Por Daniel Fernández Rodríguez - Estudiante de la carrera de Administración de Negocios
Cuando se habla o piensa acerca del 2020 es inevitable que uno de los primeros pensamientos que vienen a la mente inmediatamente sea la crisis mundial sanitaria a raíz del COVID-19. Esto no es para menos, con todo lo que ella ha conllevado y la cantidad de muertes, cambios y reestructuraciones que ha causado, literalmente, en todo el mundo y en diferentes ámbitos. Al decir crisis es inevitable asociarlo a algo negativo, inclusive, la Real Academia Española (s. f.) lo define como una “situación mala o difícil”; pero ¿realmente todo lo que ha sucedido posterior al surgimiento de este virus ha sido negativo? Es ahí donde entonces se cuestiona el papel que ha tomado el teletrabajo no solo en las empresas, sino también en el individuo y su productividad, tanto personal como grupal.
Si bien es cierto, el teletrabajo no es algo nuevo para las empresas, pues se ha venido implementando gradualmente desde hace ya unos años, un estudio de Eurofound (2020) destaca que, a partir de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al COVID-19 como pandemia, 4 de cada 10 trabajadores en Europa empezó a teletrabajar. Casos así se presentaron en países como Finlandia, Bélgica, Países Bajos, entre otros, donde a lo largo de los meses de estudio más del 50% de la fuerza laboral activa pasó a esta modalidad. Inclusive, destaca que aproximadamente un cuarto de los empleados que nunca habían trabajado remoto en Europa empezaron a hacerlo a raíz de esta situación, exponiendo también que muchos de los trabajos que se suponían no eran viables remotamente lo eran y lo fueron.
Este incremento en la práctica del teletrabajo como modalidad laboral ha desencadenado a su vez la expansión y desarrollo drástico de una serie de beneficios que, según el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS, 2018), se pueden reflejar en cuatro campos: empleado, empresa, país y grupos vulnerables. En el caso de los empleados, entre las ventajas se destaca la mejora en la conciliación de la vida personal y laboral, mejora en la calidad de vida, aprovechamiento del tiempo y mayor motivación versus un menor nivel de estrés; lo cual se traduce en un aumento de la productividad, principalmente por la reducción de tiempos muertos (Cervantes, 2005).
Ahora, si bien es cierto que puede generarse un aumento en la productividad, ¿cómo se relaciona esto con los equipos de trabajo? Justamente por el hecho de que el teletrabajo permite a los colaboradores desarrollar una responsabilidad personal más alta, al ser los únicos responsables de su tiempo, trabajo, rendimiento, carrera profesional, etc. Al mismo tiempo, esto se traduce en una mayor satisfacción con sus funciones, aspecto clave en el desarrollo del sentido de pertenencia hacia la empresa, la cual a su vez incrementa la posibilidad de que el colaborador permanezca en ella, y facilita la creación de equipos de trabajo altamente comprometidos y cohesionados que conducen a un mejor desempeño, y por ende a mayor productividad tanto del equipo como de la empresa (Marvel Cequea et al, 2011).
Es entonces que, a pesar de que la pandemia por COVID-19 ha influenciado negativa y drásticamente múltiples aspectos de la vida tal cual la conocíamos antes de marzo 2020, también ha dado la oportunidad para que muchos colaboradores, equipos y empresas pudiesen aplicar el teletrabajo y obtener así una mayor productividad, entre otros beneficios tanto a nivel personal como profesional. Esto nos lleva a una interrogante adicional, y es ¿qué otros aspectos de los equipos de trabajo se han visto influenciados a raíz del teletrabajo durante la pandemia? Considerando que sea tanto para bien como para mal, esta ha influido sobre las dinámicas y comportamientos usuales que estos solían tener.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
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Cervantes, M. (2005). Las ventajas de la empresa flexible. Sistema de Información Científica Redalyc. https://www.redalyc.org/pdf/433/43300511.pdf
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Eurofound. (2002). Vida, trabajo y COVID-19 Primeras conclusiones — Abril de 2020. https://www.eurofound.europa.eu/es/publications/report/2020/livingworking-and-covid-19-first-findings-april-2020
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Marvel Cequea, M., Rodríguez Monroy, C. y Núñez Bottini, M. A. (2011). La productividad desde una perspectiva humana: Dimensiones y factores. Intangible Capital, 7(2), 549-584. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=549/54921605013
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Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. (2018). Guía Técnica para la Implementación del Teletrabajo en las Empresas. http://www.mtss.go.cr/elministerio/despacho/teletrabajo/guia_teletrabajo_sector_privado.pdf
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Real Academia Española. (s. f.). Crisis. Diccionario de la lengua española. https://dle.rae.es/crisis?m=form