Sentirse más cansado de lo normal podría no ser solo por el corazón. La deficiencia de hierro es más común de lo que cree en pacientes con insuficiencia cardíaca.

Tres consejos para aplicar hoy mismo:

  1. Si tiene insuficiencia cardíaca, pregunte específicamente si es necesario evaluar sus niveles de hierro.
  2. Integre a su dieta alimentos ricos en hierro como lentejas, espinacas, hígado de res, pollo y mariscos.
  3. Si tiene diagnóstico de deficiencia de hierro, infórmese sobre la mejor opción de tratamiento para su caso.

La deficiencia de hierro en pacientes con insuficiencia cardíaca (IC) está estrechamente relacionada con la calidad de vida, y la clase funcional NYHA.

Diversos estudios clínicos han demostrado que corregir esta deficiencia mejora el estado funcional y la calidad de vida de los pacientes con IC, incluso en aquellos sin anemia. Se estima que entre el 35% y 50% de los pacientes con IC presentan déficit de hierro, siendo más frecuente en mujeres, en pacientes con IC avanzada y en cuadros de IC aguda.

El déficit de hierro se define como una concentración de ferritina sérica <100 μg/L o una ferritina entre 100 y 299 μg/L con un índice de saturación de transferrina (IST) <20%, independientemente de la presencia de anemia.

El hierro es un elemento esencial en el transporte de oxígeno y el metabolismo energético. Su deficiencia impacta negativamente en la capacidad de ejercicio debido a la reducción en la producción de ATP, tanto a nivel del miocardio como en los músculos periféricos.

Principales causas y consecuencias de la pérdida de hierro

 Pérdidas de hierro frecuentes en pacientes con IC:

  • Pérdidas digestivas ocultas.
  • Úlcera péptica.
  • Uso prolongado de fármacos como aspirina o warfarina.

Principales causas de la deficiencia de hierro en pacientes con IC:

  • Hiporexia.
  • Alteraciones en la absorción intestinal.
  • Interacciones con la medicación.
  • Consumo de ciertos alimentos que interfieren en la absorción del hierro.

Consecuencias de la deficiencia de hierro en pacientes con IC:

  • Reducción de la capacidad para el ejercicio.
  • Deterioro de la clase funcional NYHA.
  • Disminución de la calidad de vida.
  • Mayor riesgo de hospitalización.
  • Aumento de la mortalidad cardiovascular y general.
  • Mayor prevalencia de síntomas depresivos y trastornos psicológicos.

La principal fuente de hierro proviene de la alimentación. No obstante, el cuerpo solo asimila una pequeña fracción del hierro presente en alimentos. Sin embargo, incluso si se incrementa el consumo de estos alimentos, la cantidad de hierro absorbida sigue estando limitada por mecanismos reguladores del organismo. Además, en pacientes con insuficiencia cardíaca, este proceso de absorción puede verse alterado.

Fuentes alimenticias de hierro

Algunos alimentos de origen vegetal altos en hierro, son:

  • Lentejas, garbanzos.
  • Frijoles (negros, rojos, blancos).
  • Soya y derivados (tofu, tempeh, edamames).
  • Semillas de calabaza, girasol.
  • Espinaca, Acelga, Kale (col rizada).
  • Quinoa, avena, arroz integral.

El hierro presente en carnes y pescados se absorbe con mayor facilidad, como en:

  • Hígado de res (uno de los más ricos en hierro).
  • Pechuga y muslos de pollo.
  • Almejas (muy alto en hierro), ostras, mejillones, sardinas.
  • Yema de huevo (contiene más hierro que la clara).

Tratamiento

  • Hierro oral

El tratamiento con hierro oral en pacientes con IC presenta limitaciones debido a su baja tolerancia digestiva y absorción ineficaz, influenciada por factores como niveles elevados de hepcidina y polimedicación. Además, su reposición es lenta, ya que solo se absorbe aproximadamente el 10% del hierro ingerido.

El estudio IRONOUT evaluó la eficacia del hierro oral en pacientes con IC y FEVI <40% para mejorar la capacidad funcional, sin encontrar diferencias significativas respecto al placebo.

  • Hierro Intravenoso

La administración de hierro intravenoso ha demostrado ser más efectiva que el hierro oral para corregir la ferropenia y la anemia en estos pacientes. Un metanálisis sobre su uso en IC con fracción de eyección reducida evidenció mejoras en los síntomas, mayor tolerancia al ejercicio, mejor calidad de vida y reducción de hospitalizaciones por IC.

El primer producto de hierro para uso intravenoso fue el dextrano de alto peso molecular, el cual no debería ser aceptado ni utilizado, debido al elevado riesgo de reacciones anafilácticas.

  • Hierro carboximaltosa (HCM):

Este compuesto férrico se une a polímeros de carbono y se almacena en hígado y bazo. No reacciona con anticuerpos antidextrano. Tiene una vida media de 7-12 horas y su eliminación renal es mínima. Su perfil de seguridad permite administrar dosis más elevadas en tiempos de infusión reducidos, con una baja incidencia de eventos adversos graves.

Contraindicaciones del HCM:

  • Hipersensibilidad al hierro carboximaltosa.
  • Anemia no relacionada con deficiencia de hierro.
  • Sobrecarga de hierro.
  • Trastornos en la utilización del hierro.

Actualización de las Guías ESC 2023

  • Refuerzan el nivel de recomendación del hierro IV para el alivio de los síntomas y mejoría de la calidad de vida. Como recomendación IA
  • Expanden la recomendación de usar hierro al considerar hierro IV para reducir hospitalizaciones en los pacientes sintomáticos. Como recomendación IIaA

La deficiencia de hierro es una comorbilidad frecuente en pacientes con IC, incluso en ausencia de anemia, y tiene un impacto clínico y pronóstico significativo. La administración intravenosa de hierro carboximaltosa ha demostrado ser una estrategia segura y eficaz, mejorando la condición clínica de los pacientes, disminuyendo las hospitalizaciones por IC y siendo recomendada en las guías clínicas con un nivel de evidencia moderado.

Como profesionales de la salud, nuestro rol es el manejo integral de la IC, es fundamental considerar parámetros que impactan directamente en su evolución, así como sabemos que el  proBNP es una herramienta esencial para el diagnostico y seguimiento, la detección temprana de la deficiencia de hiero permiten intervenciones oportunas, por ellos es crucial que al ingreso de estos pacientes a los programas o clínicas de insuficiencia cardiaca se soliciten índices férricos incluyendo ferritina y saturación de transferrina y que estos sean evaluados periódicamente esto nos brinda información clave para optimizar el tratamiento y evitar el deterioro del paciente.

MSc. Carol Sánchez, enfermera del Servicio de Cardiología del Hospital Metropolitano. Cuenta con una Licenciatura en Enfermería Universidad Latina de Costa Rica, un Máster en Insuficiencia Cardíaca de la Universidad de Barcelona, y más de 8 años de experiencia laboral.