Históricamente la educación costarricense ha dado diversos giros, conforme a políticas estatales e internacionales, siendo esta cada vez más compleja a la hora de ejecutarla en el aula. Como educadora me cuestiono ¿Cómo enseñar? ¿cómo educar a niños y jóvenes en medio de una sociedad transversada por el permisivismo, y envuelta en una maraña de leyes muchas veces incomprensible? Leyes que, dicho sea de paso, favorecen únicamente al estudiante, desprotegiendo al docente quitándole a este la autoridad y más que la autoridad, no en pocas ocasiones con afectación moral y emocional. Como sucede con la Ley 9999, la cual por cierto, el señor presidente aún no firma las reformas aprobadas por la Asamblea Legislativa en segundo debate, paraque sea publicada sen la Gaceta, tras la marcha masiva del Magisterio gritando a viva voz que se debía reestructurar la misma.
No se vale, que los diputados de este país legislen y aprueben leyes sin el debido conocimiento del sector educativo tal y como pasó con la Ley 9999, está llena de vicios, los cuales espero en la divinidad realmente se modifiquen, por un principio de igualdad y justicia.
Bajo este panorama, me realizo la misma interrogante que muchos otros docentes: ¿Cómo enseñar a los niños lo estipulado en un plan de estudios sin herir susceptibilidades, sin que el padre de familia se lo tome a título personal por mero desconocimiento? ¿Cómo enseñar a niños y jóvenes que tergiversan la información brindada atacando al docente, sosteniendo calumnias sobre los educadores y su trabajo, poniendo a sus padres en contra del docente sin importarles el daño moral y psicológico que causan?
¿Cómo educar con calidad? Porque así lo demanda la sociedad, en las que familias sin preparación académica, desconocedoras de los programas de estudio o por las razones que sean, interfieren en el derecho que tienen sus hijos e hijas a una educación integral.
Padres y madres jóvenes que “desducan” “desde sus “hogares” a niños(as) y jóvenes tipo: algodón o cristal. Bajo la excusa de: “No quiero que pase lo mismo que yo pasé” ..., no quiero que tenga las carencias que yo tuve y es así como llegan personas estudiantes a las aulas a los que no se puede corregir porque es considerado acoso, discriminación, porque así lo percibieron ellos subjetivamente Los padres corren con el director (a), supervisor (a) director regional, vida estudiantil, y otras infinitas instancias blandiendo leyes, códigos y decretos. Pero qué estupidez ¿acaso no tienen raciocinio? Acaso no son capaces de reconocer que gracias a esas carencias que ellos tuvieron en su pasado, desarrollaron muchos de ellos resiliencia, tolerancia, paciencia, esfuerzo. No comprendo como ciudadana ni como docente cómo quieren ciertos padres de familia eliminar el aprendizaje que se produce a partir del error o la carencia.
Señores, los valores únicamente se transmiten de una forma: con el ejemplo, vivenciándolos día a día. No pidiéndole a la Divinidad que le otorgue a su hijo (a) paciencia a manera de ejemplo. No, Dios nunca le dará la paciencia, a cambio le dará situaciones en las que ponga a prueba la paciencia de manera tal que la desarrolle.
Es indignante ver como el Ministerio de Educación Pública en su realidad actual, le demanda al docente que forme mediocres. Y hago aquí propias la palabras del señor Ordoñez, quien publica el 7 de setiembre de 2023 en Semanario Universidad: “Anécdota sobre el fracaso en Educación en Costa Rica” cuando afirma “pensé que todo era culpa del apagón educativo, el COVID, los rezagos y yo agrego: La huelga tan larga de los educadores en el año 2018”, claro , son ellos los responsables de tal decadencia, ¿Quiénes más?
Coincido con el autor cuando afirma que no sólo se trata de incumplir el 8% del PIB en educación. Se trata de que la vía esencia para el conocimiento la lectura ya no existe. Costa Rica al igual que muchos otros países a nivel de América Latina se ha convertido en una nación estupidizada, más yo, en lo personal apuntaría al calificativo sin “cerebro”.
Niños y jóvenes que, en lugar de estar utilizando una Tablet, celular u otro dispositivo para aprender y formarse, se consumen en Tik-Tok, Instagram, Facebook y no sé cuántas aplicaciones más observando la moda actual: memes, vídeos de grandes genios en la música como Bad Bunny, Karol G, Young Miko y no sé cuántas otras degradaciones humanas más. Cuando como padres de familia y docentes deberíamos estar promoviendo documentales y aprovechar este recurso tecnológico tan valioso paraque los niños y jóvenes observen como un recurso adicional a las lecciones History Chanel, Discovery Chanel, National Geographic etc. En fin, existe una infinidad de cosas por conocer y descubrir. Caso contrario, se prefiere el ocio, lo fácil, lo inútil, la cultura del pobrecito, mientras se gradúa tan sólo el 50% de estudiantes en bachillerato, la otra mitad terminará en ese universo no tan oculto del desempleo, la droga y la violencia tal y como lo afirma Ordoñez.
Ante una decadencia pedagógica tan evidente, cabe mencionar si la ruta de educación está definida, de ser así, ¿quién la entiende? se percibe que se está ante un proceso de experimento y error. Se necesita una ruta clara y concisa, consultada a los verdaderos expertos en la educación: los docentes. Que aparte de tener que lidiar con meses sin recibir su salario a tiempo, deben lidiar con estudiantes sin disciplina, irrespetuosos, malcriados, sin hábitos de estudio, con baja tolerancia a la frustración, jefaturas inmediatas que no brindan apoyo ni en lo administrativo ni en lo técnico, estudiantes que presentan diversas situaciones cognitivos, conductuales, emocionales, económicos y demás. Y por si fuera poco un sistema educativo que pareciera está hecho para mediocres, en el cual se facilita todo para no herir susceptibilidades y no “pisotear” los derechos del niño. ¿Y los deberes? Nunca se les habla de sus deberes, ¿A dónde quedan? ¿Se está brindando realmente una educación de calidad? Sí es así a dónde está Colypro, las entidades sindicales del Magisterio trabajando en fortalecer la educación y empoderar a los docentes, que dicho sea de paso muchas veces se sienten minusvalorados por su propio patrono, el MEP.
Todo esto gracias a políticas de gobiernos de turno que llegan a improvisar una política educativa y curricular de moda en otros entornos, pero incompatibles con la idiosincrasia del costarricense. ¿Será esta una nueva forma de convertir una patria entera en un siervo menguado? Seamos cocreadores de una educación sana, con objetivos claros, metas reales medibles, alcanzables y no utópicas, basta de formar niños y jóvenes de “cristal” o “algodón”, conformistas y mediocres. La educación costarricense demanda de una ruta clara y real comprometidas con el desarrollo sostenible y en especial comprometidas con la patria.
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