Por Gustavo Calderón Palma – Estudiante de la carrera de Administración de Negocios

La salud financiera es parte esencial del buen manejo de los recursos económicos personales y familiares. En Costa Rica se mantienen índices muy altos de endeudamiento personal, los bancos registran sumas millonarias en deudas de tarjetas de crédito y otros créditos de consumo que representan gastos asociados a necesidades inmediatas de liquidez. Como parte de las acciones de responsabilidad social, las instituciones financieras tienen el compromiso de apoyar con programas de capacitación y orientación financiera; el principal negocio de los bancos es que sus clientes manejen adecuadamente los productos financieros que ofrecen.

A través de estos programas, se educa a la población acerca de prácticas financieras y de ahorro preventivas que reduzcan los altos índices de endeudamiento que generan problemas financieros familiares y altos niveles de morosidad. Perder la tranquilidad por temas de dinero sin duda es preocupante para las personas y las empresas en que laboran. Muchas empresas en el país hoy ya tienen mediciones de indicadores de pobreza multidimensionales en relación con las obligaciones financieras de sus colaborados, y esto tiene un impacto directo sobre la productividad y la salud física.

Una práctica sana es el manejo de los ingresos y gastos personales o familiares a través de herramientas como el presupuesto, el conocimiento de la relación que existe entre cuánto dinero recibimos mensualmente y cuánto de este debería estar destinado a la deuda bancaria. Para ello, las proporciones deben guardar una relación sana que varía entre un 30% o un 40% de endeudamiento sobre el total neto del ingreso percibido por una persona.

El presupuesto consiste en listar los ingresos y los egresos en un periodo de tiempo, permitiendo tener el control de los gastos, identificar problemas potenciales antes de su ocurrencia y que se vuelvan inmanejables, planear adecuadamente el futuro y de esta forma poder lograr metas personales de corto, mediano y largo plazo. (Villada, 2008, p. 44)

De acuerdo con estos consejos, es importante diferenciar los gastos necesarios como alimentación, transporte, servicios públicos, vivienda, vestir y aseo, entre otros; de los gastos secundarios como entretenimiento, vacaciones o gastos hormiga, que se refiere a aquellos no necesarios y se generan por cantidades bajas, pero con una alta frecuencia.

Con una visión hacia el futuro es mucho más fácil no dejarse seducir por satisfacciones inmediatas, que no son esenciales, y enfocarse en metas más concretas. De esta forma, se deben determinar los ingresos mensuales, por ejemplo, el salario, bonos, comisiones, alquileres o ingresos del negocio. La construcción del presupuesto consiste en establecer los gastos fijos mensuales necesarios, incluidos los gastos anuales o trimestrales que también deben incluirse, y calcular un porcentaje de ahorro que le permita holgura en caso de imprevistos

Controlar las deudas debe ser una prioridad. El endeudamiento es bueno, no obstante, es importante controlar dos cosas: no tener deudas “malas” —es decir, por las que se pagan demasiados intereses—, y que las cuotas no se acerquen demasiado a sus ingresos. Es importante tener objetivos claros, ya que así será más fácil alcanzar cada una de las metas propuestas.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas

  • Villada, F., López-Ledezma, J. M. y Muñoz-Galeano, N. (2008). Análisis de la Relación entre Rentabilidad y Riesgo en la Planeación de las Finanzas Personales. Formación Universitaria, 11(6), 41-51. https://doi.org/10.4067/S0718-50062018000600041