Un grupo costarricense de especialistas en cardiología logró, por primera vez, corregir una malformación congénita en el corazón llamada Cardiopatía Interventricular (también conocida popularmente como “soplo”) mediante un cateterismo realizado la semana anterior.

La intervención, que tardó 3 horas, logró sustituir el riesgoso procedimiento tradicional por este que es más sencillo de manipular.

La paciente, una mujer de 54 años llamada Carmen González, presentaba un pequeño orificio en el corazón al cual era difícil acceder.

Por ello, y para evitar una cirugía a corazón abierto donde se debe parar el corazón, corregir la malformación y posteriormente ponerlo a funcionar otra vez, se introdujeron minúsculos cables (catéteres) con cámaras y herramientas médicas, por medio la vena, la arteria femoral y el esófago, simplificando incluso el tiempo de recuperación que no fue de más de 48 horas. 

En el proceso participó Carlos Brenes, médico especialista en imagen cardiaca que explicó que:

Se pudo se insertar un dispositivo médico que solo ocupó el tamaño del defecto, gracias a las mediciones realizadas de previo con los especialistas en imágenes. Además, esta especie de “resortito” libera una sustancia que activa una cicatrización que se adhirió de inmediato al delicado tejido membranoso de la pared interventricular, y que no afectó ni puso en riesgo a las otras estructuras vecinas del corazón”.

Por su parte, Franklin Dawkins, anestesiólogo cardiovascular participante, agregó que: 

¡Ahora podemos hacer estos procedimientos con el paciente con el corazón latiendo! Por supuesto que esto trae muchísimos beneficios desde el punto de vista de la recuperación del paciente”.

En el pasado, debido a la dificultad en la que se encontraban los defectos, los médicos recomendaban vivir con el padecimiento para evitar el riesgo de la operación, que además suponía una recuperación mayor a 15 días en el hospital.

Los médicos forman parte del Instituto VIVIT, el cual se enfoca en la atención de pacientes con problemas cardiovasculares y pulmonares.