Por Priya Ashlyn Arora – Estudiante de la carrera de Psicología

El año 2020 es la cúspide de accesibilidad tecnológica, el internet es considerado casi un recurso básico en países industrializadas y, por ende, la conectividad social por medios digitales es un aspecto principal de nuestras vidas cotidianas. Más bien, es extraño encontrar a una persona que no se mantiene informado sobre sus círculos sociales y noticias por medio de redes sociales. Durante la cuarentena causada por la pandemia de COVID-19, se puede observar el impacto que tiene las necesidades sociales; ya sea la necesidad de un abrazo, un saludo de mano o tener una conversación con seres querido con la capacidad de ver y responder a el lenguaje corporal tanto como lo verbal. Pero con tanto acceso a medios de comunicación ¿por qué aún necesitamos contacto físico cuando a primera vista la tecnología y uso de redes sociales cumplen con muchas de nuestras necesidades sociales, e incluso nos permite llegar a interactuar con un grupo más amplio de personas?

Somos seres sociales que expresamos nuestra intención, emoción y entre otros mensajes por medio de los gestos tanto físicos como verbales. Las necesidades sociales, como menciona Maslow, consisten en la afiliación o pertenencia; además, en la necesidad por el afecto y aceptación (Hoffman, 1988). Por lo tanto, el distanciamiento social físico puede traer repercusiones a nivel psicológico, tales como el aislamiento social, irritabilidad, estrés en diversos contextos (principalmente relacionado al empleo y estabilidad económica), insomnio, emociones negativas como la soledad y tristeza, aburrimiento, frustración, etc. ¿Por qué ocurre esto? Pues se atribuye a la “mentalidad de prevención”, a partir de la cual dedicamos mucha de nuestra energía mental a prevenir un evento que podría ser catastrófico, y la obligación de monitorear nuestras acciones se vuelve muy agotadora.

El distanciamiento físico no es sinónimo del distanciamiento social; sin embargo, en diversos artículos relacionados con los efectos que ha tenido la cuarentena en la salud mental se menciona las repercusiones del aislamiento social, en los que el lector puede encontrar consecuencias graves como el trastorno de estrés postraumático citado como un posible efecto del aislamiento. Sin embargo, esto en realidad es desacertado, ya que en la actualidad no sufrimos de aislamiento social sino distanciamiento físico, por lo tanto, estos efectos no se pueden comparar a los efectos aislamiento total. Se debe considerar el acceso que tenemos a interacción social por medio de redes social, por ende, los efectos del aislamiento no tienen dicha gravedad en personas quienes no presentan anormalidades psicológicas preexistentes. La conexión social por redes únicamente nos empuja a desconectarnos periódicamente de nuestro círculo social, ya que no toda persona invierte la totalidad de su tiempo en su celular. En estos espacios de tiempo libre provocado por la distancia física tenemos tiempo para contemplar y reflexionar, lo cual en este tiempo ha afectado la salud mental de algunos de forma negativa o positiva.

El uso de redes sociales y el distanciamiento físico durante esta cuarentena nos ha iluminado hacia una necesidad principal comúnmente devaluada. En mi opinión, de forma instintiva no podemos reemplazar la necesidad de conectar con otra persona físicamente, somos criados en colectivos o familias; por lo tanto es parte de nuestra biología buscar el contacto físico para transmitir el afecto, amor, para leer el lenguaje corporal y situarnos contextualmente en un tono social. Además, es importante analizar a un nivel más profundo la información que compartimos durante casos de crisis, como durante esta pandemia, esto con el objetivo que no compartir información desacertada que puede causar pánico. Tenemos distanciamiento físico, sin embargo, esto no es sinónimo del distanciamiento o aislamiento social. La tecnología NO nos ha quitado la humanidad.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Hoffman, E. (1988). The right to be human: A biography of Abraham Maslow. Los Angeles, CA: JP Tarcher.