Para los que con mucho esfuerzo invertimos en la compra de un carro creo que una de las mayores pesadillas que tememos es un robo, y ante esto, lo más recomendable que nos dicta el sentido común es tener un seguro; confiamos en que esto nos ayudará a resolver cualquier eventualidad, porque te lo venden con el discurso de que prácticamente es comprar paz. ¿Lo es?

Lamentablemente en agosto pasado llegó el temido día en que salí por mi carro y no había nada, no había carro, no había explicaciones, ni testigos, solamente un espacio vacío y la frustración más grande.

Inmediatamente abro un caso en el INS, pongo la denuncia en el OIJ y también por medio del 911, aquí inicia la espera y hasta ese momento la información que recibo apunta a un panorama esperanzador y que no tardará mucho.

Un mes después el OIJ pasa el informe de que la investigación está concluida y el carro no apareció. Aquí la burocracia hace de las suyas y es imposible retirar el informe, así que lo queda es pedir una certificación en la Secretaría del OIJ. Tras casi dos semanas la recibo e inicia el trámite en el INS.

Presentada toda la documentación me indican que más o menos en un mes estará todo listo. Ya tenía 2 meses sin el carro, pero sigo esperando y resolviendo mientras ilusamente hasta veo opciones de carros pensando en la nueva compra ya que para mí es una herramienta de trabajo.

En noviembre recibo un correo donde el INS acepta el robo del carro y me indica que debo ir ante un notario que será brindado por el INS para firmar el traspaso y solicitar algunos documentos más. Bueno, tardaron más tiempo del esperado, pero al fin hay una buena noticia.

Llega diciembre, casi 4 meses después del robo, y me presento a entregar los documentos solicitados y a preguntar cómo podía reunirme con el notario que mencionaban en el correo. Me encuentro con la sorpresa de que me dicen que el INS aún está haciendo la investigación, esto habiendo entregado copia del correo donde decía que ya habían aceptado el robo. No solo eso, sino que me recomiendan apurarme a solicitar la anulación del cobro del marchamo ya que podrían cobrármelo, ¿se imaginan pagar un marchamo de un carro robado 4 meses atrás?

Inicio el trámite para solicitar a todas las instituciones que me eximan de este pago y también recibo información de que debo desinscribir el carro, que el mismo INS me va a hacer un oficio para que lo presente en el Registro Nacional. Recibo el oficio días después y estaba hecho por pérdida total, me lo hacen de nuevo y lo recibo esta vez sí por robo, pero solicitando aceptar el depósito de las placas,  ¡ya no podía más con la frustración en este momento!

Una tarde ya a mediados de diciembre recibo un correo de una notaría del INS pidiéndome sacar una cita para hacer el traspaso del carro, a lo cual respondo que, “con todo gusto”, aunque en mi cabeza no tenía ningún sentido que me solicitaran la desinscripción cuando se iba a hacer un traspaso... decidí entonces abandonar el trámite de desinscripción.

Llega el día de la cita, firmo el traspaso y me indican que en 3 días se tiene que hacer el pago, y más vale que así fuera porque ese tercer día el INS cerraba por sus vacaciones de fin de año. Como era de esperarse el pago no se dio, para no alargar más esta novela el pago lo recibí casi seis meses después del robo.

Seis meses de pagar transporte privado, de cancelar planes, de no poder hacer la totalidad de mi trabajo, de no poder ir a pasear ni hacer mi vida normal. Mucha gente me dijo que era lo normal, pero para mí no debería ser normal que los colaboradores de una institución como el INS no tengan claros los procedimientos, no es normal un tiempo de espera tan largo, no es normal no poder comunicarse y darle seguimiento al caso como se debe. ¿En qué momento nos resignamos a que esto es lo mejor que podemos esperar? Nada de lo que pasó debería ser normal o aceptable.

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