Su obra más reciente llega de la mano de la Editorial Costa Rica.

Los nombres propios es la nueva obra del poeta josefino, Alfredo Trejos, la cual será presentada el próximo miércoles 27 de noviembre en el Centro Cultural de España, Barrio Escalante, a partir de las 7:00 p.m. Los panelistas serán Alexander Sánchez y Esteban Ramírez.

Sobre el autor

Alfredo Trejos hizo estudios en Antropología y Filosofía en la Universidad de Costa Rica (UCR). A la fecha ha publicado once poemarios y dos antologías personales. Adicionalmente, ha ganado el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en la rama de poesía en dos ocasiones: 2012 y 2018. 

Por años ha mantenido su espacio de creación y apreciación poética llamado Tráfico de Influencias/Taller-Laboratorio y ha trabajado como consultor literario tanto en la corrección como edición de diversos libros de personas autoras costarricenses.

Presentación de la obra por parte del poeta español Juan Carlos Mestre

"La bendición de las aguas desciende sobre la noche que no terminará jamás, sobre la sabiduría de los átomos y el bullicio de los seres pensativos que dan razón a una de las más eminentes y singulares poéticas de nuestro tiempo: la voz sin sombra de Alfredo Trejos, un poeta literalmente irrepetible, lúcido hasta el extremo en las dicciones que renombran la existencia e instauran con su revelación otra manera de entender el decorado crítico del mundo, la angustia moral de las palabras que descifran la muerte y otorgan sentido a la conmovedora aventura humana. 

Hay en Los nombres propios un refugio para el carpintero armónico del cosmos y los seres poseídos por la liturgia de una extraña luz. En este poemario hay hormigas y espejos donde se reflejan las personas en busca de rostro, hay una gravitación de ocultas fuerzas vinculadas a la desobediencia y al amor, puertas de par en par hacia las estrellas y el porvenir de los caminos que conducen a la iluminación de las constelaciones del vidente. 

Inmenso inventor de las cosas que sobrevuelan el territorio de las ensoñaciones, Trejos cifra en las llanuras de pimienta de Rimbaud la última semilla comestible de los que jamás fueron ni serán esclavos. Aquí concluye la historia de la intemperie y se reinaugura la bella e insumisa asamblea de los grandes transparentes que promulgaron la imaginación como suprema libertad de la conducta estética. Tras el deslumbrante polvo de las nebulosas, están los días entreabiertos por la llave de su verdad, los boreales pájaros de Thelonious Monk sobre las lápidas del canto, las oraciones de sal sobre todos los imanes de la tierra y las páginas sin jaula de su maravilloso imaginario; está la memoria insepulta de la miel y el rumor azul de las multitudes redimidas por el arte del viejo corazón en llamas de la ética, ese paladar de vidrio de los hospedados en la ciudad sin fondo de la muerte. Aire redentor el que respira la paradójica hermosura del todo y de la nada al borde del abismo, esqueletos de palomas en el botellero de los bares, el osario de los niños llenos de silbidos del verano. 

Este libro es la historia de un conflicto con el silencio, la mano de un hombre que desordena el misterio que está detrás de los sueños, la visión del hereje y del enamorado y del santo, el vendedor de zapatos de seda en el techo del manicomio, el contemplativo de una blanca tristeza ante las geometrías de la compasión y los diamantes del siempre más hermoso fracaso, la hipótesis del destino y la nocturna belleza de los involucrados en la polisemia de lo libertario. 

Adéntrense en la morada de sus dones, nadie por ello será encausado, pues toda gracia como irradiante pertenencia les será ofrecida. Y la misma lluvia, el fuego negro de lo onírico, la misma mano del hombre solo, los anillos de las maderas turbias del alegórico bosque lingüístico en el que la obra del poeta Alfredo Trejos es la hoja más alta del árbol ebrio, ardiente y necesaria estrella de mar hecha de hielo, de la poesía".