Queridas y queridos D+.
El viernes 9 de junio cumplí 43 años. Delfino.CR también celebró su aniversario, llegamos al sexto. Ese día empecé a escribir el editorial de hoy. Quería abordar los simpáticos rumores de la venta del medio y quería aclarar algunas dudas en torno a cómo hemos logrado lo que hemos logrado. ¿Cómo hicimos para llegar hasta aquí? El nuestro es un caso excepcional incluso en Latinoamérica y es apropiado explicarlo. El texto está avanzado.
Sucede que ese día también llevé a Bianka, nuestro inmenso viejo overo inglés al veterinario del barrio. Con casi 12 años de edad y tratándose de un perro tan grande sabíamos que en cualquier momento la íbamos a perder. Por la noche revisamos el diagnóstico con su doctora de toda la vida, la mejor amiga de Victoria. Entendimos que era el final del camino.
Pasamos todo el sábado con ella tratando de darle la mejor despedida que pudimos. De noche, con la doctora, le permitimos descansar. Sé que a la luz de todo lo que ocurre en el mundo y en la vida puede percibirse exagerado escribir en este espacio que estamos desolados, pero así es.
Queremos tomarnos el domingo para nosotros. Lo necesitamos. Quiero acompañar a Victoria y estar a su lado, no puedo terminar el editorial que tenía pensado enviar hoy. Pero no quería dejar de ponerme en contacto porque dada la regularidad que ha tomado el Repaso Dominical podría haberse interpretado como algo inusual no reportarme, especialmente a la luz de la supuesta venta. No se imaginan cuántas personas me llegaron a preguntar por WhatsApp. No entiendo de dónde surgió eso: no he vendido nada. Seguimos siendo los mismos de siempre, un tipo de 43 y un grupo de muchachos decentes y bien intencionados que siento como mi familia y que les aseguro trabajan de corazón a la mejor de sus capacidades para informarles tan bien como les es posible. No hay gran secreto. No hay intriga. No hay dinámicas de poder hilvanando elaboradas narrativas al servicio de élites mediáticas, políticas o económicas. No hay mayor rollo. Sigo siendo un carajo con un iPhone. Junto a mí, un grupo de gente común y corriente, amorosa y talentosa, que se encontró en el momento correcto. Eso es todo. Lo explicaré mejor el próximo domingo.
Hoy simplemente no es el día para hablar de periodismo o de modelos de negocio. Ya ven, inventarme mi propio medio me permite esto: seguir siendo humano. Y sé que ustedes, que apoyan nuestro trabajo, lo entienden. De corazón se los agradezco porque al final del día ese es el gran secreto: el apoyo de la gente.
A nombre de Vic, Bianka, quien firma y ese grupo maravilloso de muchachos: gracias hoy y siempre.