A falta de un día para el final de la XXVI Conferencia de las Partes de Cambio Climático de la ONU (COP26) que se celebra en Glasgow, China sigue sin dar su brazo a torcer para tratar de impulsar una fecha para poner fin al carbón.
Según fuentes de la negociación, parece probable que China termine oponiéndose a los esfuerzos de las conversaciones climáticas para eliminar de forma gradual el carbón a nivel mundial y requerir a los países que fortalezcan sus planes para aumentar las reducción de sus emisiones de CO2 a final del próximo año.
Las preocupaciones por la seguridad energética impedirán que China apoye la propuesta sobre el carbón, según una persona familiarizada con la posición de China que pidió no ser identificada.
En declaraciones a Bloomberg recogidas por Europa Press, esta persona ha añadido que elaborar un nuevo plan para emisiones tan pronto después de su última presentación de su contribución nacional determinada --realizada justo antes de que comenzaran las conversaciones de las Naciones Unidas este mes en Glasgow-- llevará demasiado tiempo para el mayor emisor del mundo.
Sin embargo, la oficina de prensa del equipo negociador de China no ha respondido a estas cuestiones planteadas por Bloomberg. De momento, el gigante chino no se ha movido en realidad de sus objeciones, incluso después de que este miércoles por la noche y por sorpresa anunciara un acuerdo con Estados Unidos que aumentó la esperanza de la negociación.
Estados Unidos y China anunciaron que trabajarán juntas para impulsar acciones concretas para reducir las emisiones durante esta década. El pacto bilateral incluye esfuerzos para frenar el metano, un poderoso gas de efecto invernadero.
Sin embargo, las fuentes consultadas reflejan que persiste la resistencia a algunas disposiciones clave en el acuerdo final de Glasgow, que ha de ser aprobado por consenso.
Por su parte, India, que en la actualidad es el tercer emisor de CO2 a nivel global ha señalado también que se opone a la directriz propuesta en un borrador inicial del acuerdo de Glasgow para "acelerar la eliminación gradual del carbón y los subsidios para los combustibles fósiles", al tiempo que reclama mayor financiación de los países ricos antes de asumir un compromiso climático más firme.