En contextualizando, explicamos sin filtro la realidad de un deporte no tradicional.
Esta semana tocó desmenuzar el béisbol con uno de los seres más apasionados de esta tierra: Mauricio Alpízar.
Los 43 años de experiencia en el deporte y su actual puesto como director de selecciones menores, son más que suficientes para hilar muuuy fino.
Aclaración: El siguiente texto es una combinación de datos ineludibles y un resumen de lo conversado.
-Diego... ¿Usted sabía que en 1970 nuestro país organizó un campeonato mundial?
-¡¿Qué?! Tampoco se vale mentirme don Mauricio.
Un deporte no tradicional pero con inmensa historia: los primeros registros del béisbol en Costa Rica son de 1925 y en los años 70's-80's, equipos como los Yankees, Medias Rojas o Dodgers eran más mediáticos que el mismísimo fútbol europeo, al punto que televisoras nacionales compraron, en varias ocasiones, los derechos de las series mundiales.
Si todo estaba tan encaminado, entonces ¿por qué dejó de crecer? Todo depende a quién se lo pregunte, pero para don Mauricio se debe a las directrices asumidas por la Federación en 2001.
En aquel año, el campeonato oficial quitó la regla de tres extranjeros por equipo y propició que, por evidente talento, la mayoría de equipos ficharan jugadores nicaragüenses.
A partir de esta medida, el deporte se llenó de conflictos administrativos. En la actualidad, la Federación se encarga de las selecciones y el campeonato de primera división, mientras asociaciones como Santo Domingo trabajan sus propias “ligas pirata” y se enfocan en juegos nacionales.
¿Confuso no? Pues claro que lo es, porque en el béisbol aún no existen organigramas claros para el crecimiento del deportista. Las jóvenes promesas no añoran llegar a la primera división y para salir de nuestras fronteras, debe ser por iniciativa o convicción propia.
El problema es que ese añorado “Keylor Navas” aún se perfila muy lejos por los dos caminos largos y tormentosos que debe enfrentar un tico para debutar algún día en las grandes ligas:
1. Jugadores de entre 16-19 años: Su opción es irse para un granja de talentos en República Dominicana y luchar contra ¡media Latinoamérica! para entrar en el draft.
Suele ser una opción arriesgada por el ambiente hostil y que, en muchos casos, acarrea el abandono de los estudios.
Los ticos encaminados: Bryan Solano en los Houston Astros.
2. Jugadores de entre 17-22 años: Su opción es buscar una beca en una universidad estadounidense, visibilizarse en las respectivas ligas y buscar el llamado a un posterior draft.
Esta suele ser una opción más viable por el hecho de mantenerse estudiando y el contacto directo con los equipos.
Los ticos encaminados: Manrique Mora en New York, Andrés Marín en New Jersey, Pablo Barquero en Georgia y Manuel Ascanio en Indiana.
Y ¿qué rayos significa ser drafteado? Este concepto es el que se utiliza cuando los equipos de grandes ligas seleccionan a sus gigantes planillas y definen en cuál división colocarán a sus jugadores.
¿Cómo?¿Aún no acaba el proceso? Para nada, ya que aún le faltará ascender desde Rookie ➡ Clase A ➡ Doble A ➡ Triple A ➡ hasta el añorado debut en la Major League Baseball.
Miro a don Mauricio y le menciono datos tristes: la Federación tiene uno de los presupuestos anuales más bajos del deporte costarricense (30 millones de colones), en la mayoría de torneos latinoamericanos nos ridiculizan y es casi imposible que la empresa privada invierta en el deporte.
-Cierto.... pero vea a su alrededor la cantidad de niños (200 inscritos en liga domingueña) y piense que este esfuerzo cuesta hasta ¡12 millones de colones!
-Jesucristo Dios bendito y ¿quién paga eso en Santo Domingo?
-La Asociación solo invierte un millón. Todo lo demás es posible gracias el amor de padres, árbitros y entrenadores voluntarios que nunca dejarán de creer en la disciplina. Ellos son la esperanza para creer en un futuro mejor.