Por Ashelly Barillas Mora – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales
Es de suma importancia conocer primero qué es el arte callejero o street art. A este tipo de arte se le denomina de esa forma debido a que se realiza en las calles, surge siempre de barrios periféricos; se le llama arte callejero a todo lo que tiene referencia a este estilo. Desde los 90, el término street art resonado y se ha vuelto parte de un lenguaje cotidiano, además, ha sido apodado post-graffiti. Ambos términos son utilizados para englobar el trabajo artístico en las calles de un grupo de artistas que se dedican a realizar diferentes tipos de técnicas como los murales, graffitis, plantillas, pegatinas, etc. En muchos casos, este tipo de arte tiene un alto contenido político y se ha llegado a descubrir que sus inicios posiblemente sean en París en la segunda mitad de los años 60 (Cervera, 2017). Lo cierto es que es algo muy común e inevitable el ir caminando por la ciudad y observar uno que otro mural que ha sido pintado con mucho detalle, tonos llamativos y técnicas de trazo magníficas. Si te paras a observarlos no solamente la vista se te va a cautivar, sino que también te va a cautivar el propósito, contexto, contenido y mensaje que el artista quiso transmitir en esa obra.
Se debe añadir que la encarnación contemporánea de este arte se originó en los Estados Unidos hace tres décadas. Poco a poco se puede observar cómo, actualmente, los mensajes y dibujos pintados con aerosol en las paredes, en los murales, entre otros espacios, han logrado tener una cobertura extensa tanto por medios ciudadanos como también por los tradicionales (Villareal, 2010).
Una cualidad característica de los artistas que se dedican a hacer este tipo de arte es que siempre se valen de su ingenio y habilidad espacial para escoger espacios, juegan de ese modo con el concepto de lo público y efímero. Además, algo muy importante que se debe valorar de este arte es que está presente para ser contemplado de forma gratuita para todo público y todo aquel que lo desee ver y apreciar. A los artistas del arte callejero no es común verles sus obras en museos o galerías de arte o inclusive en los periódicos y secciones acaudaladas de las noticias, esto debido al poco auge y crecimiento que ha tenido por las controversias sobre su existencia. Y es que el problema que antes existía sobre la relación arte/vandalismo ha ido desapareciendo con el valor que cada vez las personas dan al talento y mensajes que estos grandes artistas de las calles han dado a relucir, además de que en algunas ciudades y países se ha presentado el caso de que los dueños de las mismas propiedades intervenidas han llegado a subastar sus obras por precios nada desdeñables (Cervera, 2017).
En muchos países Latinoamericanos, por no decir todos, el arte callejero se ha convertido en la voz del pueblo, la voz de la comunidad y la de los grupos marginales, así como también la de los jóvenes que luchan para ser escuchados con mensajes impresionantes que muchas veces nadie en la población se puede atrever a hablar, esto, muchas veces en desafío con la noción de la propiedad privada (Villareal, 2010). El arte se debe apreciar por su forma natural y por lo que es, y algo característico del arte callejero y de los artistas que se dedican a ello es que utilizan recursos de la vida cotidiana para poder hacerlo, es decir, el uso de murales o paredes que pueden resultar como un elemento de la vida cotidiana y aerosoles y pinturas que, una vez combinados junto con el talento y la técnica del artista, resultan de una creación original y con el sello auténtico del artista.
Según Raffino (2020), el arte callejero no solo se puede encontrar en muros o paredes de la ciudad, sino que también puede ser encontrado en trenes, anuncios, vallas publicitarias, etc. Este tipo de arte se maneja en una delgada frontera entre la expresión estética, política o social y el vandalismo y otras formas de intervención ilegales en las ciudades. Existen diferentes tipos de arte callejero y este clasifica en diferentes tipos: el graffitti, que es conocido como la ¨pintada¨ tradicional, lo que significa que es el dibujo o escritura clandestina en las paredes de la ciudad que, además de un mensaje de protesta, posee todo un sentido estético: dibujos, formas, mensajes cifrados, etc. La otra forma de arte callejero es el stencil que es una técnica que funciona con base en una plantilla de plástico o papel en la cual se recorta una silueta de la figura o imagen que se desea pintar para luego adherirla a la pared, combinando el texto con la imagen. Luego se pueden encontrar los pósteres que son impresos en el papel o en otros materiales para luego pegarlos con engrudo en las paredes, en esta técnica se pueden combinar varios pósteres para formar figuras e imágenes de gran tamaño. Y, por último, se encuentran la escultura y otras intervenciones que son una forma de arte más atrevida debido a que intervienen en objetos de la vía pública como las casetas telefónicas, billetes (Raffino, 2020).
Cabe recalcar que, con el refuerzo en el surgimiento de la cultura hip-hop, este tipo de arte se ha visto influenciado y ha crecido desde el año 1980 (Vargas, 2019). Además, esta forma de arte va muchísimo más allá de solo decorar un espacio público, según un comentario de un internauta que menciona Villareal (2010). El hecho de que este arte se encuentre en los espacios públicos lo convierte en una técnica muy cautelosa, llena de compromiso y responsabilidad por parte del artista que la esté realizando, debido a que debe ser consciente de que la obra que realice puede ser observada por cada persona que transite por el lugar, por lo tanto, el artista debe entregarse lo máximo que pueda para que las personas puedan comprender su mensaje. En otras palabras, el mensaje debe ser entendido por las personas, el artista y la audiencia, que en este caso son los vecinos de una comunidad para que puedan vivirlo también con el artista, y el artista se pueda sentir satisfecho y a gusto con su mensaje.
Cuantas más personas se deleiten por la obra, es un paso más para que el arte urbano sea acogido cada día más.
Muchas veces las manifestaciones o creaciones de este tipo de arte se hacen desde el anonimato, es decir, los autores no ponen sus nombres, por lo tanto, muchas veces los autores de estas obras firman con seudónimos o, simplemente, el autor no pone su nombre ni nada para identificarlo (Raffino, 2020).
Existen muchos artistas destacados en este tipo de técnica de arte. En ésta investigación mecionamos a dos que llamaron mucho la atención durante esta investigación: el primero de ellos es Inti, originario de Valparaíso Chile. Este artista es muy importante para el arte urbano latinoamericano, se caracteriza por la creación y diseños personajes ficticios con un enfoque que llega al surrealismo; es considerado como un muralista contemporáneo (Moon Magazine, 2016). El segundo es Misterpiro, quien es un artista muy joven caracterizado por mezclar las acuarelas con el spray en una técnica espontánea y basada en la improvisación (Cervera 2017).
En conclusión, este tipo de arte es una forma de expresar ideas, pensamientos y sentires de una manera accesible y abierta al público. Por medio de este estilo de arte se pueden descubrir nuevos artistas y sus mundos retratados con una técnica y talento maravillosos. Lo mejor de todo es que el arte urbano se puede encontrar en cualquier lado, en todas las formas, tamaños y colores, desde performances de diferentes estilos en las calles de una ciudad hasta murales llenos de color, estilo, semiótica y simbolismo.
Se pudo descubrir por medio de esta investigación que, poco a poco, se ha acogido este tipo de arte y que poco a poco las personas se van adentrando a la apreciación de las obras que se pueden encontrar en los lugares públicos. Se debe tener siempre en consciencia que el arte es muy subjetivo y que, a pesar de que no exista un concepto definitivo del mismo, por medio de la técnica, estética, talento y comunicación se puede cautivar a las personas, sea o no dentro de un museo, sea en las calles, sea en una galería, sea en donde sea, el arte va a permanecer siempre y en todos lados, solo debemos pararnos a observar y aprovecharlo.