Por Andrea Marina Rugama Valle – Estudiante de la carrera de Odontología
La caries dental es una de las patologías más comunes en todo el mundo. Aunque con el transcurso de los años su predominancia ha disminuido, todavía se observa una prevalencia del 60% de caries activas no tratadas en boca (Rubio, Cueto, Suárez y Frieyro, 2006). La Odontología Mínimamente Invasiva (OMI) es un nuevo concepto que desea preservar la mayor cantidad de tejido dental posible mediante el diagnóstico temprano de caries y otras enfermedades dentales, con la intención de proponer un tratamiento poco invasivo que promueve la remineralización y evita los procedimientos operatorios (Whitehouse, 2009). En este artículo se busca enfatizar la importancia de las nuevas tecnologías para el diagnóstico de caries en los tratamientos mínimamente invasivos.
La cavidad oral está en una constante desmineralización y remineralización, en la cual influyen factores como la dieta, el huésped, las bacterias en boca y el tiempo. Los métodos de diagnóstico tradicionales se basan en la la visualización y el uso de radiografías, las cuales son poco convenientes, ya que la visualización no permite encontrar las lesiones hasta que ya tienen cierto grado de desarrollo y las radiografías no permiten la observación de caries en algunas superficies. Por esto, existen nuevas tecnologías que permiten conocer el grado de desmineralización dental desde el inicio de la lesión (Cardillo, 2018). La tecnología de fluorescencia se basa en el diagnóstico de caries mediante láser con un medio activo que es excitado por una luz irradiada que produce fluorescencia, el más conocido es DIAGNOdent. El dispositivo detecta la fluorescencia y genera un número que representa la mineralización del diente. Un número del 0 al 15 significa caries no activa, 16 al 30 significa que debe realizarse una técnica de OMI, y de 31 a 99 significa que la caries necesitará de un tratamiento de operatoria (Cedillo y Treviño, 2007).
La tecnología de transiluminación se fundamenta en la diferencia de absorción de luz entre el esmalte desmineralizado y el normal. Al emitir una luz brillante hacia el diente, los dientes desmineralizados se verán más oscuros, pues absorben una mayor cantidad de luz. Los dispositivos más conocidos de esta tecnología son el FOTI y DIFOTI, que no utilizan radiación y, por lo tanto, pueden ser utilizados en pacientes embarazadas. Finalmente, en la última tecnología se mide la conducción eléctrica del diente para determinar si hay presencia de desmineralización: si se encuentran valores altos, los tejidos están normales; de lo contrario, significa que hay presencia de desmineralización. Todas estas tecnologías son de mucha utilidad, sin embargo, pueden crear falsos positivos, por lo que no deben reemplazar los métodos tradicionales, sino complementarlos (Rubio et al, 2006).
En conclusión, las tecnologías de detección de caries pueden ser muy útiles en comparación con las técnicas tradicionales de diagnóstico cuando se trata de dientes con un proceso de desmineralización inicial o incipiente; esto permite hacer un plan de tratamiento poco invasivo y la preservación de los tejidos. Debido a que pueden causar falsos positivos, la solución es utilizarlos como un método complementario a los métodos tradicionales.