¿Cómo luce la eficacia de un país a 60 años en el futuro? Entre 1950 y 2010, la economía de Costa Rica creció a una tasa promedio de 4% por año. ¿Qué haríamos hoy diferente si supiéramos que en los próximos 60 años la economía tendría la misma tasa de crecimiento económico?

Hacer es muy difícil. Por eso es fácil criticar lo que a corto plazo aparenta ser inacción. Los recientes economistas laureados con el Premio Nobel de Economía recibieron el reconocimiento por su estudio sobre la destrucción creativa que representa la innovación. Muy diferente es la intención de deteriorar el valor existente sin innovar. Es peor que no hacer nada.

Una burocracia robusta garantiza la buena gobernanza. Sobre todo en un país como Costa Rica, que tiene uno de los Poderes Ejecutivos más desempoderados o débiles de América Latina. Esto no va a cambiar en la próxima elección.

En países en desarrollo los gobiernos deben tener el sesgo positivo de gobernar a favor del desarrollo más efectivo de la mitad más vulnerable de cada población meta que se quiere impactar por medio del diseño de políticas públicas.

La campaña política solía ser un muy buen ejercicio de fijación de agenda pública para que el pueblo supiera cuál sería la agenda de gobierno por los próximos cuatro años de la agrupación que resultara electa. Lo que tienen en común la campaña política y el ejercicio del gobierno es que ambas son oportunidades exquisitas para educar.

A diferencia del Halloween, donde se busca tener el disfraz que más llame la atención lo más posible, las candidaturas presidenciales lo que buscan es hacer que la mayor cantidad de personas posible genere confianza y se sienta incluida en un proyecto para desarrollar de manera conjunta, con una visión que se sienta auténtica y en la que todas las personas – aún opositores y detractores – resulten beneficiadas

El electorado puede tener la postura pasiva de esperar a que se despejen los nublados del día, sobre todo en períodos turbios como la campaña electoral. O puede gestionar de manera proactiva preguntándose qué está dentro de mi poder para actuar de manera que resolvamos los mayores desafíos y satisfagamos las necesidades prioritarias que se vislumbran en cada comunidad.

De la economía conductual debemos recordar que todas las decisiones son irracionales. Al combinar esa irracionalidad con la economía de la atención que invita a mentir y engañar con tal de ser visto, estamos ante un escenario complejo en el que debemos navegar con abundantísima cautela.

Escuche el episodio 290 de Diálogos con Álvaro Cedeño titulado “Eficacia a largo plazo”.

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Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.