Escuche la versión en audio de este Reporte (para suscriptores D+)

— La mayoría de los costarricenses vive sin armas en sus hogares, según reveló el informe final del estudio Percepción de tenencia y portación de armas que la Fundación Arias para la paz hizo público este jueves. El documento señala que solo el 6,2% de la población tiene algún tipo de armamento de fuego en su hogar y que solo el 21% de esa cifra, lo utiliza.

— El estudio fue realizado a partir de 1000 entrevistas cara a cara, realizadas por la Fundación entre el 6 de abril y el 4 de mayo pasado, en las 7 provincias de nuestro país. El objetivo fue definir qué piensa la población costarricense sobre la tenencia de las armas de fuego.

— Como recordarán desde el año pasado la Asamblea Legislativa ha estado trabajando dos proyectos de ley ligados al control de armas. Ambos presentan reformas a la Ley de Armas y Explosivos y el primero (20.508) ya fue aprobado, firmado y puesto en marcha. Como resultado se aumentó de 4 a 8 años la pena de cárcel a quien adquiera o comercialice armas prohibidas y de 3 a 5 años para quien tenga un arma de forma ilegítima en su poder o para quien no la haya inscrito debidamente. El proyecto, además, estableció sanciones económicas a las personas o comercios que no denuncien el extravío o robo de sus armas o municiones, a fin de tener un mayor control del tema en el país.

— El segundo proyecto en la materia es el 20.509, que busca reducir la cantidad de armas que se permite tener por persona (en este momento son 3 y con este proyecto se pasaría a 2), además de endurecer los requisitos que el Estado pide a quienes quieran poseer una. Este proyecto ya recibió visto bueno en primer debate y está a la espera del segundo, ahora que ya recibió luz verde de la Sala Constitucional, después de que algunos diputados plantearan la consulta de si es inconstitucional o no que el Estado le limite a uno la cantidad de armas que puede tener. Resumen: no lo es.

— Justo este punto fue uno de los que también tocó la Fundación Arias en su estudio. El 64% de los entrevistados aseguró que tener armamento no es un derecho, mientras que 7 de cada 10 aseguraron que el Gobierno sí debe tener autoridad para decidir quién puede o no tener un arma. También el 70% indicó que el Estado sí debería incidir sobre cuántas armas puede tener cada persona (a Gustavo Viales no le gusta esto).

— ¿Qué podría motivar estos datos? Bueno, cuando uno avanza en el documento se da cuenta de que la percepción que tienen los ticos sobre las armas y su uso y tenencia en general, es poco feliz: casi el 60% de la población asocia un arma con un peligro y solo un 36% la asocia con seguridad. Además, 6 de cada 10 entrevistados considera que las armas se utilizan "para atacar a personas" y solo el 26% cree que se usan para "defensa", a lo que hay que agregarle que el 57% considera que hay intereses económicos detrás de la lucha por no aumentar los controles de armas en el país.

— Según Ana Yancy Espinoza, directora de investigación en Arias para la paz, el dato del 6,2% resulta excepcional respecto al resto de los países donde el nivel de tenencia de armas de fuego ronda el 10%. El informe también revela que son los hombres los que mayoritariamente afirmaron tener y usar armas. El grupo etario que más tiene armas en su casa es el de entre 45 y 54 años y el grado académico de los principales portadores es aquel en el que hay estudios universitarios.

— Los datos de la Dirección General de Armamento del Ministerio de Seguridad Pública señalan que al 2018, en Costa Rica había 246.669 armas legales; 107.882 de estas están inscritas por personas físicas y 83.053 por personas jurídicas, por lo que a la fecha, el Estado conoce quiénes son los propietarios de aproximadamente 190 mil de estos dispositivos. Hay unas 55.700 restantes que corresponden a las armas cuyo permiso de portación se otorgó antes de 1989 (cuando entró a regir la actual regulación en la materia) y, por lo tanto, se desconoce si pertenecen a personas o empresas.

— Dicho todo esto parece ser que la imagen de país desarmado que le vendemos al mundo, sí es de recibo. Habrá que seguirle el paso a la segunda reforma de la ley en el Congreso para ver si esa reticencia al armamento de fuego se refleja también en la toma de decisiones de los legisladores.

Esta nota es parte del Reporte: Malabares en el MEP, poca afinidad por las armas en Costa Rica y un plan de vivienda para la clase media.