La gran problemática del cambio climático, el alto precio en la gasolina y el aumento del costo de la vida nos hacen sentir angustia y desesperación; la tendencia usual es culpar a otras personas de lo que nos está sucediendo.  Si bien es cierto existen autoridades encargadas de política pública y acciones locales para atender estas problemáticas, cada una y cada uno de nosotros tiene una cuota de responsabilidad sobre su estilo de vida por lo que la pregunta es ¿qué estoy haciendo en mi día a día para aportar a la solución?

Es ahí donde una fecha como la de hoy hoy, el día mundial de la bicicleta, nos invita a reflexionar sobre esta solución del pasado, creada en 1817 en Alemania, para atender los problemas del presente.  El uso de la bicicleta como medio de transporte no solo disminuye considerablemente nuestra huella ambiental, sino que además nos permite conectar de una mejor manera con las comunidades que habitamos, hacer ejercicio y muchas veces disminuir el tiempo de nuestros recorridos. Entonces no solo contaminamos menos, sino que además prevenimos enfermedades y creamos mejores entornos de comunidad.

Ahora bien,  reconozco que no es tan fácil, siempre que comparto esta idea, la primera crítica es lo riesgoso que resulta el uso de la bici en Costa Rica, y créanme que lo tengo claro, porque sí, ya he tenido varios accidentes, me han robado elementos de la bici y también he sufrido acoso sexual callejero mientras manejo. Pero no me quiero rendir, porque al final el cambio es un trabajo de todos y todas.  También nos roban cuando usamos un carro, también vivimos acoso sexual callejero en otros contextos. 

Existirán condiciones en el tanto contribuyamos a construirlas y también las demandemos a las autoridades encargadas. Aún recuerdo el esfuerzo que hicieron los colectivos cleteros en San Pedro de Montes de Oca, años atrás cuando la municipalidad de ese momento no quería construir las ciclovías. Decidieron entonces generar su propia señalización para poder contar con mayor seguridad e impulsar así el cambio que demandaban. También en Berlín, Alemania, en 2018 la ciudadanía recolectó firmas y lograron un referéndum para exigir condiciones de seguridad y más infraestructura. Entonces sí, toca usar la bicicleta, generar datos, sumarnos a los colectivos e ir generando poco a poco esa transición. Por qué no vendrá sola.

Ahora en Costa Rica y gracias a los esfuerzos de los colectivos, tenemos normativas específicas como lo son la Ley 9660 (Ley de Movilidad y Seguridad Ciclística), que entre otras cosas, solicita a los gobiernos locales que inviertan de su presupuesto en infraestructura en movilidad activa y que se generen planes de gestión para esta área específica. Como vemos, existen los instrumentos jurídicos para poder al menos empezar a gestionar los cambios básicos que requerimos.

Para estos efectos los gobiernos locales y autoridades nacionales, siempre se cuestionan, ¿cuánta gente utiliza la bicicleta en el cantón?, ¿cuáles son las rutas más comunes según los destinos más frecuentados?,  ¿cómo deberían ser los espacios?, entre otras preguntas. Y si bien es cierto pueden existir apoyos técnicos para generar estas respuestas, lo mejor siempre será contar con la referencia de los usuarios para poder adecuar las vías a las necesidades de la gente. Esto solo sucederá si tenemos personas utilizando la bicicleta y brindando su aporte.

Por último, los seres humanos  aprendemos y moldeamos nuestras conductas según lo que observamos. Conforme observemos más personas utilizando la bicicleta como medio de transporte, más acompañados y acompañadas nos sentiremos, más opciones para lidiar con lluvia construiremos en colectivo, y generaremos también más mercado que permita acceder a más implementos para el ciclismo urbano.

Usemos la cleta más seguido, al menos fijémonos metas como ir a la pulpería en cleta, hagamos algunos mandados cortos con este medio. No hace falta una bicicleta elegante o cara, empecemos con algo básico y démonos  la oportunidad de aportar a las soluciones y reduzcamos nuestros gastos, pero sobre todo disfrutemos más nuestras de comunidades. 

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