Es innegable el daño que el ser humano está infligiendo al planeta. El cambio climático, impulsado por las concentraciones de gases de efecto invernadero, la pérdida de biodiversidad debido a la extinción de especies, provocada por la destrucción de hábitats naturales, la deforestación, la contaminación del aire y de los ecosistemas acuáticos, junto con la acumulación de desechos en vertederos y plásticos en los océanos, suscitan preocupaciones entre los expertos, quienes advierten que el deterioro ambiental podría privarnos de un hábitat sostenible en un futuro cercano.
Permacultura para salvar al planeta
La permacultura representa un enfoque holístico para el diseño de sistemas sostenibles, que buscan replicar los patrones y relaciones observados en la naturaleza, comentó Melania Solano, decana de Ingenierías de Universidad Fidélitas. Sus cimientos descansan en tres principios éticos esenciales: el cuidado de la Tierra, el cuidado de las personas y la equitativa distribución de los recursos, añadió la decana. Esta disciplina persigue la creación de entornos armoniosos y autosuficientes al integrar de manera sostenible la agricultura, la arquitectura, la energía renovable y otros aspectos de la vida cotidiana. No se limita únicamente a la sostenibilidad ambiental, sino que también abraza dimensiones sociales y económicas en su enfoque integral, acotó Solano.
"La permacultura no es solo un método de diseño, es un estilo de vida que aboga por la idea de que menos es más, promoviendo la reutilización, el intercambio y la producción local", explicó Antonio Moretti, permacultor e ingeniero argentino con experiencia en diversas Convergencias Mundiales de Permacultura, quien visitó la Universidad para ofrecer conferencias y talleres a los estudiantes.
Enfatiza que la permacultura no solo es una herramienta esencial para abordar desafíos alimentarios y medioambientales, sino que también propone un cambio de enfoque hacia competencias colaborativas y comunitarias. A modo de ejemplo, señala el caso de Cuba como un modelo de adaptabilidad y resiliencia basado en la permacultura que les ha permitido subsistir al bloque económico.
Costa Rica
Recientemente, este permacultor compartió su valiosa experiencia y conocimiento en la Universidad Fidélitas, donde colaboró con estudiantes y profesores en la creación de hornos solares, macetas auto humectantes, entre otros, utilizando materiales de reciclaje. Durante su visita, elogió los esfuerzos de Costa Rica en la protección de la naturaleza y el cuidado del entorno, destacando la presencia de fincas permaculturales en el país. A pesar de reconocer los logros, Moretti subraya la importancia de continuar avanzando para que este país se convierta en un referente mundial de sostenibilidad, pues la permacultura no solo es una herramienta crucial para enfrentar desafíos alimentarios y medioambientales, sino también un modelo para la resiliencia y autosuficiencia en tiempos de adversidad.
La bioconstrucción para armonizar con la naturaleza
Él propone aprovechar al máximo las energías renovables e invita a redirigir los paradigmas y leyes en el ámbito de la construcción hacia la bioconstrucción. La visión es la creación de hábitats que no solo sean económicos y eficientes, sino también ecológicos y resistentes a sismos y tornados. Esta transformación es alcanzable mediante ajustes en las leyes de edificación, así como modificaciones en materiales, proporciones y orientaciones, mencionó el experto.
Un ejemplo que menciona es la construcción de una casa en Querétaro, México, como ejemplo de bioconstrucción híbrida que reduce significativamente el consumo de recursos y la producción de alimentos en el hogar.
“Acapulco recientemente experimentó el impacto de un huracán de categoría 5. En lugar de invertir cuantiosas sumas para restaurar las edificaciones con formas rectilíneas, sugiero una reconsideración hacia la bioconstrucción con formas curvas, reconocidas por su capacidad de resistencia ante sismos y huracanes. Este enfoque no solo promueve la seguridad estructural, sino que también aboga por prácticas más sostenibles y adaptativas en el ámbito de la construcción”, detalló.
Todos deberíamos ser permacultores
Moretti propone la adopción de la permacultura como política de estado por parte de los gobiernos y aboga fervientemente por la creación de una carrera de ingeniería en permacultura.
Además, destaca la relevancia de sensibilizar a la población de manera constante y diversificada acerca de las prácticas sostenibles. Sugiere la organización de eventos a nivel local, regional y nacional, así como la implementación de campañas mediáticas semanales para difundir información y concienciar sobre la importancia de adoptar hábitos y prácticas respetuosas con el medio ambiente como: la cosecha de agua de lluvia, la reutilización antes de llegar a la huerta, sanitarios secos, energía solar pasiva y fotovoltaica, muros trombé para calefacción natural, pozos canadienses para refrigeración sin consumo de energía, vidrios herméticos, compostas locales, huertas tridimensionales, macetas auto humectantes, calefones y termotanques solares.