Las agencias de viajes se ubican en el mercado turístico. En su mayoría, sobreviven gracias al consumo de planes vacacionales por parte de los hogares. Cabe señalar, este servicio es de carácter suntuario. Casi nunca constituye un rubro imprescindible. Muestra de ello, la curva de demanda sobre estos servicios padece un comportamiento elástico. Por ello, en períodos críticos, muchos de sus consumidores optan por eliminar este gasto, como medida para asegurar sus finanzas.
La actual crisis sanitaria ha supuesto una enorme contracción en el consumo turístico. El miedo al contagio, así como la incertidumbre sobre el futuro económico, han propiciado el recorte familiar a gastos superfluos, entre ellos: los planes vacacionales. Consecuentemente, esta industria debe replantear muchas de sus políticas. Una vez termine la pandemia, habrá surgido un nuevo consumidor, con diferentes preferencias, gustos y cantidad de dinero, dispuesta a gastar.
La pandemia generará múltiples cambios en el consumidor. Es difícil pensar que, en un futuro cercano, esta población abandone fácilmente sus medidas de precaución, frente al peligro de un eventual contagio. Aun y cuando las autoridades declaren terminada la batalla, gran parte de la población seguirá empleando medidas de distanciamiento social. El regreso a la normalidad será un camino muy largo, y los empresarios deben trasladar eso a sus estrategias corporativas.
Asimismo, ha surgido una angustia generalizada, por la situación que viven muchas personas a raíz de esta crisis sanitaria. No solo por el riesgo pandémico, si no, también por la debacle económica, que ha resultado en el cierre de muchos de negocios, así como en el crecimiento de los niveles de desempleo. Muestra de esta ansiedad social, son las grandes campañas en redes sociales, informando sobre cuidados higiénicos y buscando la solidaridad económica con los más afectados.
¿Qué hacer? Si bien, muchas de las siguientes líneas se orientan al momento cuando se haya superado esta pandemia, también podrían servir de guía en el corto plazo. Debe insistirse en como esta etapa histórica habrá modificado nuevos patrones en el consumo. Por ello, en las empresas debe surgir una necesidad por entender a ese nuevo consumidor, si es que desean sobrevivir.
En primer lugar, debe buscarse un nuevo tipo de producto, Quienes quieran viajar, posiblemente seguirán temiendo un eventual contagio. Por ello, deben ofrecerse una nueva categoría de planes vacacionales, en los cuales se tengan como destinos finales, lugares que carezcan de hacinamiento humano. En otras palabras, se deben ofrecer viajes a lugares, en los cuales se puede seguir guardando el distanciamiento social.
Parecer ser que, el turismo hacia grandes urbes dejará de contar con el atractivo que poseía antes de esta crisis. Muchos polos turísticos como Roma, Londres, Rio de Janeiro, Nueva York y Madrid han sido particularmente castigados por esta pandemia. Ello puede suscitar la búsqueda por nuevas atracciones turísticas, en las cuales no haya existido el riesgo de contagio comunitario.
En esa dirección, resulta necesario enfocarse en atracciones naturales, en vez de urbanas. Asimismo, en la selección de servicios complementarios, tales como hospedaje, transporte aéreo y terrestre, deben preponderarse aquellos que mantengan reglas sanitarias. Conviene una revisión de los seguros médicos, con que cuente la agencia, para ofrecer un adecuado tratamiento, en caso de que se pueda contagiar por la misma pandemia, o prevención, según sea el caso.
Dentro de las medidas para propiciar el distanciamiento social, han sobresalido diferentes herramientas para llevar a cabo reuniones virtuales. Esta etapa ha fungido como una curva de aprendizaje en el dominio estas nuevas tecnologías. Sobre todo, los consumidores más jóvenes, han desarrollado una predilección por este tipo de aplicaciones. Por ello, conviene que estas agencias busquen ofrecer la cotización de sus servicios, así como toda clase de reuniones, a través de estas herramientas.
Por otro lado, los consumidores no solo buscan satisfacer sus necesidades. También seleccionan aquellas empresas que también participen de sus valores. Esta pandemia ha generado ansiedad a gran parte de la población costarricense, con respecto a la situación sanitaria y económica de sus semejantes.
En esa dirección, conviene replantear muchos de los temas de marca corporativa. Se necesitan llevar a cabo medidas de responsabilidad social corporativa, como medio para visualizar el alineamiento de los valores empresariales, con respecto a los intereses de sus consumidores. Entre esas medidas destacan la colaboración a que nacionales, que estén en otros países, puedan regresar a Costa Rica.
Asimismo, se puede reorganizar su manejo de redes sociales, informando sobre como mitigar los riesgos de contagio, las últimas medidas gubernamentales, así como de la situación en otros países.
La demanda en el turismo internacional tiene carácter suntuario. Por ello, en esta industria se acentúa la necesidad por redefinir sus objetivos ante la actual crisis sanitaria. Un adecuado análisis mercadológico, permitiría que muchas de las agencias de viajes logren sobrevivir.
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