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— Una suma nada despreciable le ha costado al país mantener las "embajadas que no se justifica tener" que abrió la administración Solís Rivera.

— Así lo confirmó a Delfino.cr la Oficina de Prensa de la Cancillería, luego de una consulta que realizamos tras una publicación de hace un par de semanas, en la que les contamos que las nuevas embajadas de Solís están peligrando en el Gobierno de Alvarado.

— En dicha nota referíamos a que una de las aspiraciones del nuevo canciller, Manuel Ventura es, como la de todo el mundo en este Gobierno, ahorrar plata y por ello planea "cerrar una o dos embajadas que no se justifica tener", según él mismo dijo en una entrevista a CrHoy, a fin de economizar en el marco del crítico déficit fiscal que atraviesa el país desde hace años.

— Hasta ahí, todo bien. El tema es que cuando uno ve que parte de esas embajadas que “no se justifica tener” abrieron durante la pasada administración y constata lo que significó esa apertura para las finanzas públicas no puede evitar arrugar la cara.

— Cinco de esas embajadas que podrían tener los días contados son las de los Emiratos Árabes Unidos, Azerbaiyán, Turquía, Australia e Indonesia. Aunque no son las únicas que se abrieron en el Gobierno Solís Rivera (también abrimos oficinas en Kenia y en Shangai) pedimos los datos de estas cinco para que ustedes pudiesen entender el alcance financiero de lo que este ahorro significaría para el país... y también de lo que nos ha costado que una administración (¡del mismo partido!) decida dar marcha atrás con lo decidido por su antecesora.

— Solicitamos entonces a Cancillería los gastos de apertura que significó cada una de dichas oficinas en el extranjero, así como lo que costó mantenerlas durante el año pasado.

— Así las cosas en la apertura de estas oficinas internacionales gastamos un total de $238.560,02 (al tipo de cambio del dólar de ayer más de 140 millones de colones) porque poner en marcha la embajada de Turquía (que fue la primera de la camada en abrirse en 2014) nos costó más de $16 mil, la de Indonesia (que se abrió en 2017) $17.741,33, la de Australia (de octubre de ese mismo año) $42.600 y la de Azerbaiyán (que se abrió en 2017) $16 mil.

— A esos números sumen los $145.364 que costó abrir la de Emiratos Árabes Unidos hace apenas año y medio...

— Mantener las embajadas operando ha sido igualmente costoso. Solo el año pasado, según los datos suministrados por Cancillería, gastamos $561.170,19 (más de 330 millones de colones) en gastos de operación y mantenimiento de las cinco oficinas aludidas.

— Quizá alguno de ustedes está preguntándose cuántos costarricenses residen en estas naciones. Como referencia, según los datos del padrón electoral del Tribunal Supremo de Elecciones para las pasadas presidenciales de 2018 en Turquía había inscritos 6 costarricenses; en Indonesia 1; en Australia 129; en Azerbaiyán eeeee... ninguno y en los Emiratos Árabes Unidos habían 8 costarricenses mayores de edad.

— Recordemos que en abril de 2018 el excanciller de Solís, Manuel González, defendió la apertura de estas oficinas consulares asegurándole a La República que:

Costa Rica estaba muy enfocado en sus áreas geográficas tradicionales como Norteamérica y Europa, lo que no está mal, ya que con ellas se mantienen tratados comerciales importantes (…) Uno tiene que decidir qué es primero: el huevo o la gallina. Así como se abre una embajada por los exorbitantes niveles de comercio entre ambos países, también se hace porque se quiere mayor presencia en esa nación y eventualmente quiere que eso surja.

— Sea como sea gastamos $238.000 en abrir embajadas en países donde no hay más que 140 costarricenses en total y solo el año pasado mantenerlas nos costó otros $561.000. No pareciera la inversión más prudente, especialmente ahora que estamos pensando en cerrar al menos dos.

— Según indicó Manuel Ventura a CrHoy con los cierres de estas oficinas consulares los costarricenses afectados se van a seguir atendiendo a partir de concurrencias que nos permitan que desde un país se puedan subsanar las necesidades de los habitantes de las naciones cercanas.

— A ver si así ahorramos un poco... y si aprendemos la lección y la próxima vez que nos gastemos una platita abriendo una embajada lo pensemos mejor, porque a veces retroceder en las decisiones, es una decisión que sale cara y el país no está para “pequeños desaciertos” que se siguen sumando uno sobre el otro...

Esta nota es parte del Reporte: ¿Cuánto cuestan las embajadas injustificadas?