Por Ana Ingrid Aragón Loría- Estudiante de la Escuela de Estudios Generales

Colapso en los precios del petróleo, perturbación en las cadenas de exportación, cierre de empresas y volatilidad financiera son algunas situaciones que se están viviendo producto de la desaceleración global de la pandemia. ¿Hasta qué punto puede llegar Costa Rica? No es secreto que en el país ya hay bastante descontento social por la pobreza creciente y aspiraciones frustradas por falta de respuestas oportunas del Estado. No obstante, la pregunta real es ¿cómo lograr recustruir la confianza pública, recuperación económica y el cambio al contrato social?

Una de las claves post-COVID es surgimiento y la sobreviviencia de nuevas empresa para reactivar la economía, así como espacios de comunicación que abra debates e ideas de los diferentes grupos de interés, tal como los estudiantiles, religiosos y otros sectores, que logren alzar la voz para definir estrategias de desarrollo. Toda la cooperación social de las instituciones de Costa Rica está altamente concentrada en los servicios de salud para disminuir los contagios y tratar con las personas afectadas, con preocupación al abastecimiento de camas y medicamentos para los pacientes, así como los subsidios para darles de comer a las familias que fueron afectadas económicamente por la crisis. No obstante, la incertidumbre y miedo generan la pregunta sobre la nueva realidad y cuáles van a hacer las soluciones ante la crisis financiera.

En esta díficil circunstancia, es necesario impulsar líderes con visión unitaria a los problemas nacionales con intereses diversos, pues como lo expresa Rodrígez (2020), "la democracia requiere una discusión inteligente para tomar luego decisiones por una mayoría limitada por las normas del estado de derecho" (párr. 10). La participación de todos los actores es fundamental para definir una estrategia de desarrollo, pues cada uno posee respuestas e intereses que pueden ser eficaces y sostenibles para el país. Se requiere, además, un estímulo a la transformación digital como herramienta para preservar los ciertas actividades económicas, lograr salvar y emerger nuevos empleos. Con ello se da una respuesta a la crisis con soluciones innovadoras que reduzcan brechas de cobertura social, así como un impulso a empleos de calidad y protección a la población más vulnerable.

Lo anterior, en consecuencia, también implica el fortalecimiento de la relación Estado-sector privado, pues contribuye a la confianza y eso solo se logra rompiendo las cadenas de las regulaciones excesivas. La economía está pasando por una depresión que continúa por una recesión indetenible y el Estado ha percibido una baja en los impuestos. El déficit fiscal, aumentado por la crisis de la pandemia, ha descontrolado las proyecciones y ha producido que la deuda pública del país saltara al 70% del PIB para el año 2024 (Valverde, 2020).

En efecto, las medidas de "quédate en casa" y el cierre de muchas localidades comerciales producto del COVID-19 ha hecho que los salarios hayan disminuido, que haya menos demanda y más desempleo, y dichos fenómenos se reflejan en el déficit fiscal. Costa Rica está en un tiempo en el cual se ha dado prioridad a disminuir contagios y preocuparse por el abastecimiento de salud. Sin embargo, pronto el país va a ser parte de la OECD, el primero en Centroamérica en incluirse, donde solo los países desarrollados entran. Es debido a esto que el país debe iniciar buenas prácticas institucionales a través de la confianza y la aplicación de regulaciones proporcionales al negocio para mantener y crear nuevos negocios como las pymes, al no saturar al empresario con controles excesivos y exponer los beneficios de pertenecer al sector formal.

No cabe duda de que Costa Rica, en el área de salud, ha demostrado en todo el mundo sus esfuerzos por combatir un virus invisible, generando confianza en la gestión sanitaria; si tuviera el mismo efecto con la política y economía sería bastante beneficioso. La crisis actual puede representar una oportunidad para que la ciudadanía recupere valores comunes como la confianza, porque este valor hace que todos los miembros de la sociedad refuercen las relaciones y sean más fluidas las ideas para avanzar a un contrato social para un país desarrollado y duradero, levantando la voz y disminuyendo el conflicto por las desigualdades e intereses.

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Rodríguez, A. (2020). La política después del COVID-19. La República. Recuperado de https://www.larepublica.net/noticia/la-politica-despues-del-covid-19
• Valverde, L. (2020). Pandemia amenaza con disparar deuda del país por encima del 70% del PIB. Crhoy.com. Recuperado de https://www.crhoy.com/economia/pandemia-amenazacon-disparar-deuda-del-pais-por-encima-del-70-del-pib/