Por Marshia Martínez – Estudiante de la Licenciatura en Psicología

Es común escuchar que el accionar de algunas personas frente a diversas situaciones se justifica con frases como, “es igual de extrovertido que el papá”, “la mamá es igual de impulsiva”, o bien “los de esa familia son todos iguales”. ¿Tiene algún sentido el que se relacione la personalidad con la herencia? Parece que sí, que existe un componente genético que influye en la personalidad y en los trastornos que un individuo puede presentar.

Se parte de un principio de individualidad donde no hay dos seres humanos iguales, pero, aun así, es posible determinar similitudes entre los rasgos de la personalidad de personas consanguíneas. Este enfoque de genética plantea más dilemas e interrogantes que respuestas; se puede interpretar que en realidad la actividad neuronal, conductas, manejo de emociones y rasgos que presenta un individuo pueden no ser resultado de su composición genética, sino que más bien dichos factores afectan la expresión de los genes (Romero, 2002); así como también es conocido que los trastornos que tienen su origen en factores genéticos suelen manifestarse en etapas tempranas de la vida (Holguín Mendoza y Palacios Casados, 2014).

No es tan simple determinar el nivel de influencia de la genética. Diferentes exponentes, como Francis Galton, han intentado demostrar la influencia de factores hereditarios sobre la conducta de los seres humanos desde siglos anteriores (Oliva Delgado, 1997), y al día de hoy diferentes estudios se siguen realizando para lograr definir teorías y conclusiones que aporten a la comunidad científica. El estudio de la influencia genética sobre las características de la conducta de los seres humanos se denomina hoy en día genética conductual, y se enfoca en la identificación de los rasgos que presentan, por ejemplo, un padre e hijo estudiados.

Los hermanos, padres e hijos biológicos tienen en común un 50% de sus genes, mientras que los gemelos idénticos tienen en común el 100% de sus genes; se descartan en estos estudios los hermanos que son adoptados, y los padres e hijos adoptados, ya que evidentemente no comparten sus genes. Los estudios para determinar la influencia se enfrentan a diferentes retos, por ejemplo, el que los genes no tienen una sola función, sino que están involucrados en más procesos bioquímicos en el cerebro, así que no se puede crear una relación uno a uno con respecto a un gen determinado y el comportamiento asociado. Otro reto es el que se requieren muestras elevadas para realmente comprender el impacto de los genes en los diferentes grupos de personas (Bermúdez Moreno, Pérez-García, Ruiz Caballero, Sanjuán Suárez y Rueda Laffond, 2012).

Si bien es cierto la genética tiene un porcentaje de influencia en la personalidad, no lo es todo. Factores ambientales, experiencias, el autoconocimiento, el deseo de superación y el apoyo con herramientas como terapia pueden cambiar aspectos hereditarios que desean romperse, no se es súbdito de los genes. El entendimiento de la influencia del componente genético en la conducta aporta un campo de acción a la psicología que le permite, de manera preventiva y reactiva, la identificación de factores de riesgo genéticos. Este campo de estudio está en desarrollo, los descubrimientos en medicina y genética permitirán ir perfilando cada vez más cómo acabar con círculos de influencia nocivos, conductas heredadas, y cómo ayudar a las personas a liberarse de cadenas que, más que cuestión de sangre, pueden ser mentales.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Bermúdez Moreno, J., Pérez-García, A. M., Ruiz Caballero, J. A., Sanjuán Suárez, P. y Rueda Laffond, B. (2012). Psicología de la Personalidad. Universidad Nacional de Educación a Distancia Madrid.
  • Holguín Mendoza, T. E., Palacios Casados, J. J. (2014). La genética del trastorno antisocial de la personalidad: Una revisión de la bibliografía. Salud Mental, 37, 83-91.
  • Oliva Delgado, A. (1997). La controversia entre herencia y ambiente. Aportaciones de la genética de la conducta. Apuntes de psicología, 51, 21-37.
  • Romero, E. (2002). Investigación en psicología de la personalidad líneas de evolución y situación actual. Boletín de Psicología, 74.