

Primero vamos a ver algunas de las semejanzas de estas dos enfermedades. Comencemos con el aspecto clínico. Ambas tienen sintomatologías muy similares como complicaciones respiratorias, y pueden enfrentar afecciones leves o asintomáticas hasta complicaciones muy graves, hospitalizaciones y hasta la muerte, en ambas enfermedades. En segundo lugar los dos virus se transmiten de la misma forma: por contagio de gotas de saliva. Por esta razón, el cuidado clínico y las recomendaciones para estas dos enfermados son prácticamente las misma: tener buenos hábitos de higiene personal, como el lavado constante de manos, y las prácticas correctas a la hora de toser o estornudar. Estas medidas son acciones importantes que se deben tomar y aplicar para prevenir las dos infecciones.

Si bien es cierto los síntomas entre ambas enfermedades son muy parecidos, existen diferencias notorias entre ambas, por ejemplo, la diferencias entre pacientes en una etapa grave parece variar significativamente. En el caso de coronavirus, los datos recopilados hasta el momento, a pesar de su pronta aparición, reflejan que, hasta la fecha, el 80% de las infecciones son leves o asintomáticas, el 15% requieren de oxígeno y hospitalización, y, por último, el 5% son infecciones críticas que requerirán de ventilación y hasta cuidados intensivos. Estos porcentajes reflejan un aumento porcentual más alto en el COVID-19 comparándolo con su antagonista la gripe o gripe estacionaria.

La última comparación es la letalidad entre ambas. Hasta el momento la tasa de mortalidad del COVID-19 parece mayor. Esto no se puede decir con exactitud, ya que se tendrá que esperar un tiempo para determinar con exactitud su tasa de mortalidad. No obstante, hasta el momento con los datos actuales, si se toma el número de muertes y se divide entre la cantidad de casos, la tasa de mortalidad ronda el 3% o 4%, comparado al 0,1% de la influenza. El coronavirus es mucho más letal que cualquier gripe. Las diferencias y similitudes entre ambos virus no se pueden especificar con exactitud por el contexto, tiempo, acceso a la salud y calidad de esta en cada país, lo que dificulta hacer una comparación entre ambas.

 

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