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La Fundación Casa de los Niños impulsa un programa de educación parental en una de las comunidades más densamente pobladas del país, con el fin de transformar historias marcadas por la violencia y el abandono.

En la comunidad de Tirrases de Curridabat, donde conviven más de 22 mil personas en menos de dos kilómetros cuadrados, la Fundación Casa de los Niños trabaja cada día con menores en condición de pobreza y sus familias, para ofrecerles herramientas que les permitan construir una vida más digna y saludable.

Además de su programa educativo integral —que acompaña a los menores desde el kínder hasta la universidad— la fundación impulsa una Escuela de capacitación para padres, enfocada en sanar heridas emocionales, evitar la reproducción de patrones de violencia y fortalecer la crianza afectiva y consciente.

"En estas charlas trabajamos cómo sanar la historia de vida, cómo no repetir patrones, cómo fomentar el estudio en la vida de sus hijos y cómo prevenir la violencia desde el hogar", explicó Catalina Chaves, directora y psicóloga de la fundación.

Una escuela para madres y padres que también necesitan sanar

La mayoría de personas adultas que participan en el programa han crecido en entornos marcados por la violencia y la negligencia emocional. A través de sesiones bimensuales —que congregan a unas 140 personas cada mes— se abordan temas como:

  • Sanar la historia de vida: Identificando heridas emocionales y su impacto en la crianza.
  • Romper el ciclo de violencia: Reemplazando prácticas dañinas por estrategias de crianza positiva.
  • Construir vínculos afectivos: Fomentando comunicación, respeto y empatía.
  • Empoderamiento femenino: Fortaleciendo la autoestima y el rol activo de las mujeres como educadoras.
  • Herramientas prácticas: Técnicas para el manejo de emociones y la disciplina respetuosa.

Impacto en la vida cotidiana

Los aprendizajes se traducen en cambios concretos en la dinámica familiar. Chaves relata el caso de una familia con dos hijos —uno adolescente y otro en edad preescolar— donde el programa ha ayudado a mejorar la comunicación entre los padres, comprender mejor las etapas de desarrollo y evitar que las tensiones escalen a conflictos mayores.

"Este programa no solo transforma la relación entre padres e hijos, sino que impacta generaciones enteras al romper cadenas de abuso, desamor, falta de comunicación y abandono", señala la psicóloga.

Un ecosistema de apoyo para niños y jóvenes

Actualmente, 340 menores asisten regularmente a la Fundación Casa de los Niños, donde reciben alimentación, apoyo académico, tutorías personalizadas, psicología, formación espiritual, desarrollo sostenible y la posibilidad de participar en talleres de música y ballet.

El equipo está compuesto por 14 profesionales que acompañan a los niños dos veces por semana, alternando con su educación formal. La fundación ofrece un espacio seguro, estructurado y amoroso, con el objetivo de sembrar las bases para un futuro diferente.

En palabras de Chaves, "la educación emocional y parental es clave para impulsar a futuros adultos sanos en Costa Rica".