Por Javier Berrocal Rojas – Estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial
Alguna vez se han preguntado cuando llenan un formulario con información personal para recibir un servicio en un banco, conectarse a una red Wifi o comprar algo en línea, qué hacen las empresas con esa información, hacia dónde va, si sólo la almacenan o si de verdad la utilizan.
Esto es algo que quizás los costarricenses no nos lo preguntamos muy a menudo, ya que solemos creer que vivimos en una burbuja en donde nadie sabe nada sobre nosotros, lo cual si creemos realmente que es así estamos muy equivocados. Hago mención de esto, ya que el mundo de la tecnología avanza a pasos agigantados y cada vez vivimos más interconectados con esta tecnología en donde hacemos todo por medio de claves, preguntas de confianza en caso de extraviar la contraseña, escaneo facial, huella dactilar, entre otros.
La administración de datos a grandes rasgos lo que busca es ayudar a las empresas en la toma de decisiones con datos estadísticos concretos y proporcionar respuestas a muchas preguntas que las empresas ni siquiera sabían que tenían. Con una cantidad lo suficientemente grande de información, los datos pueden ser moldeados o probados de cualquier manera que la empresa considere adecuada. Al hacerlo, las organizaciones son capaces de identificar los problemas de una forma más comprensible. En ocasiones los datos que puede recopilar una empresa son tan grandes que es necesario el uso de procesadores y sistemas operativos que logren almacenar y procesar una gran cantidad de Big Data.
Cuando abrimos un perfil en alguna red social tomando como ejemplo a Facebook, lo primero que nos pide son nuestros datos personales como el nombre completo, fecha de nacimiento, número de celular o correo electrónico y género. Toda esa información personal queda almacenada en bases de datos de esa empresa para luego consolidar esos datos y poder realizar un análisis con lo cual logran “cosas sencillas” como que aparezca publicidad pagada por empresas externas en nuestro perfil que podría interesarnos y que nos motive a comprar.
En el año 2019 Facebook fue multada por la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos (FTC en inglés) a pagar USD $5.000 millones por haber compartido de manera inapropiada los datos de 87 millones de usuarios con la firma de consultoría política Cambridge Analytica. "A pesar de las repetidas promesas a sus miles de millones de usuarios en todo el mundo de que podrían controlar cómo se comparte su información personal, Facebook socavó las opciones de los consumidores", dijo en un comunicado Joe Simons, presidente de la FTC. Esto solo nos demuestra el gran poder que puede tener una empresa con una base de datos lo suficientemente grande como para poder cambiar el rumbo de unas elecciones…
Habrán muchas personas que dirán que esto solo ocurre en Facebook y que es culpa de los usuarios de esta red social por confiar en que su información personal estaría segura, pero al día de hoy son muchas las empresas en el mundo que tienen acceso a nuestra información sin que nos demos cuenta, ya que basta con registrarnos en una red Wifi en donde pongamos nuestro nombre y correo electrónico para que formemos parte de una base de datos, por eso es que no estamos exentos de que nos suceda algo similar a esos 87 millones de usuarios de Facebook que vieron violada su información personal.
Los datos que se acumulan crecen cada día más con cada nuevo perfil que se crea en una red social, con cada nueva tarjeta de crédito que se saca en un banco, con cada encuesta que se llena, entre otros. Y la administración de esos datos es lo que está y va a seguir marcando la diferencia entre una empresa exitosa que se adapta a sus clientes y las que no y es por ello que el análisis de datos está para quedarse y solo va a ir en aumento porque genera ganancias el saber exactamente qué es lo que quieren los clientes.