La democracia es esencial para la paz”, María Corina Machado, - Nobel de la Paz, 2025 -.
La democracia como una amplia familia, que vive en un territorio -su gran casa común- , tiene madres y padres, con ancestros y descendientes -abuelos y abuelas, hijas e hijo -. También naturaleza, con animales amigos; además, los silvestres, presas y depredadores, (pumas, jaguares o coyotes): algunos con piel de oveja. Asimismo habitado por buenos y malos, del terruño o de tierras lejanas o cercanas; por amantes de lo bueno, y por sembradores de odios… que dividen el gran hogar de todos.
La democracia es paz con fraternidad social; sin violentos, sin violencia. Con vida en comunidad; sin muertes, sin heridas y dolores del alma por el ser ausente. Donde imperan los buenos, no la maldad.
La democracia es vida tranquila.
Recordemos: antes de los 40 del siglo anterior, nuestro país era insensible respecto al desarrollo humano integral. Luego, una elección positiva, inició el Estado Social, nos dio, entre muchas obras sociales: universidad, Caja del Seguro Social, Código de Trabajo, Garantías Sociales. Coincidencias fraternales ganaron a la indiferencia.
A finales del 49, nuestra Constitución, respetó, entre otros, las Garantías Sociales; y también señaló que “se proscribe el Ejército como institución permanente”.
Con garantías sociales (defensoras de la dignidad humana) y sin ejército (generalmente, defensor de dictaduras), nuestro país se convirtió en la Costa Rica para todos.
Después de los años 40: emergió la reconciliación nacional, e igualmente la creación de leyes e instituciones al servicio de las personas; verbigracia:
AyA, ITCO (hoy, INDER), Incorporación al Mercado Común Centroamericano, Hospital de Niños, INA, Movimiento Nacional de Juventudes, Banco Popular, Dinadeco, Ley General de Cooperativas, Infocoop, Universidad Nacional, Instituto Tecnológico, Derogatoria de disposición que discriminaba a los persona negras, fundación de Parques Nacionales, Ley de Asignaciones Familiares, Universidad Estatal a Distancia, Conape.
Como reconocimiento, a gestiones gubernamentales, la OEA y la ONU, respectivamente, seleccionaron nuestro país, como sede: de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y la Universidad para la Paz .
Asimismo: Promulgación de Neutralidad Perpetua. Promoción del Plan de Paz para Centroamérica.
Aprobación del Bono Gratuito de Vivienda, Hogares Comunitarios, Atracción de INTEL, Ley de Paternidad Responsable, estímulo al Programa Nacional de Prevención y Atención del Cáncer Cérvico Uterino y de Mama, Ley de Protección al Trabajador, además, la Universidad Técnica Nacional.
Muchos hechos positivos, muchísima obra social, incluso llegando a tener el primer lugar en desarrollo humano.
También, otros sucesos:
El PAC, postula a Luis Guillermo Solís - exsecretario general de Liberación Nacional -, resultando electo presidente de la República, 2014-2018; para luego presentar como candidato, a su exministro Carlos Alvarado, que ejerció la Presidencia, 2018-2022. Y, su exministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, es el actual Presidente; que en condición de ministro - de Carlos Alvarado - expresó: “la evasión de impuestos en nuestro país está entre el 6 y el 8 por ciento del PIB”.
Evasión de impuestos, “trabajado” con tortuguismo complaciente… sin querer (especialmente, la administración) otras acciones. Lo que sí ha querido, su alta jerarquía - pasada y reciente -, (con la motosierra del sálvese quien pueda), es el injusto recorte de dineros para lo social, por ejemplo: en salud (sin honrar deudas con la Caja), en educación (hoy sin calidad) sin becas necesarias, sin infraestructura adecuada; sin suficientes bonos para viviendas.
Además: sin seguridad real, sin protección para la vida de las personas, y de sus bienes. Sin tranquilidad en comunidades, centros de estudio o de trabajo, así como en establecimientos comerciales. Sin país tranquilo; lo contrario: la ley del más fuerte. Sin liderazgo positivo; con autoritarismo depredador contra la institucionalidad social.
Y ¿qué hacer? ¿destruir o construir?
La democracia requiere cuidados especiales. Tiene que ser, una democracia amada. Ser una democracia para todos (respetuosa, inclusiva), que abrace con calidad. Con calidad de: viviendas, alimentos, salud, educación; emprendimientos, empresas, trabajos, recreación. Con calidad en infraestructura física y digital; en comunicaciones, carreteras y puertos, que faciliten lo bueno (sin estorbos ni ilegalidades). Calidad en seguridad para la vida de personas, y resguardo de los bienes públicos y privados. La democracia con soluciones para la dignidad humana, la justicia social, el bien general.
La democracia necesita de todos, creando riqueza legal; respetando y coincidiendo. Con la contribución de todos, para su mantenimiento diario: con impuestos justos, lógicos. Requiere el aporte de unos y otros, sin populismo, sin encantamientos ilusionistas.
La democracia requiere defensoras y defensores -no pasivos…cruzados de brazos-; exige personas comprometidas, proactivas, que voten con responsabilidad, por hechos positivos, no por humos.
Sin olvidar que, a hoy, tenemos casi 20 años de gobiernos de raíces socialdemócratas: dos liberacionistas, más dos, de su hijo, el PAC; y su descendiente: el actual, que no es del socialcristianismo. El presente y el futuro inmediato, claman nuestra hacer. Seguimos así o elegimos creación de riqueza general para la para el bienestar nacional.
Hoy, con hidalguía: defendamos la democracia real (no, la falsa de los populistas). Evitemos la división de la familia costarricense. Volvamos a la Costa Rica de los ideales nobles, la de los principios cristianos de justicia social; la de: “El Estado procurará el mayor bienestar a todos los habitantes del país, organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza.” (Garantías Sociales, artículos 50 y 74 de la Constitución Política).
En lo personal, la defenderé con el voto (lo haré con convicción por el socialcristianismo, por la Unidad, por don Juan Carlos y sus acompañantes presidenciales y diputadiles. Y, a usted, respetuosamente sugiero: hacerlo por la unidad de los habitantes de nuestra patria. Hacerlo por la democracia sin autoritarismo).
¡Ah! y meditemos con el alma: “5.793 personas fallecieron entre los años 2023, 2024 y enero de 2025, mientras esperaban una cirugía en la CCSS”.
Y, para el debate: ¿será ya, el tiempo democrático para establecer constitucionalmente: la revocatoria del mandato presidencial?
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