El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) anunció este viernes que el Proyecto Hidroeléctrico Diquís, la que se proyectaba sería la planta más grande de Centroamérica, quedó "suspendido indefinidamente".

El anuncio lo hizo la presidenta ejecutiva de la empresa estatal, Irene Cañas, en una conferencia de prensa donde expuso los desafíos que tiene el ICE en los próximos años, los cuales fueron previamente comunicados al Consejo de Ministros y Ministras del Gobierno de Carlos Alvarado.

"Esto significa el cierre inmediato de las actividades que se desarrollan. No vamos a continuar con el mecanismo de consulta indígena, no se va a finalizar la etapa de factibilidad ambiental y vamos a solicitar el archivo del expediente en la SETENA (Secretaría Técnica Nacional Ambiental)", anunció la jerarca.

Diquís, que se planeaba construir en Térraba de Puntarenas (Zona Sur), iba a tener una capacidad instalada de 650 Megavatios (MW), superando los de 305,5 MW del Proyecto Hidroeléctrico Reventazón, en la actualidad el más grande de Centroamérica.

El megaproyecto tenía una década paralizado entre estudios de impacto ambiental, consulta a los pueblos indígenas y revisiones en el Tribunal Constitucional, por lo que considerando su alto costo y complejidad, además del hecho de que el consumo eléctrico en Costa Rica ha disminuido en los últimos años, se tomó la decisión de parar la obra.

El PH Diquís habría costado 3694 millones de dólares, según el más reciente cálculo de la empresa estatal, unos 2,2 billones de colones según el tipo de cambio actual. Su plazo de construcción rondaba los siete años.

La medida obliga al ICE, según su presidenta ejecutiva, a pasar a la partida de "gastos" en sus estados financieros más de 146 millones de dólares, aunque dijo que eso no afectará las tarifas que se prestan al público.