Al escribir, siempre he tenido ante los ojos la imagen de la Patria.

Ella ha inspirado mis frases; ella ha guiado mis pasos y ella,

en ocasiones, ha detenido el vuelo de mi pluma.

Rogelio Fernández Güell

Rogelio Fernández Güell (1883 ̶ 1918), desde joven fue un gladiador de la pluma periodística, fustigando siempre a los enemigos del régimen democrático republicano. Conoció la cárcel cuando tenía 17 años por haber publicado ácidas críticas en el periódico El Tiempo contra políticos de la época, pero eso no lo amedrentó y, desde la cárcel, escribió una serie de artículos bajo el título de “Elecciones” que publicó en el diario El Día, donde defendía el voto, la libertad de elegir y llamaba al pueblo a participar en las elecciones nacionales.

Su carrera periodística fue paralela a su vida y siempre defendió la democracia y las libertades públicas aún al costo de cárcel y exilio.

El único cargo estrictamente político que ejerció fue el de diputado y casi de inmediato diputado constituyente, cargo al que renunció cuando el dictador Tinoco rehusó aceptar las elecciones mediante voto directo y universal, para hombres y mujeres. ¡Un verdadero adelantado para su época!

Estudioso y fundador de la Sociedad Teosófica Costarricense, admirador de Jesucristo y autor de una excepcional narración sobre el libro del Génesis bíblico.

Fue amigo personal del presidente mexicano Francisco I. Madero, conocido como “el apóstol de la democracia”, quien además lo nombró cónsul de México en Baltimore (EUA), donde ejerció su cargo durante más de un año, cuando la Secretaría de Relaciones Exteriores le impuso como condición para continuar como diplomático, naturalizarse mexicano, algo a lo que don Rogelio no estuvo de acuerdo, porque entonces se perdía la nacionalidad costarricense y él nunca quiso aceptar esa renuncia, lo cual dice en voz muy alta y clara, el lugar de preferencia que ocupaba la patria en el corazón de don Rogelio.

Novelista, poeta, ensayista; trasciende el tiempo con su obra “La Revolución mexicana, episodios”, ya que fue el primer cronista de la revolución, en género de tragedia, narrada en primera persona, sobre ese magno acontecimiento histórico. Fue además el único extranjero que ha sido nombrado director de la Biblioteca Nacional de México.

Orador combativo, recio polemista, incansable activista por las libertades públicas.

Se pronunció con vehemencia en contra de la pena de muerte en Costa Rica que decía abolida en la Constitución, pero practicada por los militares, argumentando que el ser humano siempre era sujeto de ser reeducado.

Rogelio Fernández Güell fue consecuente con sus más caros ideales, al extremo de ofrendar su vida en el altar de la libertad, cuando se alzó en armas contra la dictadura de su gran amigo Federico Tinoco, quien lo había impulsado para la diputación y la constituyente.

Rogelio Fernández Güell fue sin duda alguna, un mártir de la libertad.

Asesinado el 15 de marzo de 1918 por las huestes de la Dictadura Tinoquista en Buenos Aires de Osa.

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