Por Janekeith Duran y Mireya Amaya Barreiro - Estudiantes del Club de Debate de ULACIT

La cuota de género nace de la necesidad de regular la subrepresentación de las mujeres en la toma de decisiones en instituciones políticas y gubernamentales. Dicha cuota tiene como objetivo la participación de las mujeres en asuntos políticos, con la implicación que cierta cantidad de mujeres deben constituir un porcentaje de miembros del órgano. (Barquero, 2006)

Muchas veces la cuota de género se ha visto cuestionada por la cuota por méritos, la cual estipula que independientemente del género, una persona puede tener el puesto por sus méritos y competencias que demuestren la capacidad para tomar el puesto. La cuota por méritos es algo existente y que se utiliza en muchas organizaciones privadas. Sin embargo, la cuota de género está encargada de velar por la representatividad de la mujer, sin obviar que sus competencias deben ser aptas para tomar el cargo público. El verdadero debate reside en si a la mujer se le está otorgando el cargo por sus méritos, o por ser mujer, ¿existe una cuota adecuada?

Como se menciona previamente, el cargo público en su mayoría es ocupado por hombres, y muchas veces puede atribuirse a sus competencias o capacidades, pero no en todos los casos. Un estudio en América Latina y el Caribe indica que la tasa de graduación universitaria femenina es mayor que la tasa de graduación masculina, con un 51.1% contra un 48.5%. Y basado en este estudio realizado se concluyó que, si las mujeres tuvieran la misma participación que los hombres en la economía, la economía mundial podría potenciarse hasta un 14% del PIB mundial anual. Como prueba de dicho estudio, también se generó un programa por UE y la OIT con el nombre “La igualdad de género es un buen negocio”, recalcando que la participación de las mujeres es capaz de potenciarse por un tema de derechos humanos, principalmente, y como prueba de las competencias aptas de las mujeres. (Cuarto, 2018)

Si bien, la cuota por mérito trata de enfocar las competencias de las mujeres, una vez comprobadas deben tener representatividad en puestos de trabajo, y es ahí donde la cuota de género permite que una mujer por sus competencias y por igualdad de oportunidades pueda participar en la toma de decisiones y procesos políticos. La igualdad de oportunidades si no puede ser brindada por aspectos culturales, o bien “de competencias” como se excusan muchas veces, es necesario avalar la participación de las mujeres como un deber, tal como lo promueve la cuota por género, en donde la representatividad será un hecho y cualquier mujer con la capacidad puede optar por un cargo público y debe ser aceptada.

Ahora bien, muchas personas pueden llegar a considerar que la priorización del papel de la mujer restringe la participación de los hombres, sin embargo, por hechos históricos se reconoce que la participación de la mujer ha sido muy resegada, y que los tiempos actuales exigen igualdad de derechos humanos, igualdad de oportunidades, e igualdad de género, promoviendo así un desarrollo cultural, económico, y social.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

 

Referencias bibliográficas:
• Barquero, A. B. (2006). Las Cuotas de Participación Política de la Mujer en Costa Rica. Revista de Derecho Electoral, 1-17. Obtenido de https://www.tse.go.cr/revista/art/1/bolanos.pdf
• Cuarto. (2018). América Latina y el Caribe posee tasas de graduación femenina superiores a la mundial. Cuarto, 1-3. Obtenido de http://www.cuarto.com.ar/las-graduadas-universitarias-superan-a-los-graduados-varones-en-argentina/