Entendemos las distintas iniciativas propuestas por varias bancadas sobre el recorte al presupuesto al Ministerio de Cultura, con el fin de resolver el enorme déficit fiscal que nos abruma como país. Diversos grupos de diseñadores, artistas plásticos, artesanos, músicos, gente de danza, teatro, cine, representantes de la gastronomía costarricense, escritores, poblaciones indígenas y la industria creativa en general, nos unimos para encarecidamente solicitarles que no se pasen propuestas que afecten el quehacer del Ministerio de Cultura. Les explicaremos por qué.

Este Ministerio, con el presupuesto actual, ya de por sí pequeño, apoya a la más amplia y diversa representatividad de la cultura y el ser costarricense, a sus miembros y sus familias. No poseen grandes salarios, pensiones de lujo, convenios onerosos para el estado, ni prebendas.

En un país que vive del turismo, donde el peso de la cultura y su producción colateral, a la par de la riqueza biológica y de capital humano, colabora con el mismo esfuerzo, y debe ser, como ha sido, uno de los pilares de su riqueza. La industria creativa y cultural representan un 2.2% del PIB.

Quien visita Costa Rica, no solo busca disfrutar de la naturaleza, si no que quiere conocer y comprender nuestra cultura, lo que la convierte en factor diferenciador clave para la atracción de inversiones y promoción del turismo responsable.

Si bien la diversidad y amplitud del sector que protege y apoya el Ministerio de Cultura no se encuentra agremiada en cámaras empresariales, sí representa una parte importante de la ciudadanía de todas las regiones de Costa Rica. Muchas de estas actividades están gerenciadas por mujeres, son PYMES y pequeños emprendimientos, motor esencial de la economía costarricense.

En momentos de tanta división social, es la cultura y sus diversos modos de expresión nos enriquece a todos, nos une como personas, nos recuerda de dónde venimos y el potencial creativo que tenemos como Nación. La cultura no es plato de segunda mesa, la cultura nos ennoblece.

Un golpe de esta índole al presupuesto significará también un golpe a la riqueza, al patrimonio no tangible de la cultura, al capital creativo. Negar la oportunidad que la cultura sea parte de la solución a la crisis que atraviesa el país en estos momentos. ¿Cómo vamos a integrar la cuarta revolución productiva sino nutrimos la cultura que nos alimenta a todos?

La relación costo/ beneficio de una decisión de recorte del exiguo presupuesto asignado a la Cultura, en términos financieros, tiene un mínimo impacto en el macro presupuestal del Gobierno, pero su impacto en  la cultura serea devastador. Afectando la capacitación y generación de oportunidades para artesanos, artistas, comunidades indígenas emprendedores, asociaciones comunales, así como eventos que tenemos que preservar y defender por ser parte de la esencia y raiz, del ser costarricense.

Además, en momentos de crisis como el actual, la producción artística, creativa y cultural tienen un valor emocional poderoso, de esperanza, de marca país, de decir a todos que sí se puede con poco. No nos quiten ese poco. Devolver la esperanza a la ciudadanía, tan necesaria en estos días. Todo lo contrario, nos ofrecemos a levantar una voz de esperanza.

Agradecemos desde ya el apoyo al sector, una pequeña luz, es siempre luz, al otro lado del tunel.

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