El muy lamentable caso de la UCR, ampliamente reportado por Delfino.cr, me hace querer contarles dos vivencias  con la U, que sin tener nada que ver con este caso, me dejaron pensando que la institución que tanto quiero tiene muchísimo por mejorar. Antes de contarles estos cuentos, les dejo la primera recomendación para quienes aman la docencia y les preocupa que la U sufra tantas desgracias.

El suplente (Netflix)

En esta película argentina tenemos a un profesor universitario que acepta un puesto como docente suplente en un cole ubicado en una zona vulnerable del conurbano bonaerense, i.e. como en las afueras de la ciudad. El lugar no es ningún jardín de margaritas: está atravesado por la pobreza, el narcotráfico y la indiferencia institucional. La película muestra, sin romanticismos, los problemas del sistema educativo y cómo el docente se convierte, en ocasiones, en el único apoyo para jóvenes atrapados en la violencia estructural. La peli no es un hito del cine, pero es correcta, bien hecha, disfrutable y bien intencionada. Véanla.

Hasta hace poco tuve la suerte y el privilegio de dar clases en la UCR. Les juro que di cada lección con el mayor de los gustos, con toda la seriedad y dedicación que esta tarea conlleva, pues, al igual que escribir esta columna, es algo que hacía con la mayor alegría. Llegué puntual a todas y cada una de las lecciones, y las terminaba a la hora que debían terminar. Hacía, por lo tanto, lo que me correspondía. Por otro lado, había un profesor (de esos que llevan toda la vida en la U) que daba el mismo curso y supuestamente en el mismo horario que yo, pero él casi siempre llegaba tarde y, con mucha frecuencia, se iba temprano. Quisiera pensar que su salario lo cobraba parcialmente, como cumplía parcialmente con el horario. Cuando terminó ese semestre, pese a ser calificado por mis estudiantes en todos los rubros con más de 9,5, no me renovaron el contrato. Fui sustituido por la esposa del profesor que con frecuencia llegaba tarde y se iba temprano. Pensé entonces: todo mal con la U.

Para los profes que aman la docencia y cumplen con sus horarios, la siguiente recomendación:

Machuca (completa aquí)

"Machuca" retrata con lucidez el intento de hacer de la educación un puente entre clases sociales. En el Chile de 1973, un colegio privado recibe a niños de barrios pobres gracias a la visión progresista de un director. La escuela, en vez de ser un espacio de encuentro pacífico, se convierte en el espejo de un país polarizado. Cada clase, cada recreo revela las tensiones latentes entre inclusión y exclusión. Peliculón. Véanla. la van a amar.

 

El otro episodio de "todo mal con la U" me sucedió en el 2021. Diez años después de graduarme, me llegó el siguiente correo:


De: [email protected]
Enviado: martes, 3 de agosto de 2021 14:16
Asunto: AVISO DE COBRO MONTO PENDIENTE OAF-UCR

Señor(a):
EFRAÍN ANTONIO GUERRERO SEGURA
Carné: A52558

Buenos días, por este medio le informamos que, al día de hoy, adeuda a la Universidad de Costa Rica la suma de ¢32.395,00 por concepto de montos pendientes de pago (ver detalle en página web www.oaf.ucr.ac.cr), por lo que le solicitamos realizar el pago respectivo en los siguientes sitios…


Cuando recibí este correo, respondí que me había graduado de licenciado en Derecho diez años atrás y que, además, para la graduación me habían pedido un certificado que indicaba que estaba al día con la U… Para no hacer el cuento largo, luego de muchos correos, pagué los treinta y dos mil pesos. Digamos que efectivamente los debía (cosa que dudo, pues con certeza para graduarme me pedían estar al día). Cobrarme ese dinero diez años después me deja claro que las finanzas de la institución son llevadas por los mapaches de la U, que calculan con ábacos oxidados y que los cobros los tramitan —o no— después de tirar las cartas del Tarot mapachin.

Les dejo la última recomendación, para todos ustedes profesores que disfrutan y valoran la enseñanza, y para todos ustedes estudiantes que aman aprender:

La lengua de las mariposas (completa aquí)

En un pueblo español de los años 30, un niño y su maestro crean una relación marcada por la curiosidad y el respeto  (quien ha experimentado esto con un docente sabe la dicha que es encontrar ese espacio). El profesor de la peli no solo enseña sobre temas académicos, sino también sobre dignidad (como el buen Isidro Pardo, mi profesor de música del cole). Con la llegada de la Guerra Civil, la violencia interrumpe el aula y el miedo impone su propia pedagogía. La película es un homenaje al poder formativo —y vulnerable— de la educación.

A los señores y señoras que le hacen daño a la U desde adentro, espero que los despidan pronto y que les cueste mucho encontrar brete. Ahora deben estar sudando frío por sus bajezas. Nadie los tiene.

Eso fue todo por esta semana. Gracias por leerme y hasta el próximo capítulo.