Me encontré los diarios de hace años guardados en mi baúl. Han sido de mucha ayuda para volver a conectar con la Paula del 2020 y 2021. Momentos clave en la vida de todos, me atrevo a decir.
Como muchos enfrenté retos inesperados y viví tantas cosas que parecen ahora una historia lejana. Lo más importante para en mí, fue la oportunidad que tuve de extender mi tiempo con Aurora, ese maternar que me ayudó a ir entendiendo de qué realmente se trata todo este tema de ser mamá.
19 de junio de 2020.
Hola, mi Aurora, te cuento que ya tenemos una semana de estar en el nuevo apartamento, tuvimos la suerte de encontrar uno de gran tamaño a un muy buen precio de alquiler, y me aventuré a venirme a estar contigo. Ya le tomé cariño al lugar y ahora estamos aquí. Esta pandemia me congelaba los huesos. Y dónde estábamos era muy pequeño me estaba ahogando.
Aurora, quiero hacerte una recopilación de cosas que me gustaría tengas presente para que puedas leer cuando estés grande. Hoy seguro mides casi 80 centímetros y pesas alrededor de 12 kilos. En unos días vamos a ir al doctor para corroborar esto, estás a tres meses de cumplir dos años y tengo que llevarte al pediatra y a vacunar, como parte del control que hay que llevar en tu librito de salud del seguro.
Empecé a escribirte desde que naciste y todo está en otros libros, pero este lo encontré nuevo y vacío, por eso hoy retomé la historia, estamos viviendo un año 2020 diferente a todo, leerás seguro mucho al respecto cuando estudies, pero aquí te cuento que en vivimos en medio de una pandemia que inició en marzo este año.
Acabo de ver las noticias, en Costa Rica hoy llegamos a los 2000 casos de Covid-19, razón por la cual se comunicó que volvemos a las medidas sanitarias que tuvimos durante la Semana Santa, la más atípica de la historia reciente y creo que jamás vivida a nivel mundial. Esta pandemia ha sido un reto para el mundo.
Este mes de junio lo vamos a recordar por muchas cosas, pero sobre todo porque murió mi abuelito Francisco, el papá de Tito. Lo conociste un día, tenías menos de un año, fue una visita corta, tu tía y yo fuimos a verlo, contigo y Celeste. Aunque fue sólo por un ratito disfrutamos mucho. También estuvo papi. Hay muchas historias de abuelito, cuando yo era pequeña y llegaba navidad abuelito Francisco que era altísimo, gordo y con los ojos celestes, se vestía de Santa Claus, me encantaba la Navidad donde ellos. Siempre había música y mucha bulla, un montón de cosas mal puestas en la gran mesa de la cocina, arroz con pollo como siempre y muchas papas. Eran celebraciones para estar juntos simplemente.
Ay Auri, estos recuerdos me hacen llorar profundamente. Es como si todo se detuviera y sintiéramos que algo se está rompiendo en la vida de las familias, todos nos extrañamos y hay un miedo en el aire cada vez que nos vemos, con mascarillas y de lejos. Ayer vinieron a dejarnos unas cosas que nos mandaron las amigas de Brahma Kumaris, las dejaron en la acera cuando se despidieron bajé por ellas. Así es el tiempo en pandemia, sin contacto humano, más que el nuestro. He cambiado de pares de zapatos, hasta boté unos nuevos, no quiero que entre ningún “bicho” al apartamento que traiga pegado en la suela, cuando salgo, todo está cerrado, en todos lados hay mesas con servilletas y alcohol, la gente se distancia cuando nos vemos, las miradas están profundas y hay muchos con los ojos rojos, me he detenido a verle los ojos a la gente.
Hoy pude salir y manejar, porque según las medidas que puso el gobierno podía llevar el carro por el número de placa, me sirvió mucho porque lloré todo el camino en el carro y así no me viste triste.
Auri, ya son cuatro meses de pandemia, no sabemos cuánto va a durar, hemos tenido que estar muchos días sin salir, pero intento que aquí juntas nos divirtamos mucho. Te escribo mañana.
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