En algún rincón del país —quizá al fondo de una oficina olvidada o en la sobremesa de un café donde aún se conversa— alguien dejó encendida una vieja radio que solo sintoniza el porvenir.

Nadie la fabricó. Nadie sabe exactamente cuándo apareció. Pero, de vez en cuando, transmite titulares del futuro. No predicciones. Titulares. Claros, directos, inevitables… si seguimos como vamos.

Fue así como, entre estática y señales borrosas, accedimos a las noticias del año 2050, cortesía de los pocos medios que aún sobreviven. Estos fueron los titulares de ese día que aún no llega, pero que ya empieza a sentirse cerca:

  1. Miles de adultos mayores viven en pobreza. Desde 2047 se acabó el dinero para pagar las pensiones. A pesar de décadas de advertencias y recomendaciones técnicas, nunca se hicieron los cambios. Hoy, miles de personas que cotizaron toda su vida caminan desesperanzadas por las calles, sin entender qué salió mal.
  2. Centros de salud colapsados: fallecidos se acumulan en las aceras. Tras la presión de los grupos que se benefician del sistema, todos los centros de salud se institucionalizaron. La calidad siguió en picada, los costos aumentaron y el sistema terminó funcionando solo para mantener intacta la planilla de la CCSS, con todos sus privilegios. Para el resto, ya no alcanza. Y sin empresarios que paguen, ni eso durará.
  3. Miles pierden sus ahorros, pero el sistema sigue “sólido”. Cada vez hay menos opciones financieras, pero seguimos manteniendo cinco bancos estatales y cinco entes supervisores. En un mercado cada vez más pequeño, las regulaciones y los costos ahogan la competencia, castigan al consumidor, pero permiten ubicar fichas en puestos bien pagados. Las tasas altas seducen… hasta que explota la burbuja. Y entonces, como siempre, nadie fue.
  4. Emergencia nacional por agua y basura: llueve seis meses al año, pero igual no alcanza. Los racionamientos se volvieron permanentes porque nunca se construyó la infraestructura. Orosi II sigue en planos. Mientras tanto, los ríos son cloacas a cielo abierto y las plagas de dengue, cólera y diarrea se multiplican. La buena noticia: AyA designó la vigésima unidad ejecutora para encargarse del Programa de Agua Potable y Saneamiento, en pausa desde 2025. Por su parte, el Ministerio de Salud llegó a un acuerdo con las municipalidades —¡por fin!— sobre dónde poner un nuevo relleno sanitario. Si no hay apelaciones, claro.
  5. Costa Rica se queda sin energía: ICE no previó efectos del cambio climá El ICE anuncia nuevos racionamientos eléctricos. El Frente Amplio celebra el centenario del ICE y haberse opuesto a la apertura del mercado eléctrico en 2025. Lo importante era garantizar la existencia de la institución… y los empleos de sus funcionarios. Los proyectos de energías alternativas dejaron de ser viables, la dependencia de los combustibles fósiles aumentó y, con ella, los costos.
  6. Tarifas de impuestos alcanzan el 90 %: “era necesario para salvar la institucionalidad”. Los emprendedores desaparecieron. Las tarifas fiscales y las cargas sociales llegaron a niveles absurdos para sostener el estilo de vida de las élites burocráticas. Pero, según algunos, al menos se logró igualdad… en la pobreza y el desempleo.
  7. Carretera a San Ramón inicia construcción, 42 años después de anunciarse. Mientras el mundo se adapta a los carros voladores, aquí celebramos que al fin se completaron las expropiaciones iniciadas en 2008. Y, por supuesto, la primera piedra fue colocada con banda y acto oficial incluidos.
  8. Crucitas cambia de nombre y la Trocha llega a juicio (37 años después). Después de décadas de saqueo ambiental y abandono, se propone declarar a Crucitas como “zona de valor estratégico intangible” y, de paso, cambiarle el nombre. Porque si algo no se puede resolver, al menos se puede rebautizar. Por su parte, la Trocha ya tiene fecha de juicio. Casi no quedan imputados con vida, pero eso no impide celebrar el avance. En ambos casos, la justicia llegó tarde y mal.
  9. Constituyente no resolvió nada: “el problema no era la Constitución. Décadas de polarización y reformas nos llevaron a un texto más largo, más confuso y más caro de aplicar. Algunos finalmente aceptan que la Constitución no era el problema. Pero al menos se logró lo importante: crear más comisiones, más burocracia y la declaratoria de otro día festivo.
  10. Los profesores al fin imparten inglés en inglé El plan nacional de bilingüismo se cumplió, aunque con un pequeño retraso de 60 años. Paradójicamente, ya no es tan útil: la inteligencia artificial traduce en tiempo real. Pero, como todo, lo importante era que el MEP siguiera operando todos los centros educativos, aunque los estudiantes no aprendan ni lo básico. Parece que los que enseñan inglés en español harán una huelga para atrasar el proceso una vez más.

¿Y ahora qué?

Este futuro no es ciencia ficción. Es la consecuencia lógica de la inacción, la cobardía y el cortoplacismo.

Pero no está escrito en piedra. Podemos evitarlo.

Eso sí: requiere valentía para cambiar la receta, dejar de proteger intereses caducos y enfrentar la realidad con honestidad.

No hay parche que resuelva lo que necesita cirugía. No hay excusa técnica, ideológica o sentimental que justifique seguir haciendo lo mismo.

Y aquí es donde entramos todos.

Porque viendo la oferta de aspirantes a la Presidencia —y la ambivalencia que demuestran para señalar, sin tapujos, que para progresar hay que afectar el statu quo de las élites que nos han dominado por décadas— todo indica que nos esperan otros cuatro años de patear la bola, evadir los problemas estructurales y seguir a punta de parches.

Eso, si no explota la bomba antes y simplemente se agrava la situación… hasta que ya nadie pueda ignorarla.

Por eso, más que candidatos valientes, necesitamos una ciudadanía exigente. Una que no se conforme con promesas vagas, ni con maquillajes institucionales, ni con el reciclaje de apellidos. Una que entienda que el verdadero cambio no comienza en la papeleta, sino en el estándar con el que evaluamos a quienes aspiran a representarnos.

Tenemos acceso a las noticias del mañana. El reto es actuar hoy.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.