Desde hace varios años soy casi un ermitaño, no lo digo quejandome. Tengo la fortuna de hacer teletrabajo, solo salgo para ir al monte, al gimnasio o al cine. Nada se me ha perdido en nuestro intento de ciudad. Esto tiene muchas ventajas:
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No me asaltan (desde ya hace 10 años).
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No me encuentra ninguna bala perdida.
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Gasto poco.
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Tengo tiempo suficiente para ver la obra maestra de la televisión que a continuación les recomiendo.
The Wire (HBO)
Más que una serie, es una experiencia religiosa.
Está en mi top 3 de grandes series de la vida.
David Simon (todo lo que ha hecho este señor debe ser visto, pero además de The Wire usted se va a hacer un gran favor viendo The Deuce, también en HBO). En The Wire, la ciudad de Baltimore es el escenario para contar los conflictos sociales del lugar (que, de alguna manera, son los conflictos de todo sitio y todo tiempo): corrupción, drogadicción, desigualdad, racismo, migración.
Esta serie, en apariencia, es una historia de detectives, pero en realidad es un tratado sociológico. Se los juro que no exagero: luego de ver The Wire, uno termina menos bruto, más interesante y más bello. Así como lo digo.
El ritmo es lento, pero jamás aburrido. The Wire no tiene héroes virtuosos, la gente es como es; en el mejor de los casos, intenta hacer lo mejor posible con sus limitadas herramientas. En corto, The Wire es la Magnolia o El Padrino de las series: no verla es una autolesión.
Lo ideal sería poder salir a caminar a la calle sin miedo. Sí, lo ideal sería tener espacios públicos que nos hagan sentir parte de la ciudad y dueños de la misma, pero las cosas son como son y no como quisiéramos.
Entonces, le sugiero que vaya a revisar que el portón y la puerta de su casa tengan doble llave, asómese por la ventana para verificar que nadie sospechoso ande por ahí. Ahora sí, póngase la pijama y relájese con la siguiente comedia. Pero tampoco se relaje mucho, que no estamos en Oslo; igual se le pueden meter los ladrones por el techo o por el patio.
Brooklyn Nine-Nine (Netflix)
Una comedia policial que habla del racismo, la masculinidad, el machismo, la burocracia… habla de todo, y lo hace con un humor maravilloso. Esta serie es perfecta para ayudarse a salir de un mal lugar: luego de cada capítulo uno termina contento, con un buen sabor de boca.
Jake Peralta es un detective re idiota que lidera una serie coral donde cada personaje vale oro (jamás al nivel de The Office, pues nada jamás estará al nivel de The Office, ya que es la mejor serie de comedia de la historia). La comisaría 99ª de Brooklyn es pura fantasía; ahí, el humor le da la mano a la crítica social. Esta joyita nos recuerda que reírse es un acto de legítima defensa.
Ahora bien, si de casualidad se le antoja irse a un bar, darse una vuelta por el barrio o hacer cualquier mandado de esos que tenemos que hacer los humanos, lo invito a que se lo piense dos y tres veces. ¿Es realmente necesario salir? Salvo que sea para ir a trabajar, no hay ningún motivo para semejante auto puesta en peligro.
Vea que en cualquier esquina lo asaltan, le hacen un bajonazo o peor. No, no, no invente. Pida comida a domicilio o recaliente lo que quedó de la cena de anoche, y, en la seguridad de su casa, póngase a ver esta recomendación.
Mindhunter (Netflix)
Esta es una serie de David Fincher, uno de los mejores directores que hay y habrá (Fight Club, Seven, The Killer, The Game, Zodiac, etc., etc., etc.): motivo más que suficiente para ver la serie.
Mindhunter intenta comprender lo incomprensible: la mente del asesino serial. Una serie bien pensada que disecciona las capas de la maldad humana. En esta maravilla de la televisión vemos cómo dos agentes del FBI revolucionan la criminología en los años 70 al entrevistar asesinos seriales y estudiar su comportamiento. Verla en verdad es justo y necesario.
Espero que la violencia que sufre este país no los alcance, y que disfruten de estas series. Las tres son buenísimas. Les garantizo que las van a disfrutar.
Eso fue todo por esta semana, gracias por leerme y hasta el próximo capítulo.
